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Océanos saludables, para un planeta posible
- 21/09/2022 00:00
- 21/09/2022 00:00
“Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos significa salvaguardar los caladeros de pesca, conservar especies únicas, preservar los ecosistemas más vulnerables y además ser capaces de responder a la crisis climática, la presencia de plásticos y otras actividades humanas en los océanos. Y la forma más efectiva de hacerlo es a través de una red de santuarios marinos”, describe Greenpeace, una oenegé ambientalista internacional.
Según detalla la organización ambientalista, los beneficios que los océanos brindan a la humanidad cada día son innumerables, puesto que influyen en los fenómenos meteorológicos más importantes, regulan el clima, producen el oxígeno que respiramos y son el hogar de ballenas, tiburones, tortugas y un sinfín de especies y ecosistemas marinos, como arrecifes y manglares.
Por sorprendente que parezca, dos tercios del agua de mares y océanos –la mitad del planeta en términos absolutos– son aguas internacionales en las que no existe regulación alguna sobre la protección de su biodiversidad. De la gestión sostenible de los océanos depende el futuro de la humanidad”, comparte en su sitio oficial Greenpeace.
Cristiana Pasca Palmer es secretaria ejecutiva de la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU, y también destaca que los océanos son una de las principales reservas de biodiversidad en el mundo. Constituyen más del 90% del espacio habitable del planeta y contienen unas 250.000 especies conocidas y muchas más que aún quedan por descubrir, ya que todavía no se han identificado más de dos tercios de las especies marinas del mundo.
Para la experta, los océanos y la vida que contienen son fundamentales para el funcionamiento saludable del planeta, ya que suministran la mitad del oxígeno que respiramos y absorben anualmente un 26% de las emisiones antropógenas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera.
“Cada vez hay más evidencias que demuestran el papel esencial que desempeña la biodiversidad marina para la salud del planeta y el bienestar social. Los sectores de la pesca y la acuicultura son una fuente de ingresos para cientos de millones de personas, especialmente para las familias de bajos ingresos, y contribuyen directa e indirectamente a su seguridad alimentaria. Los ecosistemas marinos proporcionan innumerables servicios a las comunidades costeras de todo el mundo”.
“Por ejemplo, los ecosistemas de los manglares son una importante fuente de alimento para más de 210 millones de personas, pero también prestan otros muchos servicios como medios de subsistencia, agua limpia, productos forestales y protección contra la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos”, contextualiza Pasca en un comunicado publicado en el sitio oficial de las Naciones Unidas.
En junio de 2021, el país se abrazó con el título de 'Líder Azul', tras ampliar en un 30% la protección de las áreas marinas del país; además logró ser el tercer país del mundo con carbono negativo.
Desde 2021, Panamá se ha convertido en un referente en acciones de estrategias destinadas a proteger el medio natural, reducir la vulnerabilidad y unirse a movimientos regionales que buscan conservar los ecosistemas.
Ante esto, el ministro de Ambiente, Milciades Concepción, anunció en la Conferencia de los Océanos de Naciones Unidas para la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible No 14: Vida Submarina, que se celebró en Lisboa (Portugal), que aumentará del 30,5% a al menos el 40% de la superficie marina protegida en el país antes de 2024.
Sobre este anuncio, el titular de MiAmbiente exhortó al resto de los países a que identifiquen las metodologías para buscar el mismo objetivo, manifestando que es importante asegurar el efecto protector de las áreas marinas que se establezcan en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, entendiendo que no solamente debe ser cantidad, sino también calidad de protección en estas zonas de importancia ecológica.
“Panamá históricamente ha tenido una gran incidencia en los océanos; al ser un país marítimo, entendemos que somos responsables de su protección disminuyendo las actividades que promueven amenazas globales como la contaminación, cambio climático y la pérdida de la biodiversidad”, detalló Concepción.
Para Pasca, secretaria de ONU Medio Ambiente, las preocupaciones por el drástico deterioro de la biodiversidad marina constituyeron el origen del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
El convenio engloba tres objetivos complementarios entre sí: la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos. Con 196 Estados partes en el convenio, este tiene casi carácter universal, señal de que el mundo entero ha tomado conciencia de la necesidad de trabajar conjuntamente para asegurar la supervivencia de la vida en la Tierra.
Reconoce que el convenio cumple también la función de ser un centro de coordinación en materia de biodiversidad para todo el sistema de las Naciones Unidas, y la base para que otros instrumentos y procesos internacionales integren en su labor las cuestiones relativas a la biodiversidad; por tanto, es un elemento central del marco mundial para el desarrollo sostenible.
El plan estratégico para la diversidad biológica 2011-2020 y sus 20 metas para la diversidad biológica que los Estados partes en el convenio aprobaron en Nagoya, prefectura de Aichi (Japón), en 2010, proporcionan un marco eficaz para la cooperación con miras a lograr un futuro en el que la comunidad mundial pueda beneficiarse sostenible y equitativamente de la biodiversidad, sin que ello afecte a la capacidad de las generaciones futuras para hacerlo también.
La importancia de la biodiversidad marina para el desarrollo sostenible fue reconocida en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los que los líderes mundiales resaltaron la urgencia de adoptar medidas para mejorar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina.
En particular, el ODS 14 –conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible– hace hincapié en los fuertes vínculos que existen entre la biodiversidad marina y los objetivos más amplios de desarrollo sostenible.
Por su parte, Greenpeace sugiere un tratado global de los océanos con el que todas las naciones se comprometan a proteger al menos un 30% de las aguas internacionales de nuestros océanos para 2030.
En estos santuarios marinos se podrán desarrollar espacios de protección de las especies que los habitan donde se posibilita su reproducción y desarrollo, al margen de la sobreexplotación industrial, de la contaminación y de los efectos del cambio climático.
Panamá, como país vulnerable ante esta situación, lidera programas y políticas a nivel nacional e internacional, que impulsan una mejor gestión de los residuos sólidos y la reducción de la generación de residuos plásticos.
Uno de ellos es el proceso de la elaboración del Plan de Acción Nacional de Basura Marina 2021-2026 que busca el desarrollo de acciones que garanticen la limpieza integral de los ecosistemas costeros y mares del país.
Otros son, la Ley No. 1 del 19 de enero de 2018, “que adopta medidas para promover el uso de bolsas reutilizables en establecimientos comerciales” y la Ley No. 33 del 30 de mayo de 2018, “que establece la política basura cero y su marco de acción para la gestión integral de residuos, y dicta otras disposiciones”.