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- 20/01/2024 00:00
- 19/01/2024 22:28
No hay nada más agradable que iniciar el día con el aroma de un café preparado en un horno artesanal, cuando los primeros rayos del sol se filtran entre la espesura del bosque, señal de que empieza una jornada productiva junto a pequeños productores en una comunidad rural inmersa en la Cuenca del Canal de Panamá.
Por invitación del ingeniero forestal Omar Lastra, llegamos a la Finca Agroforestal Sostenible Monseñor Laureano Crestal Durán, ubicada en el corregimiento de Ancón, a orillas de la autopista Panamá Colón (kilómetro 10), la cual es manejada por 18 socios, algunos residente en el área y otros provenientes del corregimiento de Chilibre, con el apoyo del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
El presidente de la Junta Directiva que administra la finca, José J. Barría, afirmó que por gestión de monseñor Crestal Durán, la antigua Autoridad de la Región Interoceánica, asignó una parcela de 28 hectáreas para que residentes de Chilibre realizarán actividades sostenibles, como medio de cultivar sus alimentos y generar ingresos con los excedentes.
Desde entonces, el avance ha sido notorio. Cuando uno transita la autopista no imagina que unos metros adentro del bosque hay una especie de oasis donde, con una variedad de cultivos, como el café, plátanos, frijoles, cítricos, yuca, ñame, maíz; además de viveros para producir plantones de especies frutales y forestales que se venderán en el mercado local.
Mientras se escucha el sonido de auto y camiones que transitan la autopista, el señor Barrios, relata que el sistema de manejo de la finca se diseñó para que hubiera parcelas colectivas e individuales. En el caso de las parcelas colectivas, destaca el cultivo de 14 hectáreas de café robusta, con el apoyo de la ACP, que les ha proporcionado los plantones y fertilizantes; mientras que el MIDA les da asesoramiento y capacitación.
Barría dijo que el convenio con la ACP culmina en septiembre de este año y que tienen proyectado empezar a cultivar café a partir de 2025, con la visión de unirse a productores de las fincas cercanas, La Centenario y Las Conchas, para, con el apoyo del MIDA, colocar la cosecha de este grano en el mercado local.
También, señaló Barría, la finca se enfoca en la educación, a través de giras de estudiantes de escuelas secundarias y centros universitarios, no solo para concienciar, sino para que los jóvenes participen y se involucren en estos proyectos agroforestales.
Rafaela Galindo, también socia de este proyecto, destacó la participación de las mujeres, desde el apoyo en las labores de la finca, hasta en diligencias administrativas con entidades del gobierno; y añadió que también estas instalaciones rurales ofrecen facilidades para la capacitación y el aprendizaje, por ejemplo, en la utilización del aceite usado, en la elaboración de jabones y velas.
La señora Galindo ponderó la participación de los jóvenes en las labores de la finca, porque de esta manera no solo aprenden, sino que se fortalece el sentido de pertenencia y porque serán los que darán continuarán y recibirán los beneficios futuros que generen las diversas actividades.
También a futuro visualizó potenciar el atractivo agro turístico de esta finca, que consiste en senderos, en cuyo recorrido los visitantes pueden apreciar el avance que se han logrado, con el cultivo de productos que no solo garantiza un medio de subsistencia, sino que se potencia como una actividad autosostenible generadora de ingresos económicos.
Un escenario que de a poco se ha ido cristalizando, pues al llegar a la finca, se ven los cafetos ofreciendo su fruto ya maduros, naranjas, toronjas, yuca, plátanos, guineos, saril, ñame, además de la siembra de frijoles, guandú, y abundante shojas de bijao.
Cristal Chavarría, estudiante de ingeniería forestal de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), quien realiza su práctica profesional en la finca, destaca el equilibrio entre la conservación de la naturaleza y el aprovechamiento económico sustentable, para beneficio de las futuras generaciones.
Mientras, el señor Dionisio González, nos hacía un recorrido por los viveros, con gran potencial para generar ingresos económicos a los socios, seguimos el periplo, observando los cultivos de café, culantro, guineo, plátanos, guanábanas, entre otros; bordeando una proyecto forestal de la ACP con cultivo de tecas, acaso avistando el futuro promisorio de esta finca agroforestal, la cual es recorrida por un riachuelo que garantiza agua todo el año.
También, el potencial turístico, con actividades al aire libre como el senderismo, bicicleta montañeras, vehículos todo terreno (four wheeler) observación de aves y vida silvestre, además de campamentos con carpas y de proyectos de investigación con universidades.