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- 07/04/2024 00:00
- 06/04/2024 15:11
Los modelos a escala surgieron en Inglaterra en la década de los treinta del siglo XX. La compañía FROG se dedicó a hacer modelos metálicos y no sería hasta cincuenta años más tarde que iniciarían con modelos de poliestireno.
Esos modelos a escala de autos, barcos, máquinas de guerra o aviones se convertirían en una revolución en el Japón de los ochenta, pero extrapolados a la ciencia ficción y con los mecha —máquinas o robots gigantes controlados por personas— llegarían a niveles sin precedentes.
La década de los ochenta en Japón se recuerda de manera agridulce, la economía marcha sobre ruedas pero sin saberlo avanza hacia el precipicio. El superávit económico permite adquirir más cosas y gracias a una convención de fanáticos de Ciencia Ficción en Osaka llamada Daicon III uno de sus organizadores, Toshio Okada junto a Yasuhiro Takeda deciden dedicarse a la venta de modelos a escala conocidos como “Garage kits” figuras producidas por fanáticos en pequeñas cantidades —entre las decenas y cientos—, pero tuvieron la visión de licenciar figuras basadas en Ultraman de Tsuburaya o el Gojira —Godzilla— de Toho, lo que les garantizó un mercado específico de fanáticos. Las ventas de estos jóvenes estimuló a otras compañías a dedicarse a los mismos menesteres, entre ellas Bandai, empresa de textiles que se diversificó a los juguetes e inició la importación y poco a poco la creación de los propios.
Bandai obtiene los derechos para crear los modelos de una serie que en su momento no despertó muchos adeptos, “Mobile Suit Gundam” (Kido Senshi Gandamu, 1979), pero que resultó en un filón de oro. Si bien los primeros modelos eran bastante rústicos, Bandai tomó decisiones como que sus modelos fueran de armar, enfocados en niños de más edad, e incluían tres colores de plástico, que los hizo más atractivos para adultos y adolescentes quienes terminaron convirtiéndose en el mercado de dichos productos.
La rentabilidad que le dan los modelos hizo que la compañía diversificara, creando no solo robots, sino naves, vehículos y todo lo que pueda interesar de la serie, y se ha mantenido creando nuevos modelos durante los últimos cuarenta y tres años. El tirón ha sido tal, que la fábrica principal en la prefectura de Shizuoka no pudo darse abasto y crearon una segunda a finales de 2020 en la ciudad de Naganuma en Hokkaido y suplir la demanda de los más de dos mil modelos diferentes de mechas, de los cuales se han producido y vendido a nivel global arriba de los quinientos millones de figuras.
Bandai se ha mantenido a la vanguardia en el uso de diferentes tipos de resinas y colores para sus modelos, junto a Toshiba creó las máquinas con sus especificaciones, que les permitió “imprimir” al mismo tiempo con cuatro tipos diferentes de resina y sacar, diariamente, de cuatro a cinco mil moldes de diversos modelos.
A dichos modelos se les conoce como “Gumpla” —Gundam plastic Models— y su fama rebasó hace mucho las fronteras niponas, además el nivel de calidad ha aumentado haciendo que las figuras no necesiten pintura —a menos que se quiera crear un modelo muy detallado—, pero también y dependiendo de la escala —la más común es la 1:144— se han creado diversos grados de calidad y dificultad, ofreciendo al mercado modelos dirigidos desde los principiantes hasta los modelistas profesionales.
Las astronómicas ganancias que tiene la compañía le han permitido crear —hasta el momento— tres atracciones con los robot Gundam a escala natural, además, estos titanes funcionan como frente para tiendas especializadas en figuras y diferentes tipos de mercancías: Gundam Base en Tokyo, Gundam Side-F en Fukuoka y la Gundam Factory en Yokohama, quien tiene el único Gundam a escala natural que se mueve, tristemente, su última actuación fue el pasado 31 de marzo y ahora será desmontado.
A pesar de que el mercado internacional está en crecimiento, en la actualidad el consumo de los modelos es mayoritariamente japonés, el 70% de la producción, el resto se distribuye a nivel global.
La compañía se ha mantenido en un proceso de innovación constante y las personas que por primera vez decidan armar uno de estos modelos se sorprenderán de la cantidad de articulaciones que poseen, además de que pueden ser colocados en diferentes «posiciones de acción» que no serán fijas con el modelo terminado, lo que permite al modelista cambiarlas a su antojo. Pero si a usted no le llama la atención armar o coleccionar modelos, tal vez una visita al Museo de Bandai en la prefectura de Tochigi le haga cambiar de opinión. Este cuenta con diversas áreas: una dedicada a Tomás Edison, otra para la historia de los juguetes en Japón, una más para juguetes internacionales y la de hobby que incluye diferentes modelos de armar basados en licencias que la compañía ha adquirido.
En los tiempos que corren en que muchas personas trabajan por la preservación del medio ambiente, Bandai está comprometida a ayudar lo más posible, así que inició la campaña Proyecto de reciclaje Gunpla, en el que reutilizan los marcos que sostienen las partes del modelo convirtiéndolos en gránulos con los cuales crean nuevos modelos, apodados Ecopla —plástico ecológico— los mismos no son tan coloridos como los originales, no obstante su demanda está en crecimiento y crea consciencia en los modelistas de que el disfrute de su hobby también puede ayudar a la tierra.
Si quiere probar suerte, en Panamá podemos comprar los modelos en una tienda de dedicación exclusiva, Gumpla Panamá, búsquela en internet y dese una vuelta, le aseguramos que no le defraudará.
Agradecemos a José Alberto Albites de IPMS Panamá por su cooperación en este artículo.
El autor es Doctor en Comunicación Audiovisual y Vicedecano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Panamá.