Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
La semiótica como camino para la investigación en arte. Una propuesta del doctor Roberto Fajardo
- 27/08/2023 00:00
- 27/08/2023 00:00
Uno de los temas de discusión en el mundo académico y contemporáneo del arte, es el método de investigación a adoptarse en esta área. Si aceptamos la definición de signo, propuesta por Charles Sanders Peirce, cuando dice que “signo” es algo que significa algo para alguien bajo algún prisma, tendremos todo un universo epistemológico que debe escudriñarse para generar reflexión, discusión y contexto a los planteamientos expuestos por analistas, críticos, historiadores del arte y artistas.
Una referencia ineludible, sobre este tema en Panamá, es el doctor en Artes Visuales Roberto Fajardo, quien ha dejado el nombre de nuestro país en alto al ser incluido recientemente, en la colectánea de cuatro tomos; Open Semiotics dirigida por Amir Bigliari y destinado al mercado anglosajón, publicados por la prestigiosa editora francesa L´Harmattan de París, que ha seleccionado su texto titulado: “Art and Semiosis. The potential of abductive inference.” Ubicado en el tomo número tres.
El interés del dr. Fajardo por la semiótica se remonta a los planteamientos de su tesis doctoral (2005), cuando cursa sus estudios en poéticas visuales en la Universidad de Rio Grande del Sur (Brasil). En este trabajo titulado Icthyus: poética de uma re-visão, explora una imagen icónica como elemento plástico para proyectar identidad a través de algunas características idiosincráticas.
Escoge la imagen del pez como elemento capaz de representar la identidad panameña, con pinceladas ligadas a elementos musicales, el paisaje del trópico, los colores que refieren al sol y a la vida. No se trata del pez como pez sino de su forma como icono, como símbolo, capaz de servir de base a una investigación. Menciona que “Hay un trayecto desde lo que se hace, hasta lo que se incorpora a la cultura que la sostiene”.
En este tipo de abordajes, tampoco existen resultados previsibles de antemano, la conclusión es la obra, la lectura tiene que ser sobre ella y sus mecanismos como proceso. La obra se construye sobre pretensiones que no siempre son explicitas, ni en lo concerniente a objetivos ni a metodologías, por lo que no es posible hacerlo como lo hace la ciencia.
La ciencia pretende tener un dominio sobre las leyes de la naturaleza, o estructuras y normas que permitan entender, prever o explicar procesos científicos, pero… “en el arte el proceso es crear”. No se puede aplicar el criterio de establecer una hipótesis, ya que el arte no busca prever un resultado, se trata de crear algo que no estaba allí antes.
A nivel investigativo plantea el problema de abordar una metodología que incorpore elementos propios del arte como lo relacionado con las emociones, la intuición, la inspiración, los componentes epifánicos de la creación estética y artística. Elementos excluidos generalmente en las investigaciones que se rigen por el método científico ortodoxo. Considera que la hipótesis en arte es la propia obra, ya que sobre ella se desarrolla y fundamenta su contenido.
Encuentra en la teoría de la semiosis de Peirce (Peirce entendía la semiosis como una acción, influencia o cooperación entre tres sujetos; un signo, su objeto y su interpretante), la fundamentación teórica que dará pie a sus estudios posteriores, y que estará estimulada, inicialmente, por el Grupo de Estudios Peircianos de Argentina (GEP) y el GEP de la Universidad de Navarra. (España).
Las categorías básicas de trabajo, propuestas por Peirce son la primeridad, la secundidad y la terceridad. La primeridad refiere a todo aquello que es indeterminado, inmediato, antes de cualquier pensamiento concreto, la secundidad refiere al hecho, aquello que tiene causa y efecto, que tiene una existencia física y material. Y la terceridad, que refiere a todo aquello que es pensamiento, consenso, reglas, leyes, resultados. Tenemos pues, tres niveles epistemológicos que permiten explorar tres cosas diferentes. En la práctica de las artes, sucede de este modo ya que el artista imagina una situación hipotética pero solo la resuelve haciendo, en la indeterminación, encontrando, a medida que va haciendo y estructurando en función de sus hallazgos.
La obra es inicialmente una posibilidad, pero, una vez que la obra existe pasa a tener una realidad física, obedece a técnicas, materiales, soportes …y, por último, cuando la obra ya está hecha y participa del mundo social y cultural, entra en el mundo simbólico de la pintura, deja a su padre-creador y pasa a tener una existencia propia.
La Mona Lisa, El Guernica, Las Meninas… son obras que, por razones que los artistas ni imaginaban, adquieren valores contextuales a partir de esas categorías desdobladas, de una serie de signos que, desde la semiótica, permiten manejar las diferentes categorías de manera que puedan tener continuidad, coherencia y pertinencia en su construcción y lenguaje.
Fajardo se acercó a la semiótica, como vía investigativa, porque no discrimina ningún tipo de sentido o significación. No requiere de un discurso anterior sobre el que ampararse, ya que, como bien plantea Peirce, su fundamentación y su discurso es relacional.
Pero, además la semiótica, como método de investigación, permite indagar en los sentidos y significados hasta llegar a nociones vinculadas a la epistemología, convirtiéndose en algo que va mucho más allá del método, ya que permite poner en contexto los diferentes elementos, hacer un registro del trabajo, evaluarlo y concluir, ejerciendo a través de las categorías, una perspectiva creativa que posibilite la clasificación de los signos.
Su primer texto, sobre este tema, se publica en el 2008 en la Revista Universidad (UP), y posteriormente en el 2010, en la Universidad de Navarra, contribuyendo para establecer nuevos criterios, diálogos y propuestas que permitan avanzar en la investigación en arte. Plantea la necesidad de encontrar consensos capaces de generar discusión sobre el abordaje de la investigación en arte desde criterios compartidos y comunes, comenzando una discusión destinada a plantear, en términos académicos, cual es el papel del artista como investigador dentro de la universidad.
Sin embargo, también propone que el signo debe ser válido aplicando el término a la cultura “si no tienes cultura, no entiendes la cultura”. Sólo se pueden compartir criterios si hay un conocimiento común, compartido. Dice; “el talento debe tener escuela”.
Ya hemos superado la unicidad de criterios y nos movemos en un mundo donde no hay una sola verdad, una fórmula… por lo tanto, la semiótica permite construir una poética en función de preferencias, vivencias, creencias, articulándose para crear, a través del signo, un sistema de relaciones donde el artista decide desde la concepción de la idea, hasta su plasmación, posibilitando la incorporación de ese producto al mundo de la cultura. –“Es pura lógica, se trata de establecer criterios metodológicos para crear criterios que puedan ser discutidos e irnos a cuestiones procesuales que nos permitan manejarnos mejor, como artistas”.
Después de su investigación y de la publicación de sus textos, se abre un camino que está en plena discusión hoy, ya que algunos de los lineamientos establecidos para la investigación en arte se derivan de sus planteamientos basados en un cambio de paradigma en relación con el arte que se concibe como un proceso semiótico.