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- 01/03/2018 15:15
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Estampados divertidos, combinaciones inesperadas, juego de texturas y contraste, mucho contraste, imperó en el reciente Milan Fashion Week, que se realizó del 20 al 26 de febrero en la ciudad italiana.
Durante la importante feria de moda, que mostraba las propuestas de los más reconocidos diseñadores italianos para la temporada Otoño/ Invierno 2018-19, la creatividad, al punto de la exageración, imperó en las distintas pasarelas.
Gucci fue una de las casas de lujo que más sorprendió, no solo por el exceso de piezas en un look, sus estampados tribales y los tonos neón de pies a cabeza, sino por su show excéntrico con una interpretación extravagante del futuro. Hubo dragones y modelos de realidad virtual decapitadas.
Prada nos hizo salir de la oscuridad. Los colores neón abundaron en su desfile pensado en una mujer futurista. Las modelos llevaron tules de colores fluorescentes debajo de faldas o cardigans estampados, como contraste. La superposición también estuvo presente, con elementos aparentemente desiguales, como botas de goma con vestidos de cóctel o jerseys de cuello alto debajo de bustier.
Dolce and Gabbana, creadora del maximalismo, hizo eco de su creatividad. En su pasarela futurista hubo lentejuelas, encajes, volantes, alusiones a la iglesia católica, una mujer vestida de cebra y hasta drones con los bolsos volando por la pasarela.
Moschino siempre sorprende con sus atrevidos diseños, y esta vez no podía decepcionarnos. Sus vestidos y abrigos cortos a todo color decorados con cremalleras y cinturones anchos, nos hicieron recodar por ratos a Jackie Kennedy. Los estampados con rostros femeninos en las faldas le dieron un toque pop art a la pasarela.
Versace también hizo del exceso algo propio. Rayas, cuadros y figuras geométricas de todos los tamaños y colores, vestían a las modelos, literalmente de pies a cabeza. Los atuendos llevaban un aire de looks ochenteros barrocos hasta pinceladas de estilo lady.
Emilio Pucci no se cansó de los vestidos ni las faldas con corte "A", que dibujó con grandes estampados, al igual que el resto de las prendas. Mientras que Marni nos atrapó con sus chaquetas: unas de plástico azul y otras divididas a la mitad por tonos y texturas desiguales.