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La guerra entre generaciones: Una nueva temporada de ‘House of the Dragon’
- 20/06/2024 00:00
- 19/06/2024 16:46
En 2022, la serie ‘House of the Dragon’ se volvió el estreno más exitoso en audiencia dentro del catálogo de HBO, ahora MAX, sobrepasando los 29 millones de espectadores por episodio en su primera temporada con 10 episodios de poco más de una hora cada uno.
Su primera temporada narró los sucesos de la casa Targaryen casi un par de cientos de años antes de Daenerys, dejando en claro los caminos de la heredera al trono de este momento, Rhaenyra (Emma D’Arcy), como primera princesa. Las traiciones, homicidios e inevitables guerras se ciernen como pilares de la trama que Ryan Condal y George R. R. Martin traen a la pantalla chica.
En el inicio de su segunda temporada, Condal y Martin —con la dirección de Alan Taylor—, nos llevan de regreso a Westeros, 200 años antes de los eventos de ‘Game Of Thrones’, de manera bastante suave al principio, con nuestro primer vistazo de Winterfell y el Norte desde la última temporada de la serie original. Se siente algo familiar, pero con sus propios secretos.
Con la nueva entrega, Rhaenyra parece tomar un rol aún más intimidante ante sus enemigos y aliados. En su primer episodio, la reina no habla mucho, colmada por el sentimiento de pérdida y luto por la muerte de su hijo Lucerys Valeryon. Sus lágrimas son más que un momento emocional, son una firma de su deseo de venganza y asientan el tono de lo que será el resto de la temporada.
Entre tonos negros y rojos, la princesa heredera se enfrenta a curvas de pensamiento y acciones que se convierten en redes de araña a su alrededor, e incluso ella crea algunas como parte de su plan de venganza. “Quiero a Aemond Targaryen”, es lo que sentencia ante el consejo en tan solo una aparición breve, pero significativa. Y es que Rhaenys ha dado luz verde a lo que será una guerra de generaciones.
Parte de la trama gira entorno a la guerra emocional entre Alicent Hightower (Olivia Cooke) y Rhaenyra, que continúa en sus generaciones, con Aegon II (Tom Glynn-Carney)—medio hermano de Rhaenrya— tomando el trono de hierro tras la muerte de Lucerys.
Sin embargo, el odio de las madres es exacerbado por los juegos vengativos entre Daemon (Matt Smith) y Aemond Targaryen (Ewan Mitchell), quienes buscan la ventaja para sus respectivos equipos: Verde y Negro.
En el equipo Verde vemos a los Hightower planeando mantener a Aegon II en el trono, mientras que el equipo Negro con los Targaryen empieza el mapeo para desterrar a Aegon y Alicent para siempre. Probablemente no se le escape a nadie que el estreno de esta temporada está diseñado para desafiar nuestra noción de qué lado debe considerarse los “buenos” y cuáles los “malos”. Y la respuesta puede ser: ninguno.
Ambos bandos tienen caballeros y defensores valientes, aguerridos e inteligentes, capaces de blandear sus estandartes hasta el fin. Pero también son vengativos, astutos y crueles a niveles insospechados, lo que deja de lado las áreas “grises” que se escondían en su primera temporada.
Aegon hace su mejor interpretación de un rey joven en tan solo un episodio, intentando tratar con gentileza y dignidad a los pueblerinos tanto como su padre lo intentó, pero tras una noche de licores junto a otros jóvenes de la corte se ve la humanidad que aún reside en él, pese a sus intenciones de hacer valer su autoridad a como dé lugar. Algo tan natural dentro del universo de la ‘Casa del Dragón’.
Algo distintivo en la introducción a esta temporada es la historia de Valyria, la casa ancestral de los Targaryen, a través de la confección de tapetes al comienzo del episodio. En su primera temporada los pasillos y pasajes de Valyria eran el escenario de los créditos, bañados en sangre de CGI corriendo como río por cada rendija y salida.
Pero en su segunda temporada el ‘intro’ se complica. Más allá de mostrar el destino de los Targaryen desde su salida de Valyria, se representa la conquista de Westeros a manos del rey Aegon Targaryen y sus dos esposas, Rhaenys y Visenya, montadas sobre sus dragones: Balerion, Meraxes, y Vhagar (este último siendo muy importante en la serie).
Continúan los trazos con detalles sobre la asunción y caída del rey Maegor, la asunción del rey Jaehaerys y su esposa, la reina Alysanne; hasta que llega el momento de la decisión de poner a Viserys como sucesor de Jaehaerys por sobre la competente Rhaenys.
Tras estos detalles se muestran los eventos de la primera temporada, aún disponible para revivir a través de la plataforma de MAX. Ya que el diseño de la introducción de los episodios parece mostrar eventos actuales durante la trama, no sería raro ver cambios en la secuencia de los trazos a medida que más episodios son estrenados dominicalmente.
Durante su primer episodio, titulado ‘Hijo por Hijo’, el tono de la serie queda claro: frío y cortante. Eso se ve especialmente expuesto con el pico de las maquinaciones de Daemon: organizar el asesinato del heredero de Aegon II.
Con un excelente diseño y mezcla de sonido, el momento grotesco es dejado a nuestra imaginación, puesto que ocurre fuera de cámara, mientras que seguimos a su madre, Helaena (Phia Saban), quien huye de la escena hasta encontrarse con Alicent para contarle lo sucedido.
‘House of the Dragon’ deja en claro que no se anda con rodeos en esta entrega ni siente asco de las acciones cometidas, sino que los personajes harán lo que sea necesario para atraparnos en el vórtice de apuñalamientos y mentiras, haciéndolo de la manera más entretenida posible.