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'Pioneras de la ciencia en Panamá': sobre ellas recaía la responsabilidad
- 09/10/2022 00:00
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En esta edición de Facetas, entrevistamos a Eugenia Rodríguez Blanco, quien es doctora en antropología social. Sus trabajos de investigación se ubican en la antropología feminista y aplicada. Ha trabajado como investigadora y docente en diversos países de África y América Latina, entre ellos: Brasil, Mozambique, Cabo Verde, México, República Dominicana y Panamá. En el año 2014 se incorporó a la Universidad de Panamá como profesora visitante e investigadora del Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades (CIFHU) y actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigación de Panamá e investigadora asociada del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS). Es la coordinadora de la publicación Pioneras de la ciencia en Panamá.
El antecedente más importante de la investigación sobre las pioneras de la ciencia en Panamá lo constituye el estudio sobre mujeres y ciencia realizado para la SENACYT en el año 2018 (https://mujeresenciencia.senacyt.gob.pa/) en el que participé como coordinadora junto a las investigadoras Nadia de León y Yolanda Marco. Este estudio presentó un diagnóstico de género sobre la participación de las mujeres en la ciencia en el país, realizando un análisis de los determinantes de género que las mujeres reconocen enfrentar en sus carreras científicas. Los resultados del estudio revelaron que las mujeres no se encuentran en condiciones de equidad con los hombres para participar y permanecer en la ciencia, mostrando muy particularmente cómo los estereotipos, los roles y las relaciones de género marcaban las oportunidades de las mujeres para participar en determinadas áreas de la ciencia, pero también en determinadas posiciones de toma de decisión en la jerarquía científica. En base a estos resultados, las autoras del estudio recomendamos realizar acciones dirigidas a combatir esas condiciones de inequidad de género en la ciencia, entre ellas, visibilizar y reconocer los aportes científicos de las mujeres en la historia de la ciencia, para enfrentar estereotipos de género creando y fortaleciendo referentes femeninos en la ciencia para la sociedad, y en particular para las niñas y jóvenes. Fue en ese tiempo cuando recibí la llamada de la periodista Vannie Arrocha. Ella llevaba ya un par de años trabajando la biografía de la primera médica y ginecóloga del país, la doctora Lidia Sogandares, y consciente del trabajo que habíamos realizado sobre las científicas en el país quiso explorar posibilidades de colaboración. Escuchando a Vannie y conociendo su trabajo con la pionera de la medicina surgió la idea de ampliar la investigación biográfica a otras pioneras de las ciencias en Panamá, con un doble objetivo: seguir generando conocimiento sobre la participación de las mujeres en la ciencia en el país, ahora desde una perspectiva histórica; pero también reconocer y visibilizar a las primeras científicas, para generar referentes femeninos en la ciencia y combatir estereotipos. Así es como nos acercamos a la Senacyt con la propuesta del proyecto titulado: Pioneras de la ciencia en Panamá: porque fueron, somos; porque somos, serán, que finalmente fue apoyado a través de un convenio de colaboración firmado en el año 2021 con el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales, CIEPS, institución científica que acoge este proyecto.
Efectivamente, tuvieron que enfrentar muchos prejuicios sobre sus capacidades, que no solo eran de género, también de raza. Las mujeres de modo general y las mujeres afrodescendientes, de modo particular, tuvieron que mostrar que eran capaces de realizar aportes a la ciencia y desarrollarse como científicas. Las hicieron sentir intrusas. Sintieron, además, mucha responsabilidad porque su participación en la ciencia fue observada para cuestionar la participación de las mujeres de modo general. Sabían que, al ser las primeras, sobre ellas recaía la responsabilidad de abrir el camino para otras mujeres que llegarían después. Participar en la ciencia fue para ellas un reto individual, al tiempo que colectivo. Esos prejuicios no solo cuestionaban a las que conseguían llegar, sino que actuaban sobre el total de las mujeres a través de los diversos canales de socialización cargados de estereotipos de género que desincentivaban la participación de las mujeres en la ciencia.
En nuestra investigación y el marco teórico desde el cual abordamos este estudio, no partimos de la existencia de tal instinto, pero sí de reconocer entre los determinantes de género la difícil conciliación entre la vida familiar y profesional para las que formaron familias, fueron madres y desarrollaron una carrera científica. Es muy probable que esa difícil conciliación, aún más difícil entonces que hoy en día, determinara que muchas de las pioneras que forman parte de la selección de nuestra investigación, tomaran la decisión de no formar familias o no convertirse en madres. Las que sí lo hicieron contaron con apoyos determinantes en su entorno familiar y social para conciliar cuidados y ciencia, ante la ausencia de políticas de cuidados en sus épocas. Hay que tener en cuenta que el tiempo en el que desarrollaron sus vidas estas pioneras, durante la primera o segunda mitad del siglo veinte, los roles de género y muy especialmente la vinculación de las mujeres con las responsabilidades domésticas y de cuidados, se encontraba fuertemente presente en la construcción de la identidad femenina. Ellas tuvieron que enfrentarse a ese destino y norma de género: algunas lo desafiaron, decidiendo otros destinos, otras, como decía, tuvieron que enfrentarse al difícil reto de la conciliación.
Las condiciones de inequidad existentes para participar en la ciencia no son solo de género, hay otras condiciones sociales que determinan menores oportunidades o mayores obstáculos. No contamos con un estudio diagnóstico en el país que levante estas realidades de discriminación para población indígena o afrodescendiente, por su condición étnico-racial, y sería fundamental hacerlo para contar con un mayor conocimiento sobre este asunto que permita informar políticas que lo aborden y corrijan. En el citado estudio sobre mujeres y ciencia en Panamá sí levantamos información sobre la particular brecha en la que se encontraban las mujeres indígenas con relación al resto de mujeres del país, para participar no solo en la ciencia, sino en la educación. Los resultados indicaron que las mujeres indígenas todavía se encuentran en situación de inequidad en el acceso a la educación, una inequidad que es de género y es étnico-racial. En un artículo que escribimos para el blog del CIEPS titulado: “¿Para cuándo una pionera científica indígena en Panamá?”, la socióloga Patricia Rogers y yo reflexionamos sobre este asunto, llegando a afirmar que “tendremos una pionera científica indígena cuando se den las condiciones de equidad en la educación que todavía no se dan para las comunidades indígenas (…). Las niñas y jóvenes indígenas necesitan referentes cercanos en la ciencia, pero aún más, necesitan tener asegurada una educación digna e inclusiva, una educación en condiciones. Aún nos queda trabajar mucho en esto”. (https://cieps.org.pa/para-cuando-una-pionera-cientifica-indigena-en-panama/). Son necesarias políticas de educación y ciencia que tengan en cuenta estas inequidades y que apuesten por superarlas.