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'El Cigala': 'Le canto a la vida, al amor y sobre todo le doy las gracias a Dios'
- 11/09/2023 00:00
- 11/09/2023 00:00
Diego el Cigala es energía fuera de este mundo. Un Sinatra entre los gitanos, enamora con su voz y encanta al mundo con ese espíritu libre que solo él sabe proyectar. Inigualable, el Cigala es sinónimo de cultura, arte, y amor por el flamenco, género que lo representa desde muy pequeño y que corre por sus venas por herencia familiar.
Dentro de él, aún vive ese deseo de conocer el mundo, ese asombro por la sencillez de la vida y esa curiosidad digna de un niño que solo quiere comerse el universo y hacerlo estallar con su melodiosa voz. Agradecido con Dios, con su familia, con el país que lo formó y el que lo acoge actualmente, el Cigala es una eminencia en los escenarios, un gigante del cante, de las melodías y armonías que la música de origen gitano tiene en su corazón.
El Cigala es muchos seres en uno: padre, hijo y cantaor, pero mientras conversa con 'La Decana' parece saltar a la superficie otro ser, uno que lo acompaña desde sus inicios, aquel que refleja su mayor sencillez y gratitud por sus logros, aquel que le ha enseñado a mantener los pies en la tierra sin importar qué tan poderoso se sienta El Cigala: Diego.
Una sonrisa algo tímida cuelga de su rostro mientras conversa por video llamada con La Estrella de Panamá sobre su más reciente álbum titulado Obras Maestras, que recopila minuciosamente una selección de boleros clásicos que han formado al cantaor y los adapta a su género.
A pesar de la razón ser el lanzamiento de este disco, que estrenó el pasado 1 de septiembre, Diego habló sobre su trayectoria, sobre la vida, aquellas lecciones que ha llevado dentro de sí desde muy pequeño, sus ídolos y sobre su querida España, la cual lleva en su corazón y mente, siendo la tierra que lo vio crecer y espera algún día poder regresar a ella.
Su melena distintiva, su barba y los anillos que luce en sus dedos son símbolos dignos de Diego y El Cigala pero aun así, es mucho más. Esa risa contagiosa que lanza de vez en cuando, la manera en la que se expresa como si estuviese recitando un poema, y las anécdotas y enseñanzas que comparte, son características de Diego, ese muchacho que solo disfruta cantar y deslumbrar con el flamenco, haciendo honor a su sangre gitana y su cuna española.
El haber visto parte de eso en mi casa, en persona y en mi vida. Ya sea con mi tío, mi padre o grandes artistas de la música como Antonio Machín, Lucho Gatica o Roberto Carlos. Son ese tipo de músicas que te llegan al corazón y te marcan. Cantar el bolero es una manera de expresar ese amor que tienes dentro.
Fue un proceso muy largo. Un periodo de tres años de búsqueda. En lo que yo estaba con mi compadre y pianista en el tiempo de gira, aprovechábamos los tiempos libres para ver y decidir qué tema puede quedar y qué se descartaba.
El tema “Adoro” que va en el disco es una de esas canciones que me encantan porque se han hecho miles versiones con diferentes ritmos y géneros y para mí haberle dado ese toque de flamenco fue increíble. Y así con el resto de los temas dentro del álbum. Poder llevar estos boleros al flamenco, pero que no sea aquel género ortodoxo sino que pueda transmitir algo a quien escuche es lo importante.
Yo creo que cuando nací, parte de mí nació aquí en América Latina (risas). Parece como si siempre lo llevé dentro y después tuve la fortuna de encontrarme y colaborar con grandes artistas de las tierras latinas como Bebo, Cachao López, Omara Portuondo, Compay Segundo, Reinaldo Creagh (…) es toda una magia de la música latina. Son gente que a mí me han aportado muchísimo enriquecimiento en el mundo musical entonces el flamenco y lo latino son dos bases muy rítmicas llenas de son y uno se siente como pez en el agua.
Yo creo que a cada tema y cada canción le tienes que dar una interpretación, creértelo y meterte en el personaje. Por ejemplo, con “Sin un amor” de Alfredo Gil, yo estaba en un camerino y alguien comenzó a cantar el tema (comienza a cantar).
Yo pedí que me la cantaran nuevamente y enseguida la tomé y la llevé al estudio porque son de esos temas que no puedes esperar y te enamoras completamente de ellos que de una lo añadí en el disco.
Ha evolucionado porque ahora se toca muy bien la guitarra y se canta. Existe otra manera de expresar porque existe también un avance tecnológico con los sonidos que te hace engrandecer la música y te hacen armonizar más. El flamenco está yendo de una etapa muy bella y llega a ser universal. Ahí donde llega, deja el corazón: en Estados Unidos, Canadá, Tokio (…). Donde vayas, (hace una pausa y aplaude con las manos a ritmo) la gente se frena y de una vez lo reconoce.
Yo le canto a la vida y le canto al amor y sobre todo le doy las gracias a Dios por darme este privilegio porque si no fuera por él jamás podría cantar (risas). Entonce canto a la vida y las personas porque si con mi voz se pueden sentir un poco más felices, pues gloria a Dios.
Sí mira, tengo miedo pero lo voy a hacer. Es un reto gordo pero bonito como hacer un disco de flamenco en sinfónica (se ríe tímidamente mientras se frota la barba blanca). Es un trabajo bonito y hay muchas piezas que se pueden hacer, orquestadas con una sinfónica, puede ser una locura.
La calle y la vida. El flamenco no se puede aprender en un cuarto o viendo el televisor. Es imposible. Con el flamenco tienes que estar con cuatro personas reunidas y meterse todos en el papel. Aprender de uno y del otro. Los grandes del género han dejado su huella. Nosotros debemos escuchar para tener esos principios.
Si no escuchamos el flamenco de donde viene, de su esencia real, no podremos tener un ápice de lo que es en realidad. A mí me gusta y de vez en cuando, si necesito escuchar para poder inspirarme, lo hago y me dedico a escuchar a los grandes del género para seguir aprendiendo de ellos.
Espero que mejoren las cosas. Yo vivo aquí en República Dominicana y llevo 11 años residiendo. Voy a España de vez en cuando pero ¿que te puedo decir? Sí. Habría que cambiar cosas, esperemos que con la ayuda de Dios se pueda resolver todo. Yo a España la quiero, es mi país querido. Es mi patria, es el lugar que me vio nacer y crecer y muero en España, sobre todo por su gastronomía (risas).