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Los principios de la economía circular como un paso obligatorio para los países
- 10/04/2021 00:00
- 10/04/2021 00:00
La definición de economía circular, según la Fundación para la Economía Circular, obedece a un concepto que se interrelaciona con la sostenibilidad y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, lo que reduce al mínimo la generación de residuos.
La economía circular está basada en el principio de “cerrar el ciclo de vida” de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía; además, transforma la economía lineal a no lineal.
Esta transformación es vital, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dado que el modelo económico lineal actual está basado en “tomar, hacer y desechar” y posee características de despilfarrador y extractivista, haciéndolo responsable en gran medida del cambio climático y el agotamiento de los recursos.
La ONU explica que, si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los compromisos de emisiones de gases de efecto invernadero bajo el Acuerdo de París, debemos adoptar un nuevo modelo económico.
Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cambio a un nuevo modelo económico es imperante y se observa con claridad en la crisis a la que nos enfrentamos con la pandemia de la covid-19, pues esta ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema económico actual. El BID enfatiza que nuestra recuperación requiere un cambio drástico en nuestros patrones de producción y consumo por un modelo circular en el que todos los productos se diseñen y produzcan considerando el uso eficiente de los recursos naturales, su reutilización, reciclaje y la minimización de residuos.
Es decir, la economía circular es una economía que por definición es reparadora y regenerativa, y pretende conseguir que los productos, componentes y materiales mantengan su máxima utilidad y valor en todo momento, tal y como señala el BM.
Para entender cómo transformar la economía de lineal a circular, el BID señala el concepto ampliado con las 7 R de la economía circular:
Repensar, rediseñar y reducir, minimizando la generación de residuos y la contaminación desde la etapa de diseño.
Reusar, al favorecer el diseño y producción de mercancías modulares y de usos múltiples. Lo que impulsa y favorece la proliferación de modelos de economía colaborativa.
Reparar para priorizar el mantenimiento sobre el reemplazo.
Reciclar, para favorecer la separación y reciclaje de desechos, lo que apoya la producción en ciclo cerrado incorporando materiales reciclados en procesos de remanufacturada.
Recuperar al regenerar recursos y sistemas naturales maximizando el aprovechamiento energético de los desechos producidos.
Repsol, empresa española multienergética global, ejemplifica la transformación hacia la economía circular. Según reseña el diario español El Confidencial, Repsol ha implementado cambios en su economía en proyectos de generación distribuida de electricidad renovable.
En este ejemplo de modelo energético 100% sostenible, la electricidad se produce en placas solares instaladas en tejados particulares de zonas urbanas y, estos hogares a su vez comparten con hogares vecinos la energía solar para impulsar el uso de energías más limpias y eficientes.
Al analizar este caso de transformación desde lo lineal hacia lo circular, entendemos que Repsol aplicó el concepto de las 7R, puesto que repensó, rediseñó y redujo la generación de residuos y la contaminación desde la etapa de diseño. Además, reusó la materia prima al favorecer el diseño y producción de paneles solares compartidos y de usos energéticos múltiples, lo que se traduce en ahorro al compartir para varios usuarios los gastos de reparaciones en las conexiones o instalaciones de los paneles solares.
Además, al impulsar y favorecer la proliferación de modelos de economía colaborativa, la empresa recicla y recupera energía maximizando el aprovechamiento energético de los desechos producidos.
Este ejemplo de Repsol valida lo indicado por el BID, que menciona un reporte del Foro Económico Mundial y la Ellen MacArthur Foundation, documentando que este estima que una adopción significativa de procesos productivos circulares a nivel global generaría un ahorro de materiales de un billón de dólares al año.
La economía circular aporta numerosas ventajas a las empresas que la aplican, como la reducción de costos de producción y disminución de materias primas.
Además, contribuye con la sostenibilidad ambiental. Al ser circular, los consumidores se benefician de igual manera cuando se reducen los costos de producción, porque el precio de los productos se reduce y los consumidores ahorran.
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que siendo el agua un elemento esencial para el buen funcionamiento de todos los sectores socioeconómicos, desde la salud, alimentación, energía, educación, empleo, desarrollo urbano y equidad de género, entre otros, es imperante que aceptemos que es un recurso finito y vulnerable que, en regiones como América Latina, tiene una disponibilidad variable en espacio y tiempo.
CAF indica que es posible aplicar la economía circular al agua residual aplicando las 7R a los procesos de las plantas de tratamiento de aguas residuales, pues una vez que estas son tratadas, pueden ser reutilizadas en actividades agrícolas, industriales, así como sus subproductos pueden ser utilizados como generadores de energía y mejoradores de suelos.
No obstante, este modelo, técnicamente atractivo enfrenta diversos retos normativos, institucionales, financieros y ambientales en cada uno de los países que hayan decidido adoptarlo.
“En este sentido, la construcción de plantas de aguas residuales bajo el enfoque de la economía circular posibilitará conservar un recurso cada vez más escaso, reducir los crecientes conflictos por el agua y optimizar el uso de los recursos económicos”, indica CAF.
Miguel Flores, director nacional de Verificación del Desempeño Ambiental del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), mencionaba en un artículo publicado en el diario La Prensa que en Panamá, MiAmbiente promueve la creación del centro de economía circular, en conjunto con el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) y el Sindicato de Industriales de Panamá (SIP).
Flores señalaba que este centro será el resultado de la transformación progresiva del actual Centro Nacional de Producción Más Limpia. En este lugar se espera la participación del sector privado, así como el apoyo, en conjunto de MiAmbiente, para desarrollar iniciativas en el sector público.
El incremento de la población a nivel mundial aumenta la presión del uso de los recursos naturales, por lo que el cambio en el modelo de la economía es necesario para garantizar la sostenibilidad ambiental de la Agenda 2030.
Cambiar el modelo requiere que los países a nivel global inviertan en la trasformación de sus políticas públicas para que estas sean las que marquen las líneas de acción en las que se enfocarán los países, para maximizar el uso eficiente de los recursos naturales, su reutilización, reciclaje y minimizar la producción de residuos.
Panamá ha iniciado acciones para que la economía circular forme parte del modelo para la toma de decisiones que garanticen el desarrollo sostenible del país, al satisfacer las necesidades de las generaciones del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas.