Piezas arqueológicas repatriadas y el tráfico ilícito de bienes culturales

Actualizado
  • 02/12/2024 00:00
Creado
  • 01/12/2024 18:53
Las piezas arqueológicas son un testimonio invaluable de nuestra identidad, tradiciones y evolución como sociedad. Cuidarlas es esencial no solo para preservar la memoria colectiva, sino también para transmitir a las futuras generaciones el conocimiento y las lecciones del pasado

El tráfico ilícito de bienes culturales es la sustracción, destrucción o traslado ilegal de bienes culturales tales como piezas monumentales, arqueológicas, antropológicas, artísticas y obras documentales, o partes de ellas y Panamá es una víctima más de este tipo de tráfico.

Ese delito priva a las comunidades del acceso a valiosa información útil para su presente o para proyecciones futuras y afecta el desarrollo sostenible en campos como el turismo y los empleos sustentables, el acceso a la educación, el ejercicio de los derechos culturales, entre otros.

“Nosotros hemos logrado rescatar y repatriar piezas de cerámica prehispánica a lo largo de varios años; y ahora haremos una exposición con una muestra de los cinco países que hasta la fecha nos han enviado piezas”, compartió el asesor de la Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Raúl Castro Zachrisson en una entrevista a La Estrella de Panamá.

Dentro de la exhibición habrá un pequeño grupo de piezas prehispánicas de cerámicas que se han recuperado a lo largo de varios años, provenientes de países como Alemania, Italia, Estados Unidos, Países Bajos y Canadá, siendo este último el país mas reciente en devolver estos elementos, con un total de 13 piezas repatriadas. Por su parte, Países Bajos ha devuelto un aproximado de 300 piezas, según Castro Zachrisson.

El arqueólogo Carlos Fitzgerald, en la ceremonia de piezas repatriadas de Canadá, destacó que “las piezas repatriadas son muy valiosas por su singularidad y calidad estética” y anotó que su origen es del oeste del istmo. Algunas piezas son veragüenses pero la mayoría son chiricanas”.

“Podemos calcular un estimado de unos 700 a 800 años de edad, son piezas que casi llegan a los 1000 años y la mayoría de las piezas que nosotros vamos a exhibir, a pesar de que no tenemos la documentación, pensamos que son del Gran Coclé”, compartió Zachrisson.

La Convención de la Unesco de 1970, con 143 Estados parte, sigue siendo una referencia para establecer acciones y orientar la cooperación mundial contra el tráfico ilícito de bienes culturales. Por su parte, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (Untoc) indica que este delito se vincula con la financiación del terrorismo, el crimen organizado, el tráfico ilícito de drogas y armas de fuego, el lavado de dinero y la corrupción.

Desafortunadamente no existen cifras exactas sobre este delito debido a la dificultad de descubrir y vigilar estas actividades ilícitas. Este delito puede presentarse en mercados legales e ilegales, tanto en sitios arqueológicos, museos y galerías, como en sitios religiosos y plataformas digitales.

La exhibición tendrá por nombre ‘Herencia recuperada: nuestro legado vuelve a casa’, tendrá lugar en la Ciudad de las Artes junto con la del ‘Último vuelo del Chamán’ que en tan solo tres días recibió a más de tres mil visitantes.

Al igual que las piezas del ‘Último Vuelo del Chamán’, estas serán debidamente custodiadas a la espera de la reapertura del Museo Arqueológico de Panamá.

“La repatriación de piezas arqueológicas es un acto de justicia histórica que fortalece nuestra identidad como nación. Cada artefacto recuperado es un testimonio invaluable de nuestras raíces y un legado para las futuras generaciones” compartió en sus redes sociales, Javier Martínez-Acha Vásquez, Ministro de Relaciones Exteriores.

Zonas Arqueológicas de Panamá

Las evidencias arqueológicas han demostrado que alrededor del primer milenio a.C., es decir, hace unos 3000 años, comenzaron a establecerse las primeras aldeas en el istmo, y con ello, comenzó una paulatina división social y cultural de la población autóctona de este territorio.

Este proceso de separación dio lugar a tres distintas regiones culturales en el Istmo, ya diferenciables al menos para esta época. Cada una estuvo caracterizada por la existencia de redes culturales, políticas y económicas, alrededor de epicentros. Por lo tanto, y basados en la diferenciación reflejada a través de la cultura material de estos habitantes, los arqueólogos propusieron tres áreas culturales para el periodo prehispánico del istmo de Panamá: Gran Chiriquí, Gran Coclé y Gran Darién, respectivamente. Los linderos geográficos de cada esfera fluctuaron a través del tiempo según cambiaban las relaciones entre el epicentro y las áreas periféricas, y transcendían las actuales fronteras de Panamá, tanto al norte, abarcando el sur de Costa Rica; como al sur, cubriendo el norte de Colombia.

Una de las regiones menos estudiadas desde el punto de vista arqueológico lo constituye el Gran Darién por el espeso entorno selvático y el acceso eficiente a la misma, por estas limitantes es la menos explorada.

Actualmente la línea telefónica 311 está habilitada para que la ciudadanía pueda llamar y hacer denuncias sobre cualquier persona que tenga en su posesión piezas de arqueología o bienes culturales y los quieran devolver. Al igual, cualquier denuncia de conocimiento de guaquería o destrucción de sitios arqueológicos.

“Quiero exhortar al pueblo panameño, sobre todo en el interior del país, que la guaquería hace daño a nuestro patrimonio, termina destruyendo las piezas y destruyendo el conocimiento que pudiéramos adquirir para conocer mucho más de nuestro pasado, de nuestros ancestros”, concluyó Zachrisson.

Por último, en una entrevista a este medio, la diputada Paulette Thomas, licenciada en historia de las artes exhortó al pueblo panameño a visitar la Ciudad de las Artes y puedan gozar de estas exhibiciones sobre la cultura prehispánica de Panamá y poder comprender la importancia de la misma.

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