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- 19/10/2016 02:00
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Los manglares de Panamá Viejo y Juan Díaz no solo están siendo afectados por los grandes proyectos de construcción, la contaminación por basura y aguas negras.
Desde mediados de este año, quienes transitan por el tramo marítimo de la bahía de Panamá han podido observar su recién adquirida marchitez.
RICARDO DE YCAZA
‘En estos momentos se están haciendo gestiones para explicar el suceso de forma concreta'
El tono grisáceo de sus hojas y la resequedad de sus troncos, ya aturdidos por las actividades del hombre, evidencian ahora los efectos de una plaga fatal.
Una investigación preliminar ha detectado la presencia de un insecto depredador, la oruga Junonia evarete , que devora especialmente las hojas de los árboles de mangle negro de Panamá Viejo y de la desmbocadura del río de Juan Díaz.
La oruga ‘se ha identificado particularmente en árboles de mangle negro adultos de alturas superiores a los 15 metros, pero, la afectación está disminuyendo y el manglar se está recuperando de manera natural', explicó a La Estrella de Panamá Ricardo De Ycaza, director de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).
Alonso Santos, investigador del Museo de Invertebrados de la Universidad de Panamá, explicó que la presencia de la oruga es más frecuente en los mangles negros de la especie Avicennia germinans que en los de la especie Avicennia bicolor , probablemente por la altura que desarrollan los primeros, lo que resultaría un ambiente más favorable para las orugas.
La plaga que en pocos meses ha deslucido los preciados manglares de la bahía de Panamá, de importancia internacional y sitio Ramsar, es una oruga de una especie de mariposa o polilla llamada ojo de venado ( Junonia evarete ).
Esta oruga habita desde Florida en los Estados Unidos hasta Centro y Sur América en el trópico, excepto en la Antártica.
Aunque todavía no se ha confirmado con exactitud las razones que han impulsado su proliferación en la zona, los investigadores han visto una relación con los cambios atmosféricos como el fenómeno del niño, huracanes y el incremento en temperatura, que han influido en su migración.
‘Son teorías que solo se pueden comprobar con una investigación minuciosa y de largo plazo', afirmó De Ycaza.
No obstante, hay estudios internacionales, como el de la Universidad del Atlántico, que indican que la presencia de esa oruga está muy ligada a las plantas introducidas como ornamentales.
Para este estudio se contó también con la asesoría de Moirah Menezes, de la Universidad Federal del Pará, Brasil, quien lleva años estudiando este tipo de fenómenos en los manglares del Caribe brasileño. Menezes recomendó mantener un monitoreo constante.
Los manglares de Panamá Viejo y Juan Díaz forman parte de los humedales de Panamá, que comprenden un área protegida con una superficie total de 856.52 km2, de los cuales, 396.91km2 son terrestres, y 459.60 km2 son marinos. Mientras que el sitio Ramsar tiene una superficie de 489.19 km2.
Estos manglares son cruciales para la economía local, la pesca y la biodiversidad, además de ser reservorios de agua dulce y limpia para el mantenimiento del recurso alimentario, tanto en tierra como en el mar, y proveedores de protección contra desastres como las inundaciones.