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Transformación sostenible: el reto empresarial en Panamá
- 16/03/2022 00:00
- 16/03/2022 00:00
Con la construcción de un nuevo modelo económico, muchas empresas han entendido que requieren hacer grandes cambios para equilibrar sus propósitos y ganancias a favor del bienestar de las personas, sociedades y el medio ambiente; esto implica basarse en el éxito, en crear soluciones colectivas inspiradas en los valores y la ética, siendo una “nueva forma de hacer negocios” y a su vez contribuir a lograr una economía más inclusiva, equitativa y regenerativa para generar cambios positivos.
Por esta razón se vuelve imprescindible integrar la sostenibilidad al modelo de negocio habitual a través de herramientas de gestión socioambientales para, en efecto, conocer, medir e implementar las mejoras necesarias de forma interna y externa de una compañía.
Ya se ha comprobado a través de diferentes estudios, realizados por firmas como McKenzie, PWC y Deloitte, que las empresas más destacadas por la evaluación de criterios ESG (ambiente, sociedad y gobernanza, por sus siglas en inglés) son más proclives a recibir retornos financieros por encima de la media de sus respectivas industrias.
Entre algunas de las formas para medir dichos impactos y gestionar una sustentabilidad empresarial resaltan los siguientes:
Evaluación de impacto B. Es una herramienta integral ofrecida por la organización internacional, B Lab, para conocer, medir y gestionar el desempeño social y ambiental de las empresas, analizando cinco puntos clave: gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y ambiente. Es una evaluación online, gratuita y 100% confidencial que se adapta a cada tipo de empresa según industria y tamaño.
Está diseñada como una hoja de ruta para que el empresario pueda identificar mejoras a implementar desde la perspectiva social y ambiental de su empresa.
Aquellas empresas que se quieran certificar como empresa B, deben lograr un mínimo de 80 sobre 200 puntos posibles y luego enviar a revisión por el equipo de estándares de B Lab.
Hacer las cosas bien genera beneficios económicos, así lo demuestra un estudio realizado por B Lab Spain en 2021, cuando midieron que las empresas B mejoran sus resultados financieros anuales en un 30% por encima de la media.
SDG Action Manager. Es una herramienta creada por el Pacto Global de las Naciones Unidas y B Lab que brinda a todo tipo de empresas la oportunidad de conocer, administrar y mejorar directamente su desempeño en materia de sostenibilidad.
Es libre, online y gratuita
Entre los retos principales, como consecuencia de su novedad, destacan, por ejemplo, la ausencia de un modelo de medición considerado como estándar y que a la vez sea realmente sencillo; la falta de objetivos de dirección en el ámbito de la medición, o la falta de conocimiento en las organizaciones para su implementación.
También la falta de tiempo y recursos para dedicar al proceso de medición, o la dificultad de obtención y análisis de los datos e indicadores materiales por parte de las áreas de gestión empresarial.
Sin embargo, como oportunidades, esta medición de impacto puede deparar mejoras en la reputación, reconocimiento externo y en la gestión interna, el surgimiento de nuevas oportunidades de negocio, la generación de una nueva cultura común y un propósito compartido con una nueva “genética empresarial”, y finalmente la contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Recientemente, la empresa Komunika Latam, una firma de consultoría gerencial independiente, con respaldo internacional, recibió la certificación como empresa B, convirtiéndose en la primera firma en esta materia en obtener este sello en Panamá.
De esta manera, se sumó a otras tres empresas B certificadas en el país como: Conservatorio, Futuro Forestal y la Sociedad de Inversiones para la Microempresa en Centroamérica y El Caribe (Sicsa).
Paulina Rodríguez, socia de Komunika Latam y presidenta de la junta directiva de América Central de Sistema B, explicó la motivación para lograr esta certificación y los retos que tuvieron que afrontar.
“La razón de certificarnos tiene diferentes aspectos: en primer lugar, la certificación otorgada por una organización tan respetada como B Lab, nos garantiza que estamos haciendo las cosas de manera correcta y, por ende, que nos mantenemos apegados a lo que consideramos que es nuestro propósito: apoyar con entusiasmo a nuestros clientes a ser sostenibles”, dijo.
Por otra parte, “alcanzar este logro es una forma de compartir con nuestras audiencias el tipo de negocio que somos, y sentar las bases de relaciones de confianza con visión de largo plazo, que buscan sinergia y que en todas sus interacciones se apegan a principios de transparencia, igualdad, respeto y responsabilidad”, señaló la ejecutiva.
También añadió que la primera vez que la firma accedió a esta herramienta de evaluación de impacto fue hace tres años, adquiriendo un gran aprendizaje a partir de lo riguroso de la medición y de la auditoría, y de irse apegando más a cada criterio, lo que los hacía una empresa aún más sólida.
Compartió que esto les hizo darse cuenta de que tenían mucho por documentar, por ejemplo, para garantizar que las políticas y metodologías se mantengan en el tiempo y se apliquen de manera sistemática.
“En este sentido, es importante destacar que la sola medición es un ejercicio muy valioso para las empresas, porque te permite construir muy fácilmente tu ruta a la mejora continua para tener un negocio más sólido”, por otra parte, “es muy útil interactuar conscientemente con la evaluación de impacto que ofrece Sistema B de forma gratuita y utilizarla como una herramienta para la gestión de tu negocio, es decir, medirse no implica aspirar a una certificación”.
Con el sello de empresa B, todos sus clientes tienen la garantía de que les brindarán asesoría basada en criterios ESG, siempre apegados a valores y con visión de largo plazo. Acompañándolos en el desarrollo de negocios sostenibles, y convirtiéndose en grandes aliados.
“Esta certificación valida y reafirma nuestro ADN empresarial y que los recursos que dedicamos a gestionar nuestros impactos contribuyen al desarrollo sostenible, no solo de nuestra operación, sino de la vida de nuestros colaboradores, los negocios de nuestros clientes, proveedores y las comunidades donde estos operan”.
“Como empresa B invitamos a que todas las empresas, no importando el tamaño, el sector o la ubicación geográfica asuman el reto de medir sus impactos y apuesten por un modelo de negocio sostenible, cuidando sobre todo nuestro planeta”, expresó Rodríguez.
Este movimiento global cuenta en la actualidad con 4,000 empresas B certificadas en el mundo, en 77 países, de 153 industrias y más de 800 de ellas están ubicadas en Latinoamérica.
Desde la COP 25 realizada en 2019, el Movimiento B se comprometió en acelerar la reducción de sus emisiones de carbono y promover que las empresas (certificadas o no) alcancen las cero emisiones para el año 2030, es decir, 20 años antes de los objetivos de 2050 establecidos en el Acuerdo de París, mediante una transición justa para la reducción y compensación de emisiones.
Asimismo, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la iniciativa de sostenibilidad más grande del mundo, estima que 2022 será un año de avances significativos en materia de sostenibilidad corporativa para las empresas, pues se dará la acción para abordar los desafíos que plantea esta transformación, incluyendo en 2023 la creación de una plataforma mejorada de comunicación de progreso, con el fin de optimizar sus informes y darle valor agregado a las empresas participantes, las cuales suman alrededor de 15,400 originarias de 164 países.