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Idania Chirinos: 'Espero que los venezolanos no dejemos sola a María Corina Machado'
- 07/11/2023 08:54
- 07/11/2023 08:54
Idania Chirinos tiene una presencia imponente. Su sonrisa es dulce. Es de esas pocas personas que tiene el don de impregnar su tono de voz. Su discurso está lleno de experiencias dadas por el periodismo. Su mirada, inteligente y honda. A estas alturas ya no necesita mucha presentación ya la conocen ustedes, en especial, su audiencia venezolana. Entre muchas voces sobresale la de Chirinos, esa punzante y que imprime, con veracidad, los hechos, y es una de las que incomoda al gobierno de Nicolás Maduro, aunque suene desde otra tierra.
Lo ha contado casi todo, ya sea a través de la radio o la pantalla. Ahora desde hace casi 14 años - que los cumple en enero- es la directora de Contenidos del canal internacional de noticias NTN24. En la periodista hay coraje, determinación y mucha pasión por el oficio que ejerce y al que denomina como la aventura de su vida que disfrutará hasta su último aliento. En el ser humano hay mucha nostalgia y un gran anhelo: ver a su país curado del chavismo. Ella viene de la Venezuela marcada por la censura. Es una de los casi 2 millones de venezolanos que ahora residen en Colombia.
Nos encontramos vía Zoom por la mañana. Ella desde su oficina - en la que suele maquinar y organizar los contenidos del medio que la fichó sin ella esperarlo. Aquí Idania, la mujer que aprovecha 'La Tarde' para informar a toda una región.
Mi papá era un hombre de radio. Hacía programas de música, pero llegó a manejar una radio y a dirigir al personal. Le apasionaba la radio; quizás eso lo aprendí un poco de él. Disfrutaba de mis coberturas y siempre me decía que yo había vivido las aventuras que él habría querido tener, pero que nunca tuvo. Entonces, creo que esto de los medios me viene quizás de él. De mi mamá tengo su alegría y su amor por la vida. A mi mamá le encantaba bailar, y yo amo bailar. Además, intento bailar, aunque sea cinco o diez minutos al día, porque dicen que quienes lo hacen son mucho más felices, creo ciegamente en eso. Cualquiera que me conozca y trabaje conmigo te puede decir que yo puedo salir de mi oficina y bailar mientras voy caminando hacia alguna parte.
Me gradué en la Universidad Católica de Caracas. Ciertamente, comencé como pasante mucho antes de graduarme, y eso me trajo quizás problemas porque empecé a trabajar muy rápido, haciendo cámara debido a algunas circunstancias que se presentaron. Además, desde siempre viajé mucho y faltaba muchísimo a clases, en el último año. Desde ahí, aprendí a vivir el periodismo de una manera que me gustó muchísimo y tuve jefes que fueron muy importantes para mí, porque creyeron en todas las cosas que yo les planteaba y me permitieron hacer periodismo de investigación. Viajé muchísimo por Centroamérica, cubrí elecciones, terremotos y cualquier variedad de acontecimientos.
Comencé a hacer radio, que fue otra de mis grandes pasiones. De hecho, cuando me vine a Colombia, yo era parte del equipo de Unión Radio, que se dedica exclusivamente a las noticias. Vine a Colombia hace 14 años y lo hice por una circunstancia particular: quería conocer el Canal y quería establecer una alianza informativa con otros periodistas. Al día siguiente, almorcé con Claudia Gurisatti que ha sido una gran compañera en esta aventura. Esto llegó a mi vida y lo acepté simplemente porque las cosas se complicaron en Venezuela. Tenía gran presión sobre mí, no solamente por mi forma de manejar la información, sino porque tenía un programa que iba al aire cuatro horas diarias. Y nunca podré agradecer suficientemente la oportunidad.
Nunca lo voy a olvidar, porque yo estaba al aire en mi programa, y recuerdo que me escribió Diego Arria (exembajador de Venezuela en la ONU) diciendo: "Van a cerrar, van a bajar la señal de NTN24", pero yo estaba al aire. Luego, me escribió Alberto Federico Ravell (fundador de Globovisión) diciéndome exactamente lo mismo, y fue un momento que pasó a la historia. Yo alcancé a despedir el programa. Dije: 'Nos están informando que van a sacar la señal de NTN24 de las cable operadoras”. En este momento, nos comprometemos a seguir cubriendo lo que acontece en Venezuela de la misma manera que lo hemos hecho hasta ahora'. Efectivamente, a los pocos minutos de haber dicho eso, cortaron la señal del canal. Para nosotros, esto ha significado un gran compromiso a lo largo de todos estos años. La democracia de Venezuela había que defenderla, porque iba a pasar exactamente todo lo que ha venido sucediendo después.
Sí, eso fue verdad. Había estado yo en Nicaragua por varios meses y fui a Panamá porque había un congreso anfictiónico. Noriega aún estaba al frente del poder y estaba la cosa complicada. Me pidieron que fuera a cubrir eso. El segundo o tercer día de haber estado allí, íbamos en el carro a la cobertura planificada y nos pararon en la vía. Me acuerdo que yo venía distraída, leyendo un libro que me tenía absolutamente enganchada, y sentí que el carro frenó. Levanté la cara y nos abrieron las puertas a mi camarógrafo y a mí, y nos pidieron que nos bajáramos. Unas personas armadas con fusiles nos montaron en un carro. Empezamos a rodar, nos llevaron a una especie de comisaría donde nos pidieron los pasaportes. Nos dijeron que necesitábamos un permiso de no sé qué. Teníamos todo. El oficial chequeó y todo estaba bien. Nos montaron en el carro, pero no nos devolvieron al hotel. Tomaron la vía del Puente de las Américas y nos sacaron de Panamá. Yo preguntaba a dónde nos llevaban, no hubo respuesta. Pasaron 15… 30… 35 minutos. Nos metieron por un camino de tierra, volvimos a la vía y como pasada ya una hora, llegó otro carro y se paró en frente del que nos trasladaban. Nos hicieron bajar, poner las manos contra el carro. Pensamos que nos iban a matar. No entendíamos qué estaba pasando. Creo que la intención era atemorizarnos. No robaron papeles, no robaron dinero, sacaron todos los equipos del carro y los tiraron al monte. El tipo se volteó y nos dijo: "¡Cállense! y den gracias a Dios que todavía están vivos". Frenó el carro y nos dejaron botados.
Así es.
Creo que sí. El periodismo debe ser crítico del poder, sobre todo cuando se ejerce mal, cuando es abusivo, cuando manipula. Eso forma parte de nuestro oficio, para eso existe el periodismo para ser voz de los que no tienen, para reclamar lo que otros no pueden. Durante mucho tiempo ha formado parte del debate, el ser objetivo, el cuidarse de tener posiciones, pero creo que cuando se trata de violación de derechos humanos, cuando el derecho de la vida está en juego, el no tener una posición es quedarte en la posición del que los está violando. En mi credo particular, ese pecado no lo pienso cometer.
(Se detiene a pensar) Hay historias humanas que me marcaron mucho más que personajes. Un personaje, por ejemplo, Violeta Chamorro. Y podría decirte que otro personaje que he admirado profundamente -porque la conozco hace muchísimos años y la cubrí desde sus comienzos - es María Colina Machado. Admiro su coraje, su voluntad, su arrojo y decisión inquebrantable de seguir siempre adelante a riesgo de su propia vida. Creo que son dos de las mujeres que en política a lo largo de mi carrera me han marcado de alguna manera. Los que no admiro tanto, evidentemente, Daniel Ortega, a quien nunca pude entrevistar. Andrés Manuel López Obrador me parece un mentiroso empedernido, manipulador absoluto. Hugo Chávez, por supuesto, a quien llegue a tener muy cerca. Cuando lo tuve frente a mí, era una cosa tan diferente a lo que podías ver en televisión. ¡Tanto que le gustaba aparecer! Era un hombre que tenía unos 8 o 10 kilos menos de lo que parecía en televisión. Me acuerdo que tenía unos ojos miel y unas manos muy bien cuidadas.
Nuestra obligación es corroborar siempre.
Siento que antes era más fuerte cuando hacía reporterismo y andaba en la calle. Me tocó ver tantas cosas duras y, sin embargo, las podía reportar con tranquilidad mientras tuviera el micrófono en la mano. Cuando soltaba el micrófono, ya no era igual de fuerte, pero quizás por el exilio y por los años que tengo fuera del país, todo aquello que tenga que ver con Venezuela me conmueve profundamente y me conmueve hasta las lágrimas. Son historias que, por más dura que tú puedas ser, evidentemente me conmueven. Es tu gente. Mi punto débil es Venezuela, y me hace llorar una y otra vez.
Te lo puede decir cualquier persona que me conozca. Soy la misma persona que era cuando me gradué, cuando comencé a trabajar, cuando estuve en el desarrollo de mi carrera. Me ha tocado formar a muchos periodistas y te van a decir exactamente lo que yo te estoy diciendo (ríe).
Estas explosiones sociales que se viven ahora se repiten. Los propios historiadores te dicen que la historia son ciclos repetitivos a lo largo del tiempo. Debe ser por aquello que el hombre es el único animal que se tropieza dos, tres, cuatro y hasta cinco veces con la misma piedra. Y si es por la manera de cubrirlo, pues creo que siempre he tenido una regla: es el trabajo en equipo. Otra cosa para mí importante es el aire, tanto en radio como en televisión, eso es sagrado. Por consiguiente, nada se publica hasta que no esté corroborado. No importa si nos tuitean o 'chivean', como dicen en Colombia. No importa si otro sale primero. Hasta tanto no haya una certificación oficial de que eso es.
Okey.
Se cura con conciencia ciudadana, con el aprendizaje que todos hemos tenido, un aprendizaje muy doloroso a lo largo de todos estos años. Dolor que se traduce en pérdidas humanas. Dolor que se traduce en familias rotas, en familias dispersas por el mundo, en cambios de vida, porque nuestras vidas nunca fueron iguales a partir del éxodo. Todo funciona o todo opera en función de en qué punto vas a poder ver a tu familia, o en qué punto te vas a poder encontrar, o cómo haces para multiplicar el salario para ayudar a los que quedan. Se cura con la conciencia de entender y dimensionar la gran tragedia que nos ha tocado vivir, y que solamente tiene una causa.
Si hablamos de la oposición, la ceguera absoluta o el egoísmo político, el egoísmo de pensar que mi verdad tiene más valor que la tuya o que debo ser yo el que quiera conjugar siempre en primera persona y no en plural, creo que esa es nuestra gran tragedia. El querer conjugar el "yo" antes que el "nosotros".
Creo que nadie sabe lo que va a pasar. Yo sé dos cosas y tengo certeza de ambas. Lo primero es que María Corina, hasta el día de hoy, nos devolvió la esperanza y nos permitió recuperar un mantra perdido, un mantra que dice "sí se puede." Y lo segundo es que María Corina asume con responsabilidad el respaldo que los venezolanos le dieron. Ella no tiene precio. No conozco su línea de acción en este momento, pero lo que sí estoy absoluta y totalmente segura y convencida es que no va a dejar solos a los venezolanos, y que toda acción que decida tomar la va a tomar con los venezolanos. Lo que yo espero es que los venezolanos no dejemos sola a María Corina. Ella sí va en ese camino del "nosotros."
(Suspira y se le llenan los ojos de lágrimas) Mi patria es una. Además, Colombia y Venezuela tienen los mismos colores de la bandera, eso me encanta. Yo nací en Venezuela, es el país que añoro, el que mueve mi nostalgia, el que hace que se me quiebre la voz o que se me empañe siempre el ojo cuando me hacen este tipo de preguntas. A Colombia, mi agradecimiento eterno, porque nos ha cobijado, no solo a mí, sino a muchos. Nos ha dado una oportunidad de vida y nos ha dado un respaldo. Lo que haga por defender a Venezuela, lo voy a hacer por defender a Colombia y su democracia. Por Venezuela, tengo una pasión desenfrenada, y por Colombia, tendré siempre, siempre, un agradecimiento eterno hasta el fin de mis días.