Danae Brugiati: ‘Estamos a la deriva, sin planes, sin cuentas claras, sin discursos serios’

Actualizado
  • 16/02/2021 00:00
Creado
  • 16/02/2021 00:00
La ganadora del premio Miró 2019 en ensayo subraya el poder de la literatura y la herencia de la narrativa patria. También da una lectura política de la crisis pandémica
Danae Brugiati Boussounis

Danae Brugiati Boussounis (Chiriquí, 1944) es una mujer dotada de una enorme facilidad de palabra. Una fluidez, que no solamente desborda en la expresión escrita, sino también en la oral. Esta escritora, poeta, traductora y educadora es una de las voces más encantadoras de nuestro entorno literario. Hasta no hace mucho, en 2019, su ensayo Mestizaje: mujeres y mitos le valió el premio Ricardo Miró, galardón insigne de nuestras letras patrias. Un texto valiosísimo que “es un paso más hacia la consecución de mejores propósitos en la literatura y en la investigación”, esboza.

El poeta Salvador Medina Barahona dijo una vez que “la incursión tardía de Danae en la literatura panameña es, sin duda, una de las mejores noticias de nuestra actualidad cultural”. Danae ha escrito cuentos, poesías, ensayos. La noche de los cocuyos, En las riberas de lo posible y Pretextos para contarte son algunas de sus obras. No “le interesa publicar, por publicar”, porque para escribir buenas historias lo que sobra es la prisa. Dice que es “emprendedora y aventurera en los proyectos”, cualidades que le regaló su madre, y de su padre tiene “la fuerte inclinación por lo artístico, por lo humanístico”.

Charlamos con ella vía Zoom. Completamente cómoda con la nueva modalidad tecnológica, que usamos todos desde que se instauró la pandemia, dibuja un trazo íntimo de su vida, de la literatura, de nuestra herencia narrativa... Ha aprovechado también para reivindicar la esencia de la literatura, esa que “tenía el poder de prepararnos mejor para el futuro”, pero que ahora tristemente, se deja influenciar por lo efímero. Danae Brugiati es una creadora honesta con la vena optimista y punzante incluso, cuando tanto cuesta.

En una entrevista citó a la poetisa Consuelo Tomás quien aseguraba que escribir es el resultado de “muchos años de trabajo sostenido, desvelos, lecturas, y papeles botados a la basura”,  ¿qué poder tiene la escritura? ,¿dónde están los versos que Danae no se ha atrevido a plasmar?

El porcentaje de lo que llega a ser material impreso y publicado es mucho menor del que se escribe. Diría que un 40% considero para la publicación, y ello con muchas dudas.

Hasta hace poco la literatura tenía, además del poder de divertirnos, trasladarnos a otras esferas, hacer vivir a los objetos, en fin todo lo que puede la imaginación, el poder de transformarnos, de prepararnos mejor para el futuro que todavía no sabemos que es ello, pero este último poder está en duda en este momento. ¿Podremos transformar un futuro que ni siquiera sabemos qué es ni cómo es? Muchas mentes viajan auscultando ese futuro, pero es tan denso que aún no nacen las obras que puedan convertirse en los trabajos iluminadores de ese porvenir. Lo que he visto hasta ahora parecen historias que repiten lo que se oye en los noticieros y los memes que nos auguran como zombis manejados por chips implantados por una oscura élite superior, para controlarnos o que transformará nuestro ADN y esto lo repiten hasta la tontería.

 En cuanto a los versos, sí, he publicado poquísimo material en inglés y español. Pero lo demás todavía lo estudio. No tengo prisa. Hay tiempo. No me interesa publicar por publicar.

En Panamá hay desmemoria, o, mejor dicho, memoria selectiva... ¿Cómo combatir la desmemoria desde la literatura ?

La escritura de la historia, de la memoria histórica y literaria desde una perspectiva amena, interesante, cuestionadora sin dejar de lado lo que tenga de anecdótico y hasta enriquecerla con los pasajes de ficción y embellecimiento poético, ya sean momentos gloriosos, dolorosos, cruciales, cumplen el cometido de ilustrar y llevar la historia a niveles más populares, en medios libres del canon y las ataduras académicas. La literatura cuyo tema es la historia requiere igualmente de la investigación rigurosa para poder construir sobre ella la ficción que atrae y fascina. Hasta descubres en ocasiones que la historia tiene pasajes tan alucinantes como cualquier creación de ficción, ya sea cuento, novela o con el embrujo de la poesía.

¿Cómo valora la literatura patria? ¿Leemos los panameños?

Tenemos excelentes escritores, tanto poetas como narradores, pero no deseo emitir nombres por si se me olvida alguno. Los conocemos y disfrutamos los que leemos. A los más jóvenes solo les insto a que lean más, se den más tiempo antes de publicar y sean duros críticos de los textos que van a convertir en libros.

Considera que en estos tiempos, ¿hay mercado para la literatura?

Este momento de crisis ha hecho que muchos se vuelvan hacia la literatura como entretenimiento y como herramienta contra la depresión o la locura del encierro, pues ofrece una ventana a otros mundos, te enseña que no hay límites que puedan contenerla y te dejas llevar por ella a esos mundos. Y no hablo de la escritura condensada de un tuit o un Whatsapp, que también es lectura. Estoy hablando de novelas y colecciones de cuentos y hasta ensayos, pues no es cierto que todos queramos lo efímero, lo pasajero. Buscamos aquello que nos haga pensar fuera del cepo que nos ata, de los confines de una habitación o de una casa. Pero es una pregunta que contestarían mejor los libreros o plataformas digitales que nos venden libros. He leído grandes novelas que no había podido antes por falta de tiempo y tengo otras esperándome.

¿Qué herencias de la literatura patria observa en la sociedad panameña actual?

Poco. La conmemoración de ciertas efemérides, de algunos eventos trágicos como el 9 de enero de 1964, la invasión de EE.UU. en 1989. Los más cercanos. Pero me pregunto qué porcentaje de nosotros comprende la relevancia de la lucha inquilinaria o la guerra de Coto o la importancia de un Victoriano Lorenzo o de por qué hay un parque que se llama Francisco Arias Paredes, o qué significa: “Ni millones ni limosas”. Y de muchos otros momentos y personajes, la mayoría poco rescatados, tanto por la historia como por la literatura. Tenemos una herencia, pero pocos la aprecian y la reviven.

¿Por qué el ser humano necesita que le cuenten historias?

A temprana edad los cuentos, las historias, las fábulas, las parábolas estimulan el desarrollo cognitivo y del lenguaje de los niños desde el entorno familiar y luego en la escuela. Desarrollan un vocabulario más extenso, pues el intercambio con los adultos, la lectura y los cuentos les expone a un número mayor de palabras, lo cual es indispensable para desarrollarse durante toda su vida adulta.

El cuento ayuda a preparar a los niños para desempeñarse mejor en sus años de escuela. Y es tan importante esto, que hasta marca el nivel de estimulación lingüística que los niños reciben en su hogar y puede variar considerablemente entre los países.

A los adultos, siempre un buen cuento les entretiene, les ayuda a buscar alternativas al hacerle pensar que la realidad puede ser de otra manera.

El escritor Leonardo Padrón dice que “los verdaderos solitarios gritan a todo pulmón. bailan sin rubor, se dejan entrevistar, hacen público sus amores...”, ¿es el poeta un verdadero solitario?

Creo que el poeta siempre ha sido un solitario. Se crea en soledad. No es una actividad grupal ni siquiera en una coral. Pues allí no se hace poesía sino declamación. El demiurgo vive en soledad para disponer que sus personajes vuelvan a vivir su propia historia y en su espacio cerrado. Solo la penumbra le hace bien. Mata y se bebe el sol y lo resucita en versos de luna y fiebre nocturna.

¿Qué poetas les sugeriría a los políticos para que reflexionen en estos tiempos tan raros, cuando más que nunca dependemos de su gestión?

La notoriedad social de las figuras poéticas como recurso decorativo y propagandístico, es un medio en que el estricto y honesto desempeño de su oficio no se les daría tan fácilmente pues la política es la materia, la cosa, y la poesía es la luz de las cosas.

Ambas, la poesía y la política, utilizan las palabras, el arte del lenguaje que explora todos los recursos y tiene como objetivo expresar o sugerir algo, tocando sonidos, ritmo y musicalidad y por supuesto existe la poesía comprometida que sirve como clave para comprender mejor el acontecer político. Aragón o Eluard, Musset, Nerval o Rimbaud. Las denuncias de Víctor Hugo contra Napoleón II. Sí, La poesía comprometida, es una herramienta que le permite al poeta expresar sus opiniones políticas e incitar al lector a la acción. Esto se puede ver, por ejemplo, en Poesía y verdad de Paul Eluard, con su famoso poema ‘Liberté’, donde nos hace comprender la noción abstracta de libertad a través de una serie de imágenes concretas. El poeta crea un mundo de imágenes, como Baudelaire, quien en Las flores del mal describe al poeta como un albatros. El poema de Eluard ‘Liberté’ fue lanzado en paracaídas sobre los maquis, organización guerrillera francesa de oposición a la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Poetas comprometidos con la patria, Ricardo Miró, José Franco, Diana Morán, Manuel Orestes Nieto, Amelia Denis de Icaza, Rosa Elvira Álvarez, Gaspar Octavio Hernández y otros, cuyas denuncias hechas a través del verso han quedado consignadas en sus obras.

¿Cree usted que el mundo de la poesía ha sido machista?

En Panamá no. Hace 50 años muchas mujeres nos han dejado obras maravillosas desde su actuar de madres, esposas y maestras, hasta aquellas que agitaron banderas y marchaban para construir un país. Consuelo Tomás, Hercilia Ramos de Argote, Matilde Real de González, María Olimpia de Obaldía, Giovanna Benedetti, Moravia Ochoa López, Stella Sierra, Elsie Alvarado de Ricord, Ester María Oses, Rosa Elvira Álvarez, Nicolle Garay, Sydia Candanedo, Magdalena, Camargo Lemieseck, Berta Alicia Peralta, Lil Herrera, Lucy Chau, Luz Lescure, la lista es larga y sigue creciendo. No podemos decir que la poesía panameña no ha escogido entre las mujeres a su mejor expresión. Y perdonen, siempre temo dejar a alguien relevante fuera, por un desliz momentáneo de la memoria.

¿Cómo cree que ebulle ahora mismo el movimiento feminista?  ¿Cómo valora el matrimonio igualitario o cuáles son tus posturas al respecto?

En Panamá, como en el mundo, el movimiento feminista como otros que empoderan a grupos hasta ahora silenciados se encuentra en un momento de auge y mayor fuerza y libertad de expresión. Con otros grupos me refiero a los que defienden la calidad y protección del ambiente, a las comunidades LGTBIQ+, a los niños de la calle y a las aspiraciones de todos ellos que buscan un marco legal en el cual apoyar sus luchas y aspiraciones. No es diferente para aquellos que buscan la legalización del matrimonio igualitario, decisión personal y libre. Debemos preocuparnos y buscar vías de solución para los problemas que nos atañen a todos y no a un grupo, por ejemplo la violencia intrafamiliar, el feminicidio, el maltrato de los animales, vivienda y agua para los más vulnerables, etc

Hablemos del momento que vivimos, ¿cómo ve el mundo desde que llegó la pandemia?

Una pandemia no se explica; nos sobreviene desagradablemente, pero la actual parece más terrible que las anteriores, solo parece, pues es la que estamos viviendo y no sabemos, por más que ejercitemos la imaginación y la lógica qué le tocará vivir a nuestros nietos o a los hijos de los más jóvenes. Pandemias anteriores también han provocado el trastocamiento de los valores y de la vida como había sido organizada hasta que llegó. Igual que ahora, los seres humanos quedamos a la deriva, sin derrotero, con el miedo a un futuro incierto. Solo imaginamos una civilización diferente, pero que no está muy lejos del mundo prehistórico que imaginamos, donde prevalecerán los grandes, los fuertes, los que tengan mejores herramientas y el conocido mundo de la dominancia de los mejor dotados y no precisamente para el bien.

Hay quienes dicen que hemos perdido la libertad durante la pandemia, pero también se ha ganado,  ¿qué ha aprendido de usted misma en el confinamiento?

Encerrada vivía desde antes de la pandemia, pues mi actividad laboral era la preparación de clases y planes de estudio, traducción, y en los últimos años, la escritura creativa, actividades todas que desarrollas en solitario. La única e importante diferencia es que al abrir la puerta podía viajar, ir a tomarme un café o vino con amigos y parientes, nadar, y abrazar. Sobre todo, abrazar. Eso he aprendido, a dominar más mis impulsos de querer a la gente y demostrárselo. Por lo que la experiencia ha sido muy negativa. La pandemia ha dado al traste con la calidad de vida de los ancianos que nos habíamos cuidado para disfrutar nuestra vejez, activos y sanos, disfrutando de nuestras familias y amigos. Todos estamos deprimidos y tratamos de disimularlo por el amor que les tenemos a nuestros familiares. Aunque por otro lado confío en la resiliencia del ser humano como conjunto.

¿Qué lectura política y económica hace de esta crisis? ¿Qué cree que sucederá? ¿Cómo valora la gestión del gobierno?

¿Política? Estamos a la deriva, sin planes, sin cuentas claras, sin discursos serios. ¿Economía? Otro tal. Nos toca leer e investigar, tomar el pulso y sacar conclusiones. Ni los organismos internacionales –que no siempre son creíbles– ni los expertos locales nos dan respuestas claras sobre ello.

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