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Paratuberculosis y neosporosis, desafíos emergentes para ganadería de leche
- 16/08/2024 00:00
- 15/08/2024 16:20
La producción ganadera es una actividad de gran importancia en la provincia de Chiriquí. Según la Encuesta Pecuaria de septiembre de 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, esta provincia tenía 312,047 cabezas de ganado vacuno, liderando la producción nacional de vacuno.
Sin embargo, en los últimos años ha surgido una creciente preocupación debido a dos enfermedades que representan un desafío para la industria ganadera: la paratuberculosis y la neosporosis. El análisis de la prevalencia y el impacto de estas enfermedades es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención y control.
La paratuberculosis, también conocida como la Enfermedad de Johne, es una enfermedad crónica y contagiosa causada por la bacteria Mycobacterium avium subespecie paratuberculosis (MAP). Afecta principalmente el tracto intestinal del animal, provocando diarrea crónica, pérdida de peso y disminución de la producción de leche, lo que resulta en importantes pérdidas económicas para la industria ganadera.
La neosporosis es una enfermedad causada por el parásito Neospora caninum que afecta, sobre todo, al ganado bovino, impactando el sistema reproductivo y nervioso. Esta enfermedad se ha convertido en una de las principales causas de aborto en ganado bovino a nivel mundial.
La detección de la paratuberculosis en un animal sospechoso se realiza mediante varias pruebas de laboratorio, incluyendo frotis fecales, cultivos fecales y de tejidos, sondas de ADN o PCR tiempo real que emplean materiales fecales o tejidos, pruebas serológicas como la de enzimoinmunoanálisis (ELISA), y pruebas de necropsia e histológicas.
Para diagnosticar la neosporosis, se realizan análisis del feto, del suero del feto y de la madre utilizando diferentes técnicas directas que permiten una mayor certeza en el diagnóstico. El análisis histopatológico de los tejidos fetales es uno de los más importantes; los órganos examinados en orden de importancia son el cerebro, corazón e hígado. En las vacas, el diagnóstico se basa en el análisis del suero sanguíneo para detectar la presencia de anticuerpos específicos, utilizando técnicas como la inmunofluorescencia indirecta (IFI) y las pruebas inmunoenzimáticas (ELISAs).
Recientemente, investigadores del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat AIP) presentaron los resultados de estudios realizados en la provincia de Chiriquí, con la participación de productores de leche y carne. El proyecto fue financiado a través de la Convocatoria Pública del Programa Nuevos Investigadores de 2020 y la de Fomento de Investigación y Desarrollo de 2021 de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).
La investigación, liderada por el Dr. Amador Goodridge, especialista en enfermedades infecciosas e inmunidad, e investigador del Indicasat AIP, junto a la Dra. Claudia Rengifo de la Universidad de Panamá, apoyados por un equipo de investigadores y productores de leche, arroja luz sobre el impacto de la paratuberculosis y la neosporosis en la productividad del ganado lechero en la provincia de Chiriquí.
Desde el último análisis de neosporosis realizado en 2005 hasta el estudio actual, presentado por el Dr. Elvin Cano, especialista en medicina veterinaria, la neosporosis ha experimentado un aumento significativo del 30%. Esto representa un incremento del 5% a 10% cada 5 años, cifras que generan inquietud en el sector ganadero debido a su impacto directo en la producción lechera.
La investigación señaló que, por cada vaca positiva a la neosporosis y a la paratuberculosis, se presenta una reducción aproximada del 12% y 50% respectivamente, de litros de leche producidas por vaca al día. Estos hallazgos subrayan la urgencia de desarrollar más estrategias que puedan contribuir a la prevención de esta enfermedad.
La paratuberculosis presenta desafíos particulares, debido a los largos tiempos requeridos para su detección en laboratorio, lo que contribuye a su prevalencia y rápida propagación en la ganadería. Con el estudio presentado por el ingeniero agrónomo, Dayan Palacio, especializado en microbiología ambiental, se ha logrado un avance significativo.
El Ing. Palacio agregó que adaptó un método de cultivo mejorado que permite detectar la presencia de la bacteria en los bovinos y aplicarlo a gran escala, obteniendo resultados más tempranos y eficientes. Así mismo, determinó las prácticas de manejo del hato ganadero que aumentan el riesgo de adquirir la infección por la bacteria MAP.
Este nuevo método ofrece resultados más precisos y beneficia a los productores, permitiéndoles tomar decisiones oportunas para evitar la dispersión de la bacteria MAP. La detección temprana y manejo apropiado del hato es crucial para apoyar a los productores en la prevención y reducir el impacto económico y productivo.
Estos resultados fueron presentados a actores de la región occidental, entre estos, Cecomro, estudiantes, gremios de productores incluyendo Aprogalpa, Ipagal-AIP, Idiap, autoridades del Mida, del Minsa, de la Cámara de Comercio de Chiriquí, de la Universidad Oteima y de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UP, representantes de las empresas lácteas Bonlac y Nevada Panamá.
El Dr. Goodridge enfatiza que el objetivo del estudio no es crear alarma, sino promover una comunidad donde investigadores y productores puedan trabajar en conjunto y desarrollar estrategias para aumentar la productividad de la ganadería del país. Este enfoque colaborativo es esencial para abordar los desafíos que presentan la paratuberculosis y la neosporosis.
La situación actual plantea preguntas importantes para ser abordadas con el rigor científico sobre cuáles son las medidas de preparación y manejo de las explotaciones ganaderas para enfrentar estas amenazas crecientes, qué medidas deben tomar los productores para proteger sus rebaños y sus medios de vida, y cómo pueden los consumidores apoyar una industria láctea local más saludable y sostenible.
El futuro de la ganadería en el país dependerá en gran medida de cómo se aborden estos desafíos. La colaboración entre científicos, productores y autoridades será crucial para desarrollar e implementar estrategias efectivas de prevención y control, asegurando así la salud animal, aumentar la productividad y la sostenibilidad de esta importante industria en la región.