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En las entrañas de Matusagaratí
- 25/10/2024 00:00
- 24/10/2024 18:32
La labor científica de la Dra. Indra Candanedo fue reconocida con la concesión del premio Pilares del Biomuseo, en su primera edición, galardón que destaca la divulgación del conocimiento y la conservación del patrimonio natural y cultural en Panamá.
La Dra. Candanedo es especialista en biología de la conservación, docente e investigadora de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), Centro Regional de Panamá Oeste y líder de los proyectos científicos desarrollados desde 2019 en Matusagaratí, el sistema de humedales más grande de Panamá, ubicado en el corazón de Darién.
Precisamente, que Matusagaratí no es solo un humedal sino un conjunto de humedales conectados por el flujo del agua, es una de las primeras conclusiones que se desprenden de las recientes investigaciones en el sitio.
Matusagaratí lo constituyen todos los terrenos que se inundan de manera temporal o permanente con aguas estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas ubicadas en las cuencas medias de los ríos Tuira, Balsas y Marea.
Se estima que la extensión total del complejo de humedales es de 56,250 hectáreas, incluyendo lo que tradicionalmente se conoce como la “Laguna de Matusagaratí”; cerca del 70% de los humedales son de agua dulce y dos veces al día se registra una situación llamativa en Matusagaratí: el agua de los ríos Tuira y Balsas fluye en dirección opuesta debido a la influencia de la marea que sube del Golfo de San Miguel, empujando la corriente en sentido contrario.
Decíamos que los estudios dirigidos por la Dra. Candanedo empezaron en 2019 y se extendieron hasta 2024.
Fueron concretamente dos proyectos: “Hidrología, vegetación y avifauna del complejo de humedales de Matusagaratí, Darién” (2019–2020) y “Proyecto hidrología, reservas de carbono, plantas y peces de Matusagaratí, Darién” (2022-2023).
Ambos fueron ejecutados por la UTP con el financiamiento de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).
El meticuloso trabajo investigativo de la Dra. Candanedo y sus colegas científicos abarcó detalles como el consenso que existe respecto al origen guna del nombre Matusagaratí (el sufijo ti o di, en guna, significa río).
Algunos estiman que Matusagaratí se refiere a “río donde crece el plátano”. Otros piensan que el significado es “pantano” o “laguna antigua”. También se determinó que no existe la llamada “laguna de Matusagaratí”, nombre o denominación que ha trascendido entre propios y extraños, en publicaciones y en herramientas modernas como Google Maps.
Matusagaratí no es una laguna, no lo es al menos en la actualidad; se trata más bien de un territorio que se inunda constantemente. No hay poblados o casas dentro de los humedales.
Sus suelos pantanosos y el constante ir y venir del agua de los ríos y del mar, hacen imposible la actividad agrícola o encontrar fuentes de agua para el consumo humano. Los vecinos más cercanos viven en la periferia de los humedales, con sus casas mayormente adaptadas a las inundaciones.
Respecto a la fauna en el lugar, se estudiaron los peces de agua dulce en áreas como la cuenca media del río Tuira (río principal) y los riachuelos que drenan de Filo del Tallo hacia el humedal en Agua Buena y las lagunetas que se encuentran en Aguas Calientes y que conectan con los bosquetes inundables.
En total, se identificaron 51 especies de peces, las cuales representan 25% de las especies que hay registradas en Panamá. De las 51 especies de peces reportadas, 24 son estrictamente de agua dulce, cinco toleran cierto grado de salinidad y 22 son de origen marino, pero que pueden vivir o penetrar en las aguas dulces.
Son números que reflejan la diversidad de las condiciones ambientales que hay en Matusagaratí. Los científicos también destacaron la presencia de especies interesantes, como el pez sierra (Pristis pristis) catalogado como uno de los más amenazados del mundo, y tiburones como el toro (Carcharhinus leucas).
En el caso de las aves, se registraron 259 especies, de las cuales 64 se encontraban en alguna categoría de amenaza nacional o internacional, 35 eran migratorias de larga distancia, 39 eran especies acuáticas y 40 eran rapaces.
También se confirmó la presencia de 30 mamíferos, entre ellos murciélagos (50% de los mamíferos identificados), ocelote, jaguar, tayra, tapir, venado corzo, conejos pintados, saínos, pavones y pavas cimbas.
En el renglón de la flora en Matusagaratí, mediante un mapeo digital con imágenes satelitales y 15 giras a los humedales, se identificaron 10 tipos de vegetación y los más extensos fueron los bosques mixtos semicaducifolios y los arbustales o bosquetes.
También hay mangle caballero (Rhizophora racemosa), mangle salado (Avicennia bicolor), bosque de alcornoque (Mora oleifera), bosque de Cativo (Prioria copaifera), bosque de Orey (Campnosperma panamense), bosque mixto siempreverde, herbazales y helechales.
Y Matusagaratí es también una gran reserva de carbono. Exploraciones realizadas en tres tipos de bosque de los humedales indicaron que en estos ecosistemas hay unas 160,63 toneladas de carbono por hectárea.
Extrapolando resultados de estudios desarrollados en otros manglares del país y considerando que los bosques de Matusagaratí mantienen una cantidad de carbono similar a los bosques de tierra firme, se podría decir que este grupo de humedales tienen aproximadamente 3.271 kilotoneladas de carbono que se ha acumulado durante cientos o miles de años en los tres tipos de bosques estudiados.
Todos los detalles de las investigaciones científicas en Matusagaratí lideradas por la Dra. Candanedo, informes, mapas digitales, fotografías y demás, están disponibles para consulta en la página matusagarati.com, en donde los resúmenes de los proyectos incluyen información de las amenazas que enfrentan estos humedales, como la extracción de recursos, y también se resalta el deseo de que los resultados de los estudios puedan contribuir a proponer mejores prácticas basadas en evidencia científica para la conservación de Matusagaratí.