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- 23/03/2024 00:00
- 22/03/2024 19:11
Hace unos años me encontré en una encrucijada profesional. Recibí una oferta para dar una conferencia, pero el valor que se me ofrecía estaba significativamente por debajo de lo que normalmente cobraba. ¿Debía aceptarla, o rechazarla por una cuestión de dignidad profesional?
Recordé una situación similar que había vivido años atrás. En ese entonces, acepté trabajar en un proyecto a un precio menor de lo habitual. Aunque al principio dudé de mi decisión, pronto descubrí que esa oportunidad me llevó a conexiones valiosas y nuevas oportunidades de negocio que no habría tenido de otra manera.
Así que, recordando esa experiencia, decidí analizar más detenidamente la situación actual. Aquí están algunas de las consideraciones que tuve en cuenta:
Exposición y ‘networking’: Aceptar oportunidades a un precio reducido puede brindarte la posibilidad de ganar exposición en tu campo y conectarte con personas influyentes en tu industria. Esto podría conducir a futuras colaboraciones, oportunidades de trabajo o aumentar tu red de contactos.
Construcción de reputación: Participar en eventos o proyectos relevantes, aunque sea a un costo más bajo, puede contribuir a construir tu reputación y autoridad en tu área de especialización. Esto puede aumentar tu visibilidad y credibilidad a largo plazo, lo que podría traducirse en mayores oportunidades y tarifas más altas en el futuro.
Desarrollo profesional: A veces, el valor de una oportunidad va más allá del aspecto financiero. Participar en proyectos interesantes o desafiantes puede ofrecerte la oportunidad de desarrollar nuevas habilidades, ampliar tu experiencia y crecer profesionalmente, lo que a su vez puede abrir puertas a oportunidades más lucrativas en el futuro.
Negociación y relaciones: Aceptar una tarifa inferior no significa necesariamente que debas hacerlo en el futuro. Sin embargo, puede ser una forma de establecer relaciones y construir una base para futuras negociaciones. Si demuestras tu valía y resultados positivos en una oportunidad inicial, es posible que tengas más margen para negociar tarifas más altas en el futuro.
Al final, decidí aceptar la conferencia. Si bien el valor financiero era menor, las oportunidades intangibles que podría brindarme eran demasiado importantes para pasarlas por alto. Y como aprendí de mi experiencia pasada, a veces el verdadero valor de una oportunidad va más allá del dinero.
Mi experiencia me enseñó que tomar decisiones sobre el precio no siempre se trata solo de los números. A veces, las oportunidades que aceptamos pueden tener un valor mucho más profundo y duradero que el dinero en sí. Al mantener la mente abierta y considerar cuidadosamente los beneficios intangibles, podemos tomar decisiones que nos ayuden a crecer profesionalmente y a avanzar en nuestro camino hacia el éxito. Recuerda, cada oportunidad, incluso aquellas que vienen con un precio menor, puede ser una puerta hacia un futuro brillante si estamos dispuestos a ver más allá de lo obvio y a aprovechar al máximo cada experiencia que se nos presente
Hasta la próxima, guerrero, guerrera.