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Lourdes de Armas: “No es una lucha entre mujer y hombre, sino poder convivir en un espacio equitativo”
- 20/12/2022 00:00
- 20/12/2022 00:00
Escritora, editora, teóloga, con un máster en ciencias de la religión, la cubana Lourdes de Armas ha dejado su nombre en alto tanto en su país como en varios lugares del mundo.
Ha publicado numerosos libros, entre los que se encuentran: Domingo blanco, Sin pudor, Marx y mis maridos, Antología velas sobre el pecho del mar, Antología sombras nada más y Miradas inquietantes.
Una persona sencilla de pelo rubio y una sonrisa encantadora, la escritora cubana vive la literatura en carne y hueso sin miedo a contar lo que ella considera “su realidad a través de sus ojos”.
Su ingenio, imaginación y esfuerzo han sido la clave que ha llevado sus obras a alcanzar tierras internacionales y ser traducidas en otros idiomas, como italiano, croata y portugués. Sus textos han aparecido en antalogías y revistas en Italia, España, Portugal, Colombia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Panamá, y más. De Armas es, además, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Muy bien. Fui invitada por una de las universidades de Panamá a dar unos talleres de literatura y tuve la oportunidad de presentar mi nuevo libro “Vislumbrando otras colinas: Voces femeninas de 9 latitudes” publicado por la editorial D'McPherson.
Tuve una vida simple y sencilla, criada por padres obreros. Mi mamá era cocinera y mi papá trabajaba en un hospital. Ninguno tuvo una profesión como tal, pero tuve una infancia tranquila dentro de todo. Iba a la escuela como cualquier persona. La sociedad cubana como tal era tranquila, por lo menos en esa etapa de mi vida.
Mi amor por la lectura y la escritura se fue fomentando a través del tiempo. No estudié nada que tenga que ver con la literatura como tal, sino que me gradué en derecho y teología pero siempre escribí. Desde el comienzo cada vez que tenía una idea, la iba escribiendo y de ahí, todo fue creciendo.
La sociedad es importante, claro. A los escritores nos importa mucho la sociedad en la que vivimos. De ella nos alimentamos todos los días. Uno de los libros que publiqué llamado Marx y mis maridos habla precisamente de las determinadas etapas de la vida cotidiana de una mujer en ciertas fases de la sociedad cubana.
No me gusta hablar de política en mis libros. Escribo más que nada de la parte social y me gusta contar historias alrededor de los personajes que voy creando. Por lo general a las personas les gusta hablar del tema y escribirlo, pero a mí no.
Tengo la responsabilidad social de contar lo que vivo y decir mi verdad. Aquella que tampoco es la verdad absoluta, pero es mi realidad y es lo que ven mis ojos y lo que vivo día a día.
La escritura nos salva de absolutamente todo. Te ayuda a organizar tu mente, tus pensamientos, a poder crear conceptos, y ver la vida desde otra perspectiva. Te puede salvar en momentos difíciles como el que vivimos en la pandemia cuando estuvimos distanciados unos de otros. Para mí, la escritura es mi salvación y entiendo que no es para todos. Cada persona tiene algo diferente que los salva a sí mismos.
Tal cual la pasamos todos: primero en encierros, luego sustos. Pero siempre hemos estado en contacto con la literatura, con amigos y amigas escritores y eso nos ayudó mucho en esos momentos. Hicimos entrevistas por nuestro sitio web a muchos escritores y escritoras .
No puedo hacer esa comparación. Escribir como tal, me alivia sin importar en el país que me encuentre. Es algo que me gusta y que disfruto.
No. Siempre he escrito lo que pienso y soy publicada en Cuba. Nunca he tenido ningún problema con la censura a la hora de publicar mis obras.
Lo que hacemos y se debe seguir haciendo es visibilizar las obras femeninas y hablar de la mujer como tal. Hay que hablar sobre el tema y darnos cuenta de que esto no es una lucha entre mujer y hombre, sino poder convivir en un espacio con equidad. Es saber que entre hombre y mujer podemos convivir en armonía.
Es un libro que cuenta con más de 20 historias sobre mujeres de nueve países, entre ellos, por supuesto, Panamá. Dos de estos cuentos son de la escritora panameña Gloria Young y de la escritora también panameña Isabel Burgos. Esta obra también cuenta con historias de escritoras mexicanas, cubanas, argentinas y brasileñas.
Algo interesante del libro es que hay un puente entre las escritoras cubanas que siguen en el país y aquellas que se encuentran en Estados Unidos, y esto permite una diversidad de escrituras femeninas.
La idea de este libro fue juntar a muchas mujeres en un espacio común y ver qué opina cada una y cómo es su creatividad. Increíblemente convergen en ideas sin conocerse y sin importar del país que vengan, como por ejemplo escritoras de Cuba con aquellas de Puerto Rico, que sin conocerse tienen temas en común. Fue el caso con las escritoras panameñas que también convergen en distintos temas con otras escritoras en el espacio que se les daba.