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- 20/03/2020 06:00
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Si quieres escapar un poco de la historia de las guerras mundiales en Berlín, entonces debes visitar el palacio de Charlottenburg (www.spsg.de/en/). Fue construido antes de ambas guerras y muestra el esplendor de la era dorada de Prusia, y reconstruido después de los bombardeos de los aliados sigue siendo el palacio más grande en la capital de Alemania. Este punto de referencia se encuentra al oeste del centro de la ciudad, con fácil acceso.
El palacio de Charlottenburg está situado en Spandauer Damm 20-24. Nosotros fuimos en transporte público desde nuestro hotel en Berlín. Otra opción es tomar un crucero por el río Spree (www.sternundkreis.de) en el día o al atardecer. Estos cruceros demoran entre una y dos horas y media, y brindan una vista completamente diferente. Muchos, durante el verano, ofrecen la opción de bajarse en las diferentes paradas.
Este palacio está abierto todos los días, excepto los lunes. Su horario de invierno (noviembre a marzo) es de 10 a.m. a 4:30 p.m. En verano (abril a octubre) cierra una hora más tarde, a las 5:30 p.m. La entrada tiene un costo de €12, pero puedes conseguir descuento en la entrada si compras la tarjeta de bienvenida de Berlín.
El palacio, en sus orígenes, era más pequeño y modesto. Sophie Charlotte, esposa de Federico III (elector de Brandeburgo) solicitó que Johann Arnold Nering le diseñara una residencia de verano en 1695. En esos tiempos, el terreno se encontraba en una zona campestre en el pequeño pueblo de Lietzenburg.
Al ser música (tocaba el clavicordio y cantaba ópera italiana), Sophie Charlotte mandó a construir una pequeña ópera. Nering murió durante la construcción y el palacio fue completado por Martin Grünberg y Andreas Schlüter, que también construyeron el palacio de Berlín.
Originalmente, el palacio de Charlottenburg estaba constituido solo por el edificio central. El domo fue colocado entre 1709-1712 con una estatua dorada de la diosa de la fortuna.
La inauguración fue el 11 de julio de 1699 para el cumpleaños número 42 de Federico, quien en 1701 se coronó como el primer rey de Prusia.
Su arquitecto real, Johann Friedrich von Eosander, fue enviado a estudiar en Italia y Francia para tomar ideas de lugares como el palacio de Versalles. A su regreso, en 1702, empezó a extender el palacio con un ala a cada lado, además de dos alas laterales para encerrar un gran patio.
Sophie Charlotte murió en 1705, a la edad de 37. Federico cambió el nombre del palacio de Lietzenburg a Charlottenburg, en su memoria.
Luego se construyó un invernadero de naranjos al oeste del palacio en 1712. Esto era una práctica común de los palacios de Europa central en los siglos XVII y XVIII. En verano se sacaban los cítricos al jardín y se utilizaban para fiestas; ahora es un café.
El rey Federico I gastó mucho dinero para pasar de elector a rey. Quería ser como el rey francés Louis XIV, por lo tanto gastó mucho dinero en arquitectura y fiestas.
Federico Guillermo I, hijo del rey Federico I, era conocido por ser el rey soldado. Era todo lo contrario al padre. No invirtió nada en el palacio de Charlottenburg, solo gastó lo básico para el mantenimiento. Alquilaba partes del jardín para levantar fondos y demolió el teatro de su madre. En su reinado, el edificio solo se utilizó para algunos actos protocolares de Estado.
La construcción del palacio de Charlottenburg continuó en 1740 con Federico II (Federico el Grande). Él ordenó construir los establos y cambió el estilo a rococó, que era el que estaba de moda. La planta baja de la nueva ala fue construida para su esposa Elisabeth Christine, que iba poco ya que prefería el palacio de Schönhausen.
En 1744 empezó a optar por Potsdam, por lo tanto mandó a ampliar el palacio de la ciudad de Potsdam. También construyó el palacio de Sanssouci como su residencia de verano.
Federico Guillermo III vivió en el palacio con su esposa Louise. A diferencia de muchas parejas de la monarquía, estos dos sí estaban enamorados y tuvieron nueve hijos. Cambiaron el estilo del palacio de rococó a neoclásico, agregando un teatro nuevo, otro invernadero y cuartos privados.
En octubre de 1806, el emperador Napoleón Bonaparte marchó con su grande armée (ejército imperial) a Berlín. Los reyes no estaban en el palacio de Charlottenburg donde él decidió pasar la noche, en la cama de Louise. Ella rehusó dormir más en esa cama, así que le construyeron un cuarto nuevo con tonos de amarillo.
Louise murió en 1810, a los 34 años, después de tratar de negociar un tratado de paz con Napoleón Bonaparte en 1807. Se volvió una mártir en Prusia y luego en Alemania, sirviendo para la propaganda en contra de los franceses. Ella está enterrada en el palacio en un mausoleo que le construyeron.
Su hijo mayor, Friedrich Wilhelm IV, que reinó desde 1840 hasta 1861, vivió en el piso superior del edificio central del palacio.
Después de su muerte, el único residente real del palacio fue Friedrich III, que reinó durante 99 días en 1888. A sus 57 años tenía cáncer, decidió mudarse a Potsdam y murió un par de días después.
En la Primera Guerra Mundial, el palacio de Charlottenburg sirvió como hospital militar. En 1926 se estableció una administración para cuidar los antiguos palacios y parques reales e imperiales.
Los jardines del Palacio de Charlottenburg fueron diseñados originalmente en 1697 en un estilo barroco francés. Luego, en 1788, fueron reformados bajo los lineamientos de un estilo romántico inglés.
Los bombardeos británicos en Berlín, en 1943, destruyeron gran parte de los jardines. Terminaron de ser arreglados en 2001 usando el estilo barroco original.
Los visitantes van a caminar o a darle comida a los patos que viven en el lago. También se puede visitar la casa de té Belvedere, que data de 1788, siendo actualmente el Museo de Porcelana de Berlín.
El mismo palacio también sufrió muchísimos daños, al igual que el palacio de Berlín que estaba en el este de la ciudad y fue derrumbado. Por suerte, Margarete Kühn, directora de los palacios y jardines estatales, decidió reconstruir el palacio de Charlottenburg, que fue completado en 1957.
El palacio albergaba colecciones de la historia temprana, que ahora se encuentran en la Isla de los Museos en Berlín.
Según la audioguía que te brindan durante el recorrido, muchos muebles fueron sacados antes de los bombardeos.
El palacio de Charlottenburg fue restaurado para lucir como era en sus inicios, durante el siglo XVII. El segundo piso sufrió más daños y algunas de las decoraciones no pudieron ser reconstruidas.
Te recomiendo escuchar la audioguía para entender qué salones, techos y paredes conservan los muebles, decoración y frescos originales. Algunos frescos nuevos fueron pintados por Hann Trier.
Cuando fui al palacio de Charlottenburg, algunos cuartos todavía estaban en restauración. Visitar este lugar y su jardín puede demorar medio día fácilmente.
En los alrededores hay opciones de sitios para comer, al igual que un café. También puedes aprovechar la ocasión para visitar el museo Brohan que tiene obras de Art Nouveau y Art Decó, y el museo Berggruen, que alberga arte moderno, en particular obras de Picasso y Klee.