Desastres naturales de 2022 ocasionaron más de $72 millones en pérdidas

Actualizado
  • 26/12/2022 00:00
Creado
  • 26/12/2022 00:00
Los desastres ambientales son parte del panorama climático que le ha costado la vida a miles de seres humanos, animales y pérdidas materiales, así como ocasionado daños ecológicos irreparables
Los efectos del cambio climático se manifiestan en fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.

Los desastres ambientales como tornados, inundaciones, incendios y huracanes y muchos otros, han afectado a diferentes ecosistemas, debido al deterioro que ha sufrido el planeta en los últimos 50 años, detallan algunos estudios sobre el clima.

En este sentido, las catástrofes ambientales que surgieron este 2022, también hacen parte de ese panorama climático que le ha costado la vida a miles de seres humanos, animales y pérdidas materiales, así como también han ocasionado daños ecológicos irreparables.

Tan solo en el primer trimestre de este año hubo $72 millones en daños provocados por eventos naturales extremos, como las inundaciones en Pakistán, Australia, Sudáfrica, incendios en Bolivia, ola de calor en Europa y Asia, sequía, desprendimiento de glaciares, ciclones y huracanes.

“Los efectos del cambio climático se manifiestan en fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, como las inundaciones sin precedentes en Australia y Sudáfrica”, dijo Martin Bertogg, responsable de riesgos catastróficos de Swiss Re, una de las aseguradoras más importantes del mundo.

Los riesgos hidrometeorológicos, como las sequías, las olas de calor, de frío, los ciclones tropicales y las inundaciones, han provocado, lamentablemente, la pérdida de cientos de vidas.

De acuerdo con Greenpeace, con temperaturas más cálidas, provocadas por el efecto invernadero y la contaminación, el ciclo del agua se ve modificado, lo que hace se presenten lluvias más intensas. La gravedad de esto se traduce en que en los últimos 50 años, “los desastres relacionados con el agua han causado cerca de 1.3 millones de muertes; y acumulado pérdidas por 115,000 millones de dólares”.

Ante ese panorama, el Informe sobre el Estado del Clima en América Latina y el Caribe 2021 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) pone de manifiesto las profundas repercusiones en los ecosistemas, la seguridad alimentaria y del agua, la salud humana y la pobreza.

El documento revela, entre otros impactos medioambientales, que las tasas de deforestación en la región fueron las más altas desde 2009, en un golpe tanto para el medio ambiente como para la mitigación del cambio climático. Mientras que, los glaciares andinos perdieron más del 30% de su superficie en menos de 50 años. Y la 'megasequía de Chile Central' es la más larga en al menos mil años.

Petteri Taalas, secretario general de la agencia de la ONU autora del informe, dijo durante la presentación del documento, que este muestra que los riesgos hidrometeorológicos, como las sequías, las olas de calor, de frío, los ciclones tropicales y las inundaciones, han provocado, lamentablemente, la pérdida de cientos de vidas, graves daños a la producción de cultivos y a las infraestructuras y desplazamientos humanos.

Las tasas de deforestación en la región fueron las más altas desde 2009, en un golpe tanto para el medio ambiente como para la mitigación del cambio climático.

Argumentó que se prevé que el aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos sigan afectando a los medios de subsistencia, el turismo, la salud, la alimentación, la energía y la seguridad del agua en las zonas costeras, especialmente en las pequeñas islas y en los países de América Central.

“Para muchas ciudades andinas, el deshielo de los glaciares representa la pérdida de una importante fuente de agua dulce que actualmente se utiliza para uso doméstico, riego y energía hidroeléctrica. En Sudamérica, la continua degradación de la selva amazónica sigue siendo una de las principales preocupaciones para la región, pero también para el clima mundial, teniendo en cuenta el papel de la selva en el ciclo del carbono”, señaló el profesor Taalas.

Mientras que el Informe de Evaluación Global 2022, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Undrr), reveló que en los últimos 20 años se produjeron entre 350 y 500 desastres de mediana y gran escala cada año.

Se prevé que el número de catástrofes alcance los 560 al año (o 1,5 desastres al día) para 2030.

El informe atribuye estos desastres a una percepción errónea del riesgo basada en el “optimismo, la subestimación y la invencibilidad”, que conduce a decisiones políticas, financieras y de desarrollo que agravan las vulnerabilidades existentes y ponen a las personas en peligro.

“No hay nada de natural en la escala de estos desastres”, subrayó el secretario general de la ONU António Guterres, quien indicó que las catástrofes ligadas al clima se han multiplicado por cinco en el último medio siglo y causan unas pérdidas diarias de más de $200 millones.

“Año tras año seguimos jugando al doble o nada con esta adicción, pese a que los síntomas empeoran y a que sabemos cuál es la cura”, subrayó Guterres en un mensaje de vídeo durante la presentación este año del nuevo informe sobre el impacto climático, coordinado por la OMM.

Las catástrofes afectan de manera desproporcionada a los países en desarrollo, que pierden una media del 1% del PIB al año a causa de este tipo de sucesos, frente a menos del 0,3% en los países desarrollados, detalla la ONU en su sitio oficial.

“Las catástrofes pueden prevenirse, pero solo si los países invierten el tiempo y los recursos necesarios para comprender y reducir sus riesgos”, dijo Mami Mizutori, representante especial del Secretario General para la Reducción del Riesgo de Desastres y directora de la agencia de la ONU autora del informe titulado 'Nuestro Mundo en Riesgo: Transformar la Gobernanza para un Futuro Resiliente”.

“Sufriremos más de una catástrofe diaria si no reducimos el riesgo”, reconoció el titular de la ONU.

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