El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
Momo Magallón: 'El arte informa, enriquece y da voz a quien no la tiene'
- 30/11/2021 00:00
- 30/11/2021 00:00
Momo Magallón (Panamá, 1997) es una joven talento que muy temprano se zambulló en el arte y en lo transgresor que puede llegar a ser. Ha vivido enamorada, desde que tiene conciencia, del pincel, pero es en la universidad donde logra hacer “ese click” con la pintura. “Pensaba que terminaría siendo escultora”, dice. Estudió en el Oxford High School y viajó a Estados Unidos para estudiar en la Florida State University.
Es una observadora al detalle de la rutina, la transforma y la dibuja. Sella eso que quizá pasamos por alto. Es además un costal de sorpresas inteligentes y de análisis precisos que sorprenden a su edad. Una explosión cromática que encandila al instante. En su taller, la sala de su pequeño apartamento en San Francisco, exhibe más de 40 obras: unas de su firma y otras de “amigos artistas que admira desde siempre”. Viste un pantalón verde y una blusa amarillo chillón. Cada uña de sus dedos luce tonos distintos y sus sandalias son rosadas, moradas y amarillas. Su cabello, blanco como la tiza al igual que su sonrisa: un espectáculo variopinto, muy llamativo, al igual que sus obras.
El maestro del arte contemporáneo panameño, Aristides Ureña Ramos, describe el trabajo de Magallón con “una autonomía poco común a los jóvenes pintores panameños” (...) y subraya, en uno de sus artículos publicados por este diario: “La fuerza de sus operaciones y acciones artísticas son cubiertas por una elevada conciencia creativa”.
He aquí una pintora patria con buena vibra que promete trascender. Ya lo verán ustedes en unos años.
Es una artista plástica, pintora de corazón, artista performática, observadora, exploradora del color y de la materia, del espacio. Me gustan los chécheres. Me gusta ver lo cotidiano.
Siempre. Nunca tuve un momento en el que me vi siendo artista. Recuerdo que cuando estaba en la universidad pensé que iba a ser escritora o escultora, pero cuando tomé mi primera clase de pintura fue como un click automático. También me veía bailando ballet.
Creo que realmente empecé a creer en mi trabajo cuando estaba en la universidad en 2018, que fue cuando me di cuenta de que era una pintora “de verdad “ (ríe)
Mi obra pictórica es colorida, busca llamar la atención a objetos aburridos u olvidados de manera ridícula o graciosa, lo cotidiano a través de un lente sensible. Mi trabajo 'performativo' es explorativo aún; el juego, la pertenencia, el género y la sexualidad son temas de los que hablo en ella.
En la pintura: el color, la textura y la traza, ¡ah! y los objetos. La marca del pincel sobre la superficie, es ese sentir, la tactibilidad. En la performance, mi cuerpo, la naturaleza y la pintura.
No, pero sí me gusta pintar el fondo de algún color. No me gusta comenzar en blanco. Ahora empiezo con el color verde menta, antes del amarillo.
La academia, más que imprescindible, es una buena forma de desarrollarte. Para mí fue una manera de encarrilar mi trabajo.
Es una mezcla de mucho trabajo.... mucho trabajo, pasión, talento y conocimiento artístico. Es difícil ser un artista completo sin tener un poco de cada cosa.
Hacer marcas en una superficie con pintura. Es el medio artístico más maleable, y colorido de todos.
El arte informa, enriquece y da voz a quien no la tiene. Por eso también me gusta mucho la performance, siento que de una u otra manera tiene mucho activismo.
El arte no es siempre fácil de digerir, y de entender.
Es ridículo que el arte contemporáneo tenga una connotación negativa. El arte contemporáneo es solo la manera de definir el arte de nuestro tiempo en la línea del tiempo total. Es como preguntar, qué opinión merece el arte barroco, o renacentista, o moderno. Solo por ser de un periodo no es bueno o malo. Hay que pensar en la realidad del arte hoy en día, su accesibilidad y alcance. No es algo blanco o negro, es complejo.
No hay más pintores, solo se les reconoce más que a las mujeres. No nos damos cuenta de la disparidad en el arte. No puedo creer que todavía haya un abismo entre artistas mujeres y artistas hombres. Es muy importante que hablemos de esto y que abramos espacios para las mujeres. Que tengamos exhibiciones.
Imprescindible para la lucha hacia la paridad de género, y que se combata la violencia hacia la mujer.
Siento que en los últimos seis o siete años el movimiento cultural se ha ido empujando. Se ha ido extendiendo el ecosistema artístico local. Hay mucho talento. Pero falta educación, apoyo monetario y espacios para compartir, para experimentar. Hacen falta talleres de formación, espacios de convivencia con otros artistas.
(Ríe).
En Panamá: Ana Elena Garuz, María Raquel Cochez, Vicky Suescum, Andrea Arias, Donna Conlon, Vanessa Orelli, y Megan Carrera. Fuera de Panamá - pasado y presente - Lynda Benglis, Pipilotti Rist, Ana Mendieta, Marina Abramovic, Regina José Galindo, Sasha Gordon, Rachel Rossin, Brooke Didonato, Alma Leiva, Amelia Briggs, Joiri Minaya y Erika Stearly.
Sí importa, la política nos afecta a todos.
Fuera de las artes, me gusta bailar y me gustan los deportes, el rugby, flag football y remé cayucos en la universidad.
Yo sí, pero no podría generalizar. Yo soy maximalista. Hay que estar locos para querer ser artistas.