Nuchus, guardianes e instrumentos de curación

Actualizado
  • 26/01/2025 00:00
Creado
  • 25/01/2025 16:41
Aude y Alexandre de Beaulieau preparan una exhibición de ‘nuchus’ -guardianes guna- en Casa de América, Madrid. Una forma de llamar la atención sobre cambios, algunos inevitables y la resistencia pese a todo.

Ellos vivieron unos 15 años en Panamá. Durante su estadía en el país Aude y Alexandre de Beaulieau tuvieron la oportunidad de hacer amigos y conocer mucho sobre la cultura del pueblo gunadule. Un elemento muy particular de esta cultura, los nuchus, figuras sagradas talladas en madera, guardianes y protectores de los espíritus malignos, intrigaron a los coleccionistas que fueron investigando y conociendo más sobre ellas. “Estuvimos en muchas ocasiones en San Blas para visitar a nuestros amigos, tenemos una familia de amigos en las islas y poco a poco nos enamoramos de estos nuchus que tienen formas y características muy distintas”, dice Alexandre.

Los nuchus son elaborados principalmente con madera de balsa y algunos de ellos son intervenidos con tinte vegetal como el del achiote, con aceite de coco o con cenizas. “Hay muy pocos con pintura”.

La fascinación por estas “esculturas” fue casi inmediata, inicialmente por sus características físicas, pero se incrementó al conocer sus funciones en el mundo espiritual.

“Un amigo guna nos abrió las puertas de su casa y también de su cultura; nos habló mucho de sus tradiciones, nos llevó a algunos rituales”, comenta Aude. Otro de sus amigos un antropólogo que pasó más de un año viviendo en la comarca también compartió con ellos sus vivencias. Para mucha gente, Guna Yala Ayala es una tarjeta postal; para nosotros es más su gente, sus tradiciones y su cultura”, sostiene.

Poco a poco, los de Beaulieu fueron adquiriendo nuchus. A lo largo del tiempo, esta colección se fue incrementando. No tienen una cifra exacta, pero se trata de miles de piezas. “Estas figuras ya han sido desacralizadas. Cuando ellos estiman que ya no tienen poder, transfieren el poder que queda a una nueva y pierden entonces el valor espiritual que tienen y son desechadas”, explica Aude.

A esto, Alexandre agrega que hay tradiciones diferentes para desechar estas figuras. “Cuando se tornan en madera vieja, en algunas islas los tiran al mar para que regresen a la naturaleza. En algunas islas tienen un sitio específico donde los botan”.

Alrededor del año 2006 la aventura de los nuchus empezó para los de Beaulieu y les tomó prácticamente los 15 años que residieron en Panamá, el concretar una colección que fuera digna de compartirse.

“No es solo una colección por coleccionar. Al principio eran las esculturas, y poco a poco se integró al interés por esas figuras, la cultura guna y los amigos. Es una colección que cuenta la historia de mucho más que solo un artefacto. Al principio era una escultura, más otra, más otra, más otra, pero después se convirtió en una historia”, argumenta Aude. En pocas palabras, estas figuras de madera desacralizadas han adquirido un valor nuevo.

“Para nosotros representa muchos momentos, muchas amistades, muchos encuentros, muchísimas conversaciones sobre muchas amistades es una parte importante de nuestra vida”, agrega Alexandre.

A pesar del tiempo transcurrido Aude no deja de maravillarse cómo a un vuelo de solo 40 minutos de la ciudad, rodeada de rascacielos y modernidad existe una civilización con una manera de vivir tan distinta, tan única. “Esto se ha convertido en una historia, como ya dije, pero una historia que se está yendo un poco mal con el calentamiento global. Ya hay varias islas que tienen las palmeras en el piso, comunidades que ya tuvieron vieron que trasladarse. No hay que ser científico, meteorólogo para ver que sí, que el cambio climático es verdad, que sí existe y que a nosotros nos afecta. Esto nos preocupa, nos duele y creo que nuestro interés por compartir esta historia nace de querer concientizar de que hay civilizaciones que en el Siglo XXI están en riesgo y no se hace nada al respecto. La exhibición es la concretización de nuestro afecto por esta comunidad y la manifestación de nuestras preocupaciones”, afirma.

“Es nuestra manera de reflejar todo esto y el vínculo con la cultura guna que tenemos es a través de estas de estos artefactos”, reconoce Alexandre quien encuentra increíble que esta cultura haya podido mantenerse durante tanto tiempo. “Es un esfuerzo muy grande. Ellos se han resistido mucho a todos los cambios y han preservado su identidad muy fuertemente. Y ahora viene este reto de la subida del nivel del mar y de, eventualmente, algunos efectos que va a generar el cambio climático y creo que, a través de estas esculturas, que son increíbles que son el testimonio de una cultura para mí muy fuerte, se llama la atención de que hay algo muy interesante a menos de una hora de avión de esta ciudad tan moderna y que se ha preservado preservado por mucho tiempo.

‘Nuchus’, la publicación

El compartir de esta colección empezó hace unos seis años con el proyecto de una publicación que tomó tres años en concretarse y que ya ha visto la luz. Y es que además de tener una colección a punto, luego “hay que encontrar las buenas personas que entiendan lo que queremos transmitir y eso toma su tiempo”, reconoce Aude.

Para el libro Nuchus, los de Beaulieu hicieron una selección de figuras que catalogaron de acuerdo con sus características físicas y su funcionalidad, aunque esta clasificación no está regida por ningún lineamiento de la cultura guna. La selección que presenta el libro hace notar lo variado del trabajo tanto en talla de madera como de caracterización de las figuras.

Además, incluye escritos de algunas personas: poetas, científicos y presenta una recopilación de relatos orales, historias de familias en las islas.

Los Beaulieu están realizando los trámites necesarios para que el libro pueda ser adquirido a través de internet así como directamente en algunos comercios locales. “Todavía falta un poquito de trabajo, pero ya estamos en la recta final”, dicen.

Nuchus, la exhibición

“Estamos muy orgullosos de hacer una exhibición en Casa de América en Madrid”, anuncia Aude. “Casa de América es un lugar muy adecuado para lo que lo que vamos a hacer porque el espacio de exhibición nos permite poner luz sobre este tema y seguir contando la historia”, añade Alexandre.

Y aunque las gestiones van muy bien encaminadas, se requiere del apoyo de patrocinadores. “Estamos moviéndonos en todos los campos de batalla al mismo tiempo, pero sí, necesitamos patrocinadores para concretizar todo esto”, admite Aude, aunque no duda que el cometido se logrará pronto. “Se están sumando buenas voluntades, gente que quiere ayudar”. Aunque no hay una fecha específica, se estará presentando a finales de este año.

Sobre su contenido, Alexandre solo adelanta que va a ser “una muy buena sorpresa”. Y es que será como descorrer un velo. A diferencia de la mola, colorida, vistosa y muy usada tanto en prendas de vestir como en accesorios, los nuchus son prácticamente desconocidos. “Hay que verlos para para entender el tema, es muy difícil sin tener idea. Nuestros amigos saben porque han visto el libro, se los hemos mostrado, pero las personas que recién conocemos o que ven esto por primera vez no tienen ni idea”, comenta Alexandre. “Es parte de sus rituales y muy propio, algo dentro de las casas, no escondido, pero que no está públicamente expuesto”, advierte.

Y ese valor se mantiene en cada una de las piezas que forman parte de la colección que por 15 años fueron creando. “Son artefactos que se sometieron a un rito, que se han hecho y se han cuidado con un propósito. No se hicieron para venderlos o para decorar. Son parte de su vida, de su familia. Es la intención con la que fueron hechos”, concluye Aude.

Aude de Beaulieau
Coleccionsta
Estas figuras ya han sido desacralizadas. Cuando ellos estiman que ya no tienen poder, transfieren el poder que queda a una nueva y pierden entonces el valor espiritual que tienen y son desechadas”,
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