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- 24/03/2024 00:00
- 23/03/2024 18:42
José María Olivella lleva apenas 57 años viviendo en Panamá. Llegó al istmo directamente desde España, en 1967, fecha que recuerda porque “al año siguiente sucedió el golpe militar y no pude dedicarme a conocer Panamá”. Antes de hacerse un nombre en el arte, Olivella se desempeñó como montador de piedras preciosas brillantes en una joyería, labor que llevaba ejerciendo en su país desde los 14 años.
“De España vine para acá porque ya tenía un hermano, Enrique Olivella, que estaba trabajando en Panamá, entonces me contrataron como montador exclusivo de brillantes y en esa época las joyerías que solamente tenían un engastador y el joyero que es el que hace el anillo. Yo vine contratado por un año y digo: ‘Bueno, me voy’, pero mira, ya han pasado 57 años...”, le cuenta a La Estrella de Panamá en una entrevista exclusiva.
Sin embargo, es un encuentro casi fortuito con materiales de pintura olvidados por su hijo mayor el evento que le hace tomar interés por los pinceles y óleos así como abandonar el quehacer que lo trajo al istmo en primer lugar. El artista cuenta un poco su relación con el arte plástico en ‘Retrospectiva’, que actualmente se expone en la Galería Juan Manuel Cedeño.
“A mí quién me iba a decir que iba a ser artista. Mis hermanos, ellos sí que sabían dibujar ‘a todo meter’ y yo no sabía dibujar, sin embargo, me decían: ‘Tú, que no sabes dibujar, mira, te has atrevido a pintar’”, dijo.
La historia del artista se compone de obras presentadas a lo largo de su carrera artística en Panamá, inspiradas en diferentes motivos como eventos personales, la naturaleza, homenajes a otros artistas e incluso su propia imaginación e inventiva, sin embargo, muchos de los mismos también cuentan con un común denominador: Don Quijote y sus aventuras.
El personaje de Miguel de Cervantes Saavedra cobra vida en esta exposición, dejando su huella en casi todos los cuadros que componen la misma. “Esa influencia [del Quijote] ya es parte de mi manera de ser, lo llevo dentro, no me la puedo quitar de encima”, explicó Olivella a ‘La Decana’, en medio del recorrido por su exposición.
Su historia con el Quijote inicia en la celebración de los 400 años de la obra celebrados por la Sociedad Española en Panamá. En su momento Olivella participó con 104 cuadros y desde entonces no ha parado de pintar al caballero junto a su escudero, Sancho Panza.
Unas de las series de obras que incluyen al Quijote que más resaltan dentro de la exposición incluyen a este personaje moldeado a partir de chapas de latas de soda o cervezas, como en el cuadro ‘Valentía’.
Según Olivella, las chapas representan las aventuras del Quijote. “Estas chapas, unas han estado en fiestas, velorios, o tantos sitios, en la montaña... entonces cada una tiene una historia, tiene un momento y se me ocurrió hacer una muestra de reciclajes”, explicó.
Sin embargo, la exposición también explora otras ideas más allá del Quijote, que se relacionan con la vida y la infancia del pintor. Parte de su serie exposiciones de ‘Abismo de la mente’, inspirado en el Alzheimer de su madre, entre otras obras que ha hecho de manera singular y sin motivo específico a lo largo de su trayecto en las artes.