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- 26/06/2020 00:00
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La semana pasada ocurrió la muerte de Carlos Ruiz Zafón, el escritor catalán que nos deslumbró por casi dos décadas con su tetralogía enmarcada con el nombre de “El cementerio de los libros olvidados”. Con apenas 55 años murió de un cáncer de colon que padecía, en forma tan discreta como fue su vida.
El año 2001 vería la publicación de La sombra del viento, de un autor que había publicado tres novelas que le habían merecido premios, como el Edebé por su primer libro, El príncipe de la niebla, para posteriormente publicar El palacio de la medianoche y Marina. Ya había vendido unos 250 mil ejemplares de esas tres obras, cuando apareció esta portentosa novela que nos hizo adictos a las historias de Daniel Sampere y su descubrimiento del Cementerio de los libros olvidados, llevado de la mano de su padre. Allí encuentra un libro que le cambiará el rumbo de su vida y lo arrastrará a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la parte vieja de su Barcelona natal. Ambientada en la primera mitad del siglo XX, concretamente en 1945, el libro resultó un fenómeno literario que trascendió fronteras, catapultando a su autor a la fama.
De él escribió en La Vanguardia Sergio Vila-Sanjuan, “Aunque con ecos superficiales de Eduardo Mendoza y Arturo Pérez Reverte, la voz de Ruiz Zafón es de una originalidad a prueba de bomba. La sombra del viento anuncia un fenómeno de la literatura popular española”. Y así fue. De ese libro se han vendido más de 15 millones de ejemplares en 40 idiomas diferentes. El libro que Daniel Sampere descubrió se llamaba La sombra del viento y estaba escrito por un autor maldito, Julián Carax. Ese misterio que envuelve a Carax es el leit motiv de la tetralogía que nos legó Ruiz Zafón.
El autor no era de estructuras fáciles en las novelas que escribía, por el contrario, son complejas, con varios giros, requiebros, referencias y misterios que agregan interés a la trama. Toda esta hibridación encandiló a la crítica, ya que era una explosiva mezcla de géneros de intriga, suspense, novela histórica y la comedia de costumbres, con un fondo irremediable de historia de amor trágica y un trasfondo de los acontecimientos políticos de la época en la que se desarrolla. Se ha hecho viral posterior a su muerte una frase que resume todo: “Lo mejor de los corazones rotos es que solo pueden romperse de verdad una vez, lo demás son rasguños”.
En ocasión de su aparición en el mercado, el autor señaló que “La banalidad ha alcanzado a la literatura. Gran parte de la ficción actual es pura pose: relatos cortos disfrazados de novela con cuerpo de letra gruesa y muchos espacios en blanco; personajes poco trabajados que entran y salen como en un programa de televisión, autores que se venden en la portada; gente que lee simplemente para matar el rato en el puente aéreo”. Atribuía estos males a la censura invencible del mercado. Ese libro fue finalista del Premio Fernando Lara 2000.
La reacción de las personas que leyeron esta punta de lanza de su tetralogía fue de buscar los lugares donde ocurre la novela, como la Rambla, el barrio Gótico, el Raval, el cementerio de Montjuïc, la iglesia de Santa María del Mar, las mansiones de Pedralbes y el parque de Tibidabo, entre otros, en Barcelona. El autor seguía residiendo en California y dedicado a escribir guiones para cine. En 2007 La sombra del viento fue seleccionada entre los mejores 100 libros en lengua castellana de los últimos 25 años.
A ese primer libro le siguió El juego del ángel. En esa segunda novela retrocede en el tiempo, ubicando al joven escritor Julián Carax en los años 20, obsesionado con un amor imposible, a quien le ofrecen escribir un libro a cambio de una fortuna. Sin embargo, el editor es el misterio que va a envolver toda la trama. Aquí resaltan la intriga, el romance, la tragedia en medio de un laberinto de secretos donde el embrujo de los libros, la pasión y la amistad se conjugan en un relato magistral. En el año de su publicación, un crítico literario, periodista y profesor, quien ya había publicado guías sobre la Barcelona literaria sacó una Guía de la Barcelona de Ruiz Zafón, que fue prologada por el escritor y periodista antes mencionado, Vila-Sanjuan. En ella se cartografían ocho rutas emocionantes en un recorrido fascinante entre la ciudad real y la novelesca que desvelan los libros de su autoría. Yo pude hacer algunas y se siente el misterio y la intriga.
La saga siguió con El prisionero del cielo, publicado en 2011, en cuyas primeras páginas se recogen 33 referencias a los libros anteriores publicadas en los más importantes diarios del mundo y opiniones de personalidades literarias. Le Figaro catalogó La sombra del viento como el mejor libro del año, The New York Times señaló que “García Márquez, Umberto Eco y Jorge Luis Borges se funden en un mágico y desbordante espectáculo, de inquietante perspicacia y definitivamente maravilloso” y The Guardian aportó que “Zafón nos tienta como nadie con el ritmo implacable de su narrativa, repleta de distracciones mágicas y fantásticas”. Stephen King, por su parte, destacó que: “Si alguien pensaba que la auténtica novela gótica había muerto en el XIX, este libro le hará cambiar de idea. Una novela llena de esplendor y de trampas secretas donde hasta las subtramas tienen subtramas. En manos de Zafón, cada escena parece salida de uno de los primeros filmes de Orson Welles. Hay que ser un romántico de verdad para llegar a apreciar todo su valor, pero si uno lo es, entonces es una lectura deslumbrante”.
Este tercer libro, escenificado en 1957 en Barcelona, reúne a Daniel Sampere con su amigo Fermín Romero de Torres enfrentando el mayor desafío de su vida, cuando un inquietante personaje visita la librería de Sampere y amenaza con desvelar un terrible secreto que lleva enterrado dos décadas en la oscura memoria de la ciudad. En el libro se desborda la intriga y la emoción. Es literatura de la mejor y así es reconocida en todo el mundo.
Y finalmente, en 2016, nos entregó El laberinto de los espíritus que culmina, como una fina obra de filigrana, en la Barcelona de finales de los años 50, con un Daniel ya adulto, casado y con una gran herida en el corazón por el misterio de la muerte de su madre. En este cierre reúne a todos los personajes que tuvieron protagonismo en sus tres novelas anteriores, y su lectura es de gran intensidad, rindiendo un homenaje al mundo de los libros, el arte de narrar historias y el vínculo mágico entre la literatura y la vida. Tuve la suerte de estar en la presentación de ese libro en la FIL de Guadalajara, que fue televisada y al respecto publiqué un artículo en esta misma sección, destacando la reacción del público, que obligó al autor a firmar ejemplares por más de cuatro horas.
Al terminar su cuarto libro, declaró en su Barcelona natal que “He estado trabajando en este proyecto durante 15 años y al terminar este último libro, donde encajan todas las piedras del laberinto, tuve una sensación de que aquello que me había propuesto terminó siendo realmente lo que siempre quise. Es exactamente lo que había soñado. Esto solo se puede hacer una vez en la vida, no creo que repita un proyecto de este tipo otra vez. Ha sido un viaje al centro de mí mismo, a la exploración del proceso creativo”.
A pesar de haber estado en el mundo publicitario y cinematográfico, ninguno de sus libros ha sido llevado al cine, y en respuesta a varias preguntas sobre el tema, siempre decía que no se adaptarían a películas. Veremos ahora que, sin su presencia, esto se pueda hacer realidad y recorramos la Barcelona de Ruiz Zafón de la mano de Daniel Sampere y Julián Carax a través de las pantallas.
Como informó el Grupo Planeta, editorial de sus libros, “Nos ha dejado uno de los mejores novelistas contemporáneos, pero seguirá muy vivo entre todos nosotros a través de sus libros”.
“Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él”.