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- 02/05/2017 10:00
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Fiel a la naturalidad con la que siempre se expresa en su programa de televisión, el popular presentador y cómico Jimmy Kimmel quiso dejar de lado por un momento el tono humorístico que suele definir su famoso 'late night' para desahogarse públicamente sobre el calvario que tanto él como su esposa, Molly McNearny, han atravesado en las semanas posteriores al nacimiento de su hijo William el pasado 21 de abril, ya que como ha querido confesar él mismo, su retoño ha tenido que ser finalmente intervenido de urgencia debido a dos "defectos" en su corazón que hicieron que sus padres temieran lo peor.
"El lunes por la mañana, el doctor Vaughn Starnes tuvo que abrir su pecho y arreglar uno de los dos defectos que tenía su corazón. Entro en el quirófano con un bisturí y se puso a hacer una clase de magia que jamás comprenderé o sabré explicar. Abrió la válvula y la operación acabó siendo todo un éxito. Pero han sido las tres horas más largas de toda mi vida", aseguró en el monólogo inicial con el que abrió su espacio.
El cómico, padre también de Katie (25), Kevin (23) y Jane (2), quiso dar públicamente las gracias al hospital infantil de Los Ángeles en el que fue operado el pequeño por la profesionalidad y gentileza con la que llevaron a cabo tan complejo procedimiento, para revelar a continuación que William ya se encuentra descansando en casa y comportándose con la misma espontaneidad y gracia con la que lo haría cualquier otro bebé.
"Está genial, come bien, duerme bien, se ha hecho pis encima de su madre mientras le estaba cambiando el pañal. Básicamente está haciendo todas las cosas que se supone que debe hacer", aseveró en la misma conversación al tiempo que recuperaba su particular ingenio para el humor.