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El tamborito montijano, una gema preciosa de nuestra identidad
- 27/07/2020 00:00

Por los litorales de Montijo y Mariato.
En las investigaciones realizadas por la doctora Dolores Cordero, podemos situar las primeras migraciones de esclavos africanos traídos a Veraguas, entre las fechas de fundación de Natá de los Caballeros, en 1520, y la población de Santa Fe, en 1558, por la explotación de las minas de oro de Concepción y Santiago de Turiurú.
Debido al maltrato, emigran al cimarronaje hacia los litorales de Montijo y Mariato, donde construyen palenques y cabildos que nos han dejado un legado de sincretismo cultural único en nuestro país.
A quienes provenimos de esos lugares nos resulta familiar hablar de las mamitas parteras, algunas cantalantes del tamborito montijano, como Mamita Petita Batista, Celia Flores, Chica Zoto, Obdulia Urriola, Ruth Batista, Mamita Nacha, Mamita Mena, Carmen Florés, Avelina Rivera... una inquebrantable cadena de personajes que han sabido guardar la esencia genuina de uno de los tamboritos más particulares de la república de Panamá.
Una región rica del orgullo afrodescendiente, que ha concentrado en una zona bien circunscrita las tonadas y ritmos del tamborito montijano, de Mariato, de Ponuga, de Icaco, del Pilón y de la fuerza extraordinaria del superviviente tamborito del Bongo de Montijo.
Un agradecimiento a una hija del folclor montijano, Luz María Batista Valencia, por su colaboración; y a todos aquellos que me han brindado sus informaciones. Luz María nos permitirá conocer los particulares de esa zona de tradiciones del tambor afropanameño.
Mi pasión por el tamborito y también por todo lo que es folclor, inicia desde mi infancia con mi abuelo Eustacio Batista: 'el carretero'. Nos vestía de típico y de indio para fiestas como los carnavales. En los carnavales tocaba la caja y nosotros bailábamos y cantábamos tamborito, con el apoyo de mis tías.

El tamborito montijano es distinto a los demás por su canto, toque y baile. El tambor montijano es cantado y tocado con un ritmo cadencioso, acompasado, muy sutil. Se baila con timidez y a la vez con alegría, son sentimientos encontrados.
Sí, en el distrito de Montijo se conocen dos ritmos de tocar y cantar el tamborito. El tambor del Bongo de Montijo es más costeño y negroide, mantiene esa autenticidad en el baile y en el canto; tiene más saloma, es más rápido el toque, se baila con picardía y coqueteo; en cuanto a la vestimenta, es menos acabada, las prendas de oro solo se llevaban en las orejas (aretes).
El tamborito montijano no tiene mucha saloma; es copla y verso, es más conocido porque ha tenido la oportunidad de presentarse en variadas actividades folclóricas del país. Sus tonadas han ganado muchos premios Zárate en todo el país.
Se manifiesta en los ritmos norte, corrido y en tuna, por supuesto, con su torito guapo y su tonada Corre Julián.
No hay variantes en los tambores; se toca la caja, el pujador y el repicador.
Según entendidos investigadores del folclor, el tambor que se canta en este bello corregimiento no es originario, es traído por sus ancestros desde la región de Azuero.
Sí, soy cantalante desde los 10 años. Mi primera presentación la realicé en el Festival de Veraguas, convocado por los esposos Zárate para conocer más sobre el folclor veragüense.
La cantalante es el alma del tamborito. Es ella la que lo mantiene vivo; sin canto, verso y copla, no existiría este baile pícaro y alegre.
Las tonadas nacen, se cantan y esos versos son escuchados, gustados y van viajando de región en región, aquí no había derecho de autor. 'La candelaria' y 'La linda Rosa' son cantadas y tocadas en otras regiones, pero con ritmos parecidos, a veces adaptando e improvisando coplas al momento.
No, cada región tiene su manera típica de vestir; las montijanas del tiempo pasado eran muy sencillas al vestir, en su mayoría de origen humilde, no había muchas joyas, solo una gargantilla, y la pollera de zaraza, sin zapatos o con zapatos de pana negra.
En la cabeza, el sombrero de junco o de pita, y una flor olorosa tras la oreja. Los tres golpes al iniciar el baile del tambor montijano, me resultan diferentes.
En el tamborito, los tambores y los tamboreros son sagrados. Por eso el baile inicia con una venia que le llamamos “los tres golpes”. En el tamborito montijano estos tres golpes se diferencian de los otros, porque no hacemos la caída hacia atrás.

Son muchas las tonadas conocidas o populares de lo nuestro. Podemos mencionar 'A mí no me digan tengo', 'La linda Rosa', 'Corre Julián', 'Zamba', entre otras.
Las investigaciones revelan que en Ponuga existió un auténtico tamborito, pero lastimosamente ha caído en desuso, es decir, se ha dejado de practicar.
Sí, estamos haciendo esfuerzos para que el tamborito del Bongo se mantenga vivo.
Hemos creado el Festival del Cangrejo y el Marisco Montijano. En este evento se realizan concursos y presentaciones de tamborito montijano y bongüeño. Además, el patronato del festival tiene proyecciones dirigidas a resaltar esta modalidad folclórica que tanto nos identifica.
Sí, con el aporte que nos brinda el Ministerio de Cultura y la ATP al patronato, queremos seguir contribuyendo a enaltecer el tamborito montijano y del Bongo.
Mi anhelo es que cada día los niños, jóvenes y todos los montijanos amen el tambor montijano, lo canten, bailen y toquen, y se sientan orgullosos del baile que nos identifica como panameños.
Nos encontramos en una zona de patrimonio cultural, hemos dejado aparte muchos temas que, por razones de espacio, no hemos desarrollado en este articulo: las fiestas de la Candelaria realizadas en Puerto Real, la particularidad del tamborito de Icaco (con sus cajas de caparazón de tortuga), los recuerdos de Pedro, Mama Uta y su chiva, del origen de la palabra Bongo, el antiguo lugar llamado La Grupera, del hijo de Mamita Mena, mi primo Lalo Cogley, maestro y cultor del tamborito del Bongo, como el de Montijo.
También nos ha faltado la vida de Avelina Rivera, de Celia Florez, y la historia muy particular del nacimiento (en Montijo 1948) de mi primera hermana Lily, narrada por mi madre, donde el ritual del reconocimiento con tabaco y ron eran usuales para la comunidad.
El tizón en la cadera y el rito del petate... vienen a construir, bajo la conservación de sus relatos, las tradiciones y costumbres de una diversidad única y particular del Panamá profundo que muchos desconocemos. Los litorales de Montijo y Mariato son patrimonio importante de riqueza y belleza natural, joya preciosa de la cultura universal. Y su tamborito, la gema preciosa de nuestra identidad.