¿Depredación limita la dispersión de un anfibio en la isla de Coiba?

  • 14/03/2025 00:00
Un proyecto de investigación se enfoca en comparar el efecto de depredación en la isla de Coiba y la zona costera, usando ‘señuelos’ y cámaras trampa.

¿Por qué una especie de rana venenosa no se encuentra en la isla Coiba, pero sí está en la costa? Una hipótesis es que esta rana sí colonizóCoiba en el pasado, pero no se mantuvo allí por causa de algún depredador.

La isla de Coiba se separó del continente entre 12 mil y 14 mil años. Una gran cantidad de géneros de anfibios y reptiles no está presente en la isla, o no se han encontrado a la fecha, pero sí se encuentran en tierra firme cercana, a una distancia que no supera los 20 kilómetros.

Para estudiar este aspecto, el investigador veragüense Eric Flores De Gracia, miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI) y científico de la Estación Científica Coiba AIP, desarrolla el proyecto “La depredación como factor limitante a la dispersión de un anfibio en la isla de Coiba”, financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), a través de la convocatoria de Fomento a I+D 2024.

“Los anfibios del género Dendrobates no están en la isla Coiba, sin embargo, en la costa se encuentra la rana venenosa verdinegra (Dendrobates auratus). Una hipótesis es que quizás sí llegó a la isla Coiba, pero por su actividad diurna, terrestre y sus llamativos colores que indican la toxicidad que tienen, atraían a un potencial depredador”, explica el doctor Flores.

Se encuentran también ranas de esta especie con otras variaciones de colores, como celeste con negro, negro con amarillo, chocolate con gris y unas negras con pequeñas manchas verdes.

Modelos y tecnología

La rana Dendrobates auratus busca humedad en la hojarasca. Su tamaño promedio de adulto es de 30 mm. Cuando caen las primeras lluvias del año, las ranas se activan y se aparean. Las hembras ponen los huevos donde encuentren agua depositada, ya sea en plantas o cáscaras de frutos, incluso sobre la hojarasca. Cuando se desarrollan los renacuajos, el macho los traslada en su espalda hacia las bromelias, arriba de los árboles.

“El proyecto busca comparar el efecto de depredación en la isla de Coiba y la zona costera. Como es difícil dar seguimiento a una rana en el medio natural, vamos a usar modelos artificiales de arcilla que imitan el color y la forma de la rana en su ambiente natural. Vamos a colocar los modelos en tierra firme y monitorearlos para ver la tasa de depredación en siete días y haremos lo mismo en la isla Coiba”, detalla el investigador.

La hipótesis que plantea el científico es que la depredación de los modelos será menor en tierra firme comparado con la isla de Coiba.

Los modelos de arcilla que servirán como “señuelos” para los depredadores se hacen en moldes 3D, que tienen la forma de la rana en negativo, y cuando salen del molde, la parte positiva se pinta y se le agregan las patas. Se ubicarán 300 modelos en tierra firme y 600 en la isla Coiba. Para identificar los potenciales depredadores, usarán la tecnología. “Vamos a poner 20 cámaras trampa enfrente de los modelos para saber qué animal llega a atacar a las ranas”, añade el doctor Flores.

En esta investigación participan el biólogo asistente Joelbin De la Cruz y Jocelyn Rodríguez, estudiante de tesis del Centro Regional Universitario de Azuero (CRUA), que se encargará del análisis de las fotos y videos obtenidos de las cámaras trampa, con la asesoría del profesor Abdiel Rodríguez de la Universidad de Panamá en Veraguas. Otras personas locales serán entrenadas para ayudar en las tareas en campo.

El Centro de Capacitación, Investigación y Monitoreo de la Biodiversidad en el Parque Nacional Coiba (Ccimbio-Coiba), con sede en Veraguas, está colaborando con este proyecto aportando una parte de las cámaras trampa que serán utilizadas en campo.

Como posibles depredadores se han documentado algunas aves. Hay un momoto (Baryphthengus martii) que se come la rana, pero tiene la habilidad de quitarle la piel tóxica. Aramides cajanea, un ave terrestre, podría ser también un potencial depredador.

Algunas publicaciones apuntan a las arañas y serpientes como depredadores de estas ranas, pero hay poca evidencia en campo en Panamá.

El trabajo de campo de esta investigación de la rana verdinegra se calcula que se iniciará en el mes de mayo, cuando se esperan las primeras lluvias.

Otros estudios

El doctor Flores ha estudiado también las tortugas marinas en la playa El Gato, ubicada en el suroeste de la península de Azuero. Por tercer año, continuará con el monitoreo de las tortugas y, con el apoyo de la organización SEE Turtles Billion Baby Turtles Program y Coiba AIP, planea hacer un vivero artificial piloto para ver el resultado de eclosión.

Otra investigación en la que participa es sobre la rana arbórea endémica Oophaga vicentei. Espera colaborar con una científica de Guyana Francesa para estudiar la estructura del bosque y las bromelias de las que dependen las ranas, porque no conocen cuál es la densidad mínima de bromelias donde habita y qué especies de estas plantas son las que usan para desarrollarse y poner sus huevos.

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