Vestir a Santa Librada, la ofrenda de los devotos

En el año 2012, a Antonio Tercero González le diagnosticaron un tumor de parótida. Al recibir la noticia y antes de ir a un especialista, fue a visitar a santa Librada y le dijo: “te entrego mi vida, mi proceder y te entrego todo”.

Era un tumor de gran tamaño, que de haber sido canceroso, Tercero González no habría tenido posibilidades de sobrevivir. Cuando le hicieron los exámenes resultó ser un tumor benigno. Operarlo implicaba riesgos; podía perder la voz, la audición o la vista. “Nuevamente fui a donde santa Librada y le ofrecí todo”, recuerda.

“Hoy gozo de buena salud y estoy dado de alta. Estoy frente a ti, contando la historia”. Tercero González es abogado. Aunque ya lo hizo en el año 2010, este año es el encargado de vestir a la patrona del pueblo de Las Tablas nuevamente, después de esperar su turno en una lista en la que se anotó hace más de 10 años.

La tradición de vestir las imágenes de santa Librada procede del viejo mundo y se arraiga en la América hispana desde tiempos de la colonia. Vestir a la santa representa una ofrenda de parte de los devotos.

“Durante años la estaban vistiendo con trajes más típicos, se le estaba dando un toque más nuestro con zurcidos, marcados y otro tipo de trabajos que llevan la pollera. Después se hizo bordado, con una técnica muy linda que usa España. El año pasado se mandó a hacer en Perú, se envió todo el vestuario por piezas y se compuso en Las Tablas”, explicó Tercero González.

El encargado de vestir a santa Librada en 2023 buscó al diseñador Carlos Joel Morales. “Le dije, 'quiero algo de lo que nosotros somos' y decidimos vestirla como las reinas del pueblo con cristales y brillo. Pero también quisimos colocarle algo que representara su historia”. El bordado y armado lo hizo Elio Saldaña. La costura base del ropaje y la capa la realizó Dominga 'Minga' Villarreal de Carrasco.

Para la fiesta patronal 2023, el diseño del vestido está inspirado en “España andalusí y la huella árabe que por más de siete siglos dominó el sur de la península ibérica. Las labores del manto azul son una adaptación de diseños presentes en muros del Alcázar de Sevilla que, a modo de arcos polilobulados, se entrelazan entre sí para dar origen a patrones típicos de la región sureña; estos elementos se repiten sobre el lienzo rojo que, junto a un rameado floral conocido como atauriques, se disgregan desde el pectoral hasta llegar a la falda. Un fajón a juego da el toque final a la composición”, detalló Tercero González.

En cuanto al bordado, el abogado explicó que en su mayoría se realizó en tono “dorado imperio para resaltar las labores sobre la fina base rojo y azul. Para este vestuario de lujo se confeccionaron delicadas piezas florales y geométricas que fueron bordadas por separado para luego ser ensambladas una a una sobre el ropaje y así conformar el patrón diseñado”.

La fiesta de santa Librada se celebra el 20 de julio, la procesión se realiza cada 19. En la iglesia reposan varias imágenes de la patrona de Las Tablas: “La que está en el altar es la famosa 'Moñona'. La 'Chola' es la que está en la cruz y es la que se pasea en la procesión. La 'Chiquita' está en la iglesia. Y la 'Peregrina', que de un tiempo más reciente para acá, es la que entra al pueblo, esa es la que va a las instituciones”.

Relata la historia que a principios del siglo XVIII, un grupo de hombres formaba parte de una expedición contra piratas ingleses, comandada por el almirante Gil Jacinto Barahona. Estos hombres llegaron a las playas de Mensabé, por los lados hoy conocidos como 'Boca de La Laja'. Así fue reseñado en este medio, en un artículo de 2014.

Dos pescadores guiaron a estos hombres tierra adentro hasta una aldea llamada La Ermita de la Santa Cruz, donde habitaban varias familias dependientes de la ciudad de Natá de Los Caballeros y de La Villa de Los Santos. Dicha aldea estaba situada en el popular barrio de Punta Fogón, como se le conoce en la actualidad en Las Tablas.

Los nuevos pobladores, que construyeron sus casas con los restos de sus desmantelados navíos, trajeron a 'santa Librada', como cumplimiento de una promesa solemne hecha en alta mar cuando, derrotados y a la deriva, trataban de llegar a puerto seguro.

En cumplimiento de la promesa, llevaron la imagen de la santa hasta La Villa de Los Santos para cumplir así la 'manda prometida' de que sería colocada en el altar de la primera iglesia que encontraran. Cuentan que la imagen 'regresó' y fue encontrada entre unas rocas y pitahayas (plantas) en el lugar donde se levantaba una iglesia.

Alrededor de 1692, una modesta capilla fue construida por 'la gente de Las Tablas' y se dedicó a 'santa Liberata'. Así surgió esta comunidad, a la que se le dio el nombre de 'Pueblo de Santa Librada de Las Tablas'.