El colibrí: campeón de la polinización

PANAMÁ. ¿ Quién por un momento ha visto un diminuto picaflor posado en la rama de un árbol de musenda? Es probable que muchos hayan teni...

PANAMÁ. ¿ Quién por un momento ha visto un diminuto picaflor posado en la rama de un árbol de musenda? Es probable que muchos hayan tenido esta oportunidad. Hace muy poco, mientras miraba el jardín de su casa, una amiga logró captar a una de las avecillas, estática en una rama.

Darma se asombró de verlo posado. Pero, ¡no es algo extraño! Los sagaces pajarillos se hallan en cualquier sitio donde exista flores. Desde un bosque tropical hasta un jardín puede convertirse en su hogar.

El colibrí, llamado en Panamá picaflor, tiene por costumbre aletear hasta 80 veces por segundo mientras buscan los néctares necesarios para alimentarse y para cumplir su abnegada función polinizadora. Son los campeones del cielo. Entre todas las aves que han conquistado el espacio aéreo, los picaflores son los que mejor lo han hecho. Incluso son los únicos que pueden levantar el vuelo hacia atrás; es decir, ‘en retroceso y, además, pueden quedar suspendidos en el aire’, explicó Alfredo Lanuza, biólogo del Laboratorio Marino del Smithsonian, en Punta Galeta.

Pero, ¿cómo pueden hacer esas acrobacias? Lanuza explica que es ‘gracias al movimiento de 180 grados que pueden hacer con sus alas’. Ningún otro pájaro tiene la habilidad para hacerlo, comenta entre risas el biólogo.

Los incansables bebedores de azúcares han invadido una gran cantidad de ambientes, entre ellos los páramos, manglares y sabanas. Sin embargo, los bosques tropicales del continente americano, de donde son endémicos, son su mejor refugio. Aunque su distribución se registra desde Alaska hasta la Patagonia son Ecuador, Colombia, Venezuela y una parte de Brasil donde vive la mayoría de las 320 especies que existen en el mundo. En Panamá hay 55 registradas hasta ahora, detalló Lanuza.

FUNCIÓN ECOLÓGICA

Este pajarillo, que puede pesar menos que una moneda de 10 centavos, cumple una importante función ecológica. Al igual que los insectos y los murciélagos, forman parte del proceso de polinización o reproducción de las plantas, dijo Erick Núñez, biólogo de la Autoridad Nacional del Ambiente.

Durante las 16 horas diarias que extraen los azúcares de las flores, las aves asumen su rol de polinizadoras. El proceso ocurre involuntariamente: tras golpear los estambres de las flores cuando extraen sus néctares, el polen queda adherido en sus plumas. Una vez allí lo transportan y lo dejan impregnado en otras flores hembras para que se cumpla el proceso de reproducción.

Las flores preferidas por los colibríes son tubulares. Estas tienen la virtud de tener abundante alimento y generalmente poseen una tonalidad roja, un color que, al igual que a los humanos, los atrae rápidamente, aunque los golosos pajarillos (les gusta el azúcar) también visitan capullos de otros colores, dijo Núñez.

Habitualmente las flores de las que extraen su alimento no ofrecen un lugar para posarse. Y es que regularmente son colgantes, pero eso no representa un problema para los pájaros, pues logran mantener su cuerpo en el mismo sitio mientras extraen los azúcares de la flor gracias a su capacidad para suspenderse en el aire. En otras ocasiones los conductos florales se adaptan con el pico curvo y la lengua de unos cuatro centímetros, que funciona como una bomba hidráulica, para alimentarlos. Pero el caso más curioso es quizás el del colibrí que perfora la flor por un costado para extraer el néctar ante la imposibilidad de obtenerlo de la forma usual, convirtiéndose así en un ladrón de savia.

OTROS ALIMENTOS

Se dice que un colibrí puede visitar de 500 a 3,000 flores por día de donde obtiene el combustible necesario para mover sus alas. Aunque se alimentan del néctar también pueden variar su dieta con pequeños insectos y arañas que cazan al visitar las flores.

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