“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 11/04/2021 00:00
- 11/04/2021 00:00
Gisela y Sebastián están por anunciar su compromiso matrimonial en la boda de sus mejores amigos, cuando toda esa alegría se convierte en zozobra. Gisela es raptada y su novio, al ir en su rescate, es víctima de un accidente de tránsito.
La vida, no solo de Gisela sino de todos los que están a su alrededor cambia sorpresivamente y una investigación policial se inicia. Poco a poco se va destapando una red de trata de personas en la que hay muchos involucrados. Así arranca Mariposas y traiciones, primera incursión en la novela de la abogada Haydée Méndez Illueca.
La autora está acostumbrada a escribir ensayos y obras jurídicas. Pero durante la pandemia se enfocó en escribir una novela. Mariposas y traiciones es el nombre de la obra que —no podría ser de otra manera— aborda problemas que afectan sobre todo a mujeres y niños, y de alguna manera son ignorados y, a veces, normalizados. La abogada, especialista en género y defensora de los derechos humanos hace con esta obra una denuncia de la trata de personas, la violencia machista y los delitos sexuales.
Cierto, la novela nace de la pandemia, porque cuando el cuerpo está encerrado, la mente se rebela y sale por la ventana, comienza a volar a través de la imaginación. Pero la imaginación tiene que trabajar con material que conoce y yo siempre he sentido mucha indignación por ese delito de la compra y venta de personas como si fueran cosas, mercancía. Siempre lo he denunciado, siempre lo he aborrecido, pero la mejor forma de concienciar al público a veces es dramatizar una situación por medio de un relato, una ficción, basada en la realidad. Es una forma de pedirle a la gente que lo denuncie, que lo prevenga, que tome precauciones para que sus familiares, hijos e hijas no caigan en las redes de estos delincuentes. La novela es una forma de denuncia, pero también de advertencia, de condena y de concienciación.
En Panamá estas situaciones pasan todos los días, son noticia, son casos comunes, pero la gente normalmente los lee en los periódicos y redes sociales o los ve en la televisión, pero no les dan la importancia que se merecen, no piensan en las víctimas que ven interrumpidas sus vidas y sus anhelos. Para la mayoría es simplemente un delito más. Leer una novela sobre la trata es una forma de llamar la atención sobre este crimen de lesa humanidad.
En realidad es mucho más divertido escribir una novela que un ensayo o un escrito jurídico. A mí me encanta leer, soy adicta a la lectura y cuando una lee mucho, es fácil escribir. Vi cómo era posible enviciarse tanto en la escritura como en la lectura de literatura. Y es que lo que se narra puede sorprender tanto al lector como al propio autor. Realmente fue sorprendente cómo los personajes cobraron vida y comenzaron a hacer cosas inesperadas. Es cierto que en el género novela, al igual que en el género de ensayo o artículos, también hay que investigar, pero la diferencia es que en la novela nuestra fantasía no tiene límites, no se ve constreñida por ninguna norma o ninguna ley, puede volar tranquila.
Al escribir no copiamos la realidad, sino que la recreamos y fundamos un mundo nuevo que, como dije, está hasta cierto punto fuera de nuestro control. Yo me sentía que iba corriendo detrás de mis personajes, tratando de describir lo que pensaban, decían (o no decían) y hacían.
Depende de hacia dónde me lleva la imaginación, que como dije, a veces es difícil de controlar. También está el factor tiempo. Escribir una novela requiere de mucho tiempo y mucha paz, que no siempre se tiene en tiempos normales. Es diferente durante una pandemia, cuando es casi una forma de mantenerse cuerda, o por lo menos de no deprimirse.
El silencio es muy importante en la novela, que está llena de silencios, como los silencios de las mariposas, que no emiten ningún sonido. Hay silencios buenos, que son necesarios y sin los cuales se podrían destruir vidas; hay silencios angustiosos, de ausencias o sospechas; y también silencios que traicionan, que dañan. El silencio puede ser terrible o puede ser benévolo. Pero hubo un grito que rasgó todos los silencios.
Describir, denunciar y advertir sobre uno de los delitos más aberrantes que existen, aunque la novela está llena de muchos otros delitos.
Por el momento la obra no se va a imprimir, pero puede ser adquirida en una versión PDF, “moda pandemia”.
Los interesados deben enviar una donación no mayor de $10 por transferencia bancaria a Haydée Méndez de Espino, cuenta de ahorro 10000297019, Caja de Ahorros, y enviar confirmación al correo mendespino@gmail.com y recibirán de vuelta el libro digitalmente, a su correo.
También está disponible en Kindle, de Amazon.
Abogada, defensora de derechos humanos y escritora, nombrada como una de las mujeres destacadas en la defensa y protección de los derechos de las mujeres el 8 de marzo de 2020, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Primer puesto en el XII concurso de Ensayo del Ministerio de Relaciones Exteriores, con el tema Equidad de género – Participación e igualdad con derechos y oportunidades.
Entre sus obras publicadas están Legislación relativa a las mujeres, 2019 (Una recopilación de todas las leyes referentes a las mujeres de Panamá); Jorge Illueca: Guardián de la soberanía, en Protagonistas del Siglo XX Panameño, 2015; Mujer, justicia y perspectiva de género, 2008; y es coautora de El acoso sexual: Un problema laboral, 2012.
Articulista en varios medios de comunicación sobre temas de la mujer. Redactora del documento base de la Ley 82 de 2013 contra la violencia hacia la mujer y tipificación del femicidio y de la Ley 7 de 2018, que previene, prohíbe y sanciona actos discriminatorios, así como demandas de inconstitucionalidad a favor de las mujeres y varias leyes propuestas, a través de participación ciudadana, a la Asamblea Nacional.