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- 09/07/2018 02:05
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Hay espacios simples y comunes que pueden llegar a transformarse. Lugares que pueden darle la bienvenida al arte y a la cultura. Esos que asumen el riesgo de convertirse en galerías por un motivo especial y extraordinario. La agencia de comunicación TBWA, una oficina típica de trabajo, ha estallado de cultura. En sus paredes blancas y amplias han sido expuestas 22 obras de un pintor local que ha impreso el alma en sus trabajos por más de seis décadas. Mario Calvit es ese artista que ha sido aplaudido en una exhibición poco convencional y muy emotiva.
‘Esta muestra es un homenaje a Mario. Con pinturas entre la figura humana y el paisaje, de los años 70 hasta nuestros días. Quisimos enaltecer la labor del maestro', describió Arlene Lachman, representante de la Fundación Arte Panamá y organizadora de la exposición. Asimismo, explicó que esta iniciativa parte de su proyecto para ‘rescatar la historia del arte y dejarla documentada. Y así fomentar la identidad nacional a través de la cultura'.
La carencia de galerías en la ciudad y la apretada agenda de las ya existentes hicieron que Fundación Arte Panamá se reinventara en la organización de la muestra. ‘Las galerías de arte cada vez están más limitadas. No hay diversidad y no hay suficiente espacio en sus cronogramas para estructurar actividades. Queríamos hacer la exhibición a Mario y debíamos buscar el sitio. Y, conversando, un día con los dueños de la agencia, nos dijeron: ¿y por qué no hacerlo aquí? Hay buena iluminación y las paredes son idóneas', contó Lachman. También, destacó que haciéndole honor al eslogan de la empresa comunitiva ( disruption , que en español significa ruptura) lograron irrumpir en un evento novedoso. ‘Estamos felices de la convocatoria. Mira a tu alrededor. El lugar está repleto. Se logró lo que queríamos', dijo con entusiasmo.
Eran las 8:00 de la noche. El lobby de la agencia y su área de trabajo congregó a los invitados que desbordaron especial afecto a Mario Calvit y a su familia. El lugar estaba tomado por aquellos que reconocen la cultura, la valoran y quieren impulsarla. La profesora y escritora Griselda López caminaba despacio y observaba cada pintura de quien ha sido ‘su amigo desde la adolescencia'. Exhibía una sonrisa tenue mientras admiraba cada lienzo. ‘Conozco al Mario sensible, al Mario intelectual. Es una persona preocupada por temas sociales. Sin duda, él ha sido una persona que ha hecho historia en Panamá. Evidentemente hoy, en esta exposición , se refleja una parte de lo que es él. Siempre hace obras diferentes. Es un hombre que maneja mucho el color', sentenció emocionada y enfatizó, además, una frase que quizá invite a la reflexión: ‘lamentablemente, en Panamá apoyamos más al fútbol que a la cultura. Esto debemos cambiarlo'.
Al fondo del pasillo, el poeta Pedro Rivera conversaba con Berna Calvit (hermana del pintor), que denotaba una singular conmoción. ‘Mario es uno de mis mejores amigos. Es una amistad de 50 años. Es mi hermano. La palabra que yo uso para definirlo es bueno, es un hombre bueno. Además, es buen pintor', expresó Rivera. Igualmente, el escritor aprovechó el momento para comentar cómo evalúa el arte plástico al día de hoy. ‘La cultura en Panamá no es la misma que antes. Tal vez me equivoque porque uno siempre piensa que el pasado fue mejor. Pero yo siento que hay muchos pintores de marketing. Mucho ornamento. Es decir, hoy no hay un arte apasionado, un arte doloroso como el que vivieron estos pintores [refiriéndose a Alfredo Sinclair, Mario Calvit, Manuel Chong Neto, Guillermo Trujillo]. Ahora es más decorativo, no tiene la fuerza ni la vitalidad de esa generación', explicó Rivera.
En otra zona se encontraba Jorge Sinclair, presidente de la Fundación Alfredo Sinclair, quien con algarabía recibió al homenajeado, que llegó luciendo una impecable camisa de lino blanca junto a su fiel compañera y esposa Silvia de Calvit. ‘Estoy tan emocionado que tengo ganas de llorar. Mi tío Mario es de esos grandes hombres, al igual que mi padre, que forjaron la lucha por el arte en Panamá', realza Sinclair.
Finalmente, la alegría cobró cuerpo en los invitados cuando el agasajado interrumpió a su hijo Mario Francisco, quien agradecía a los presentes y recordaba el ejemplo que ha dejado su padre, para decir unas palabras. Con voz pausada, clara y congruente, dijo: ‘Ahora, voy a hablar. He podido hacer unas obras tan bonitas y con mucha inspiración porque he tenido a una familia que me ha dado mucho amor. ¡Muchas gracias a todos!'.
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‘En Panamá apoyamos más al fútbol que a la cultura',
GRISELDA LÓPEZ
CATEDRÁTICA Y ESCRITORA