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- 11/10/2024 00:00
- 10/10/2024 18:44
La alimentación saludable es fundamental para prevenir el cáncer. La ingesta debe estar acompañada de ejercicios, manifestó Emily Pardo, nutricionista oncológica del Instituto Oncológico Nacional.
“Una mala alimentación se encuentra ligada a 12 tipos de cánceres diferentes, como el de seno, hígado, vesícula, páncreas, colón, recto [y otros] La dieta saludable debe ser implementada a partir de la primera infancia hasta la adultez”, aseveró Pardo.
Pero la dieta se debe consumir todos los días. Esta incluye una dieta rica y alta en proteínas. También legumbres, como las menestras. No pueden faltar las verduras y frutas enteras, recomendó Pardo a La Estrella de Panamá.
La especialista indicó que se debe evitar el consumo de carne roja, ya que contiene compuestos hidrocarburos aromáticos policíclicos que, está científicamente comprobado, aumentan significativamente el riesgo de cáncer.
No se debe incluir estos alimentos a una dieta: azúcares añadidos ni grasas trans. “Este tipo de productos no tienen vitaminas ni minerales. Cuando se consumen, uno se puede sentir lleno durante un momento, pero bioquímicamente no se está nutriendo y no se genera ningún proceso metabólico en el cuerpo. Se pueden generar deficiencias nutricionales que no se ven y son silenciosas. Al pasar los años, ciertos tejidos y/u órganos del cuerpo pueden empezar a afectarse. Luego, se tienen las enfermedades: el cáncer”.
Algunos productos procesados como los embutidos, las salchichas y ciertos tipos de jamones no se deben consumir, ya que contienen nitrato y nitrosaminas. También se encuentra científicamente evidenciado que aumentan el riesgo de cáncer. Mientras que la carne de cerdo magra no es mala, sin grasa no es mala, solo se debe tener cuidado con la cocción, aclaró la experta.
Para el adulto mayor (a partir de los 60 años) es la misma dieta alimentaria antes detallada por la nutricionista, es decir, debe ser saludable. Pero el adulto mayor, detalló Pardo, durante la vejez, registra ciertos tipos de limitantes, como problemas al masticar o se les disminuye el apetito. “Si un ciudadano en su vejez tiene una alimentación saludable no tiene por qué estar frágil ni tener enfermedades”, puntualizó.
Un té no representa una cena, aclaró la nutricionista. “Es muy común dentro de nuestra cultura y entre nuestros pacientes decir: ‘ceno leve: galletitas y té’. Esto afecta al organismo porque unas galletas no tienen vitaminas ni minerales. Un alimento procesado no te va a nutrir. Se puede sentir saciado, pero estás perdiendo masa muscular, no estás nutriendo el cuerpo. No se logran los nutrientes específicos para que los procesos bioquímicos corporales se hagan de forma correcta”.
Otro mito son los detoxes, aseguró, ya que algunas personas consumen estos y se exceden en su consumo una vez finalizadas las fiestas. Cuando vuelven a su dieta normal quieren hacer detox. Se apoyan mucho en jugos variados verdes y permanecen ingiriéndolos por mucho tiempo. Esto es un problema. “El único detoxificador de nuestras vidas es el hígado”, remarcó.
La nutricionista oncológica destacó que el deporte es una de las actividades más importantes para disminuir el riesgo de cáncer. “El sedentarismo es una de las causas principales de la mayoría de los cánceres que tienen que ver con la alimentación”.
Se recomienda que una persona adulta haga aproximadamente entre 150 y 300 minutos de actividad de moderada a vigorosa por semana. Eso sería entre media hora a una hora diaria de lunes a viernes. “No deben pasar mucho tiempo detrás de las pantallas”.
Para un paciente con cáncer de mama o de próstata la dieta es importante, con un alto consumo de proteínas, frutas, vegetales y granos integrales. “Eso ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes y para que puedan atravesar el tratamiento con mucha mayor facilidad, disminuyendo así los efectos secundarios del tratamiento”.
“Otro punto importante para el paciente es hacer actividad física, tanto moderada como vigorosa, porque esto ayuda también a disminuir los efectos secundarios del tratamiento. Además, permite que el paciente sienta autonomía en el cuerpo y mejora su calidad de vida”.
Algunos snacks saludables que todos pueden consumir son las frutas, semillas secas, ciertos tipos de vegetales y verduras. La población debe cuidarse del estrés, ya que este causa mucha inflamación en el cuerpo y muchas veces, cuando se está estresado, se consumen alimentos que dan palatabilidad, placer, concluyó la especialista.