El Mario Vargas Llosa que conocí y admiré

  • 16/04/2025 00:00

Acabo de saber que el domingo 13 de abril de 2025 murió Mario Vargas Llosa en Lima, Perú, su país natal, a los 89 años. Premio Nobel de Literatura 2010. Miembro prominente del llamado ‘boom’ de la literatura hispanoamericana junto con el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el mexicano Carlos Fuentes. Lo conocí al visitarlo en su casa en Barcelona en la década de los setenta, para obsequiarle mi recién publicado libro de cuentos Duplicaciones, que en México acababa de publicarme en 1973 la Editorial Joaquín Mortiz; obra de 40 cuentos que fue escrita en once meses durante la duración de una beca internacional del Centro Mexicano de Escritores en 1971, bajo la tutela crítica del gran escritor mexicano Juan Rulfo.

Y luego, pasando el tiempo, nos volvimos a ver en un Congreso de Escritores en Cali. La última vez que conversamos fue en Panamá, poco antes de pasar él a conversar con el entonces presidente de la República Aristides Royo, en la antesala de la Presidencia de la República, muchos años más tarde, donde también yo esperaba turno. Siempre muy amable y servicial. ¡Gran conversador; gran novelista, ensayista y conferencista siempre!

Sus novelas Conversación en la catedral (1969); La guerra del fin del mundo (1981) y La fiesta del chivo (2000) son, de entre sus muchísimas obras, mis favoritas por sus punzantes contenidos sociopolíticos enormemente bien tramados, en los que oscila la emoción con la acción y diversos mensajes subliminales, además de por su enorme maestría formal en la escritura misma, entre tantísimas novelas que escribió con gran maestría. ¡Cómo negar que estoy muy conmovido!

Vargas Llosa también fue un gran ensayista y ejerció buena parte de su vida también como articulista en periódicos del Perú y de España, textos que se reproducían en periódicos de muchas partes del mundo. Como ensayista sobresale, en primerísimo lugar, su libro García Márquez: historia de un deicidio (que había sido su tesis doctoral en una universidad española), quizá el examen más profundo, variado y extenso de todos los que se han escrito sobre el célebre autor colombiano.

Otros libros sobresalientes de ensayos fueron, sin duda: La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975); El viaje a la ficción (2008) y La civilización del espectáculo (2012), entre muchos otros. Asimismo, fue autor de obras de teatro. El conjunto de su obra literaria es un ejemplo a seguir de tenacidad, disciplina e ingenio creativo sin tacha. ¡Paz a su tumba!

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