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La industria del cine y los videojuegos se arropa con inventiva e imaginación
- 03/08/2020 00:00
- 03/08/2020 00:00
La cultura global ha sufrido un fuerte golpe con la llegada de la pandemia, pero a pesar de las dificultades actuales el sector cinematográfico y de videojuegos se mantiene dando pasos en pro de un futuro mejor para quienes dependen de su revitalización.
En un conversatorio organizado por la Ciudad del Saber durante la tercera edición del evento cultural Trama, el pasado 24 de julio, líderes de estas industrias se reunieron para dar luces sobre la hoja de ruta que han implementado este año.
El gremio de producción audiovisual en Panamá estuvo representado por: Alberto Serra (Procinema), Pituka Ortega Heilbron (Fundación IFF Panamá), Luis Carlos Caballero (Clúster de Animación Digital y Videojuegos de Capatec), Jorge Martínez (Universidad del Arte Ganexa) y María De Lourdes Barrios (Universidad Interamericana de Puerto Rico).
Entre los puntos que se desarrollaron, los líderes hicieron hincapié en la necesidad de una mejor formación profesional para los integrantes de estos sectores culturales y técnicos. “El objetivo principal ahora es desmitificar que el “arte no es rentable”, eliminar ese pensamiento que se atañe al arte y la cultura y no deja ver que, en realidad, es todo lo contrario”, indicó Serra, “queremos una formación superior en la industria para que crezca, se organice, se creen nuevos proyectos desde cine y televisión, y para que las audiencias vean el potencial que se desarrolla en Panamá”.
Desde Procinema se han llevado a cabo gestiones para crear una mayor unidad en el gremio, conformación de equipos de trabajo sólidos, creación de sistemas operativos del gremio, organización de una base de datos actualizada de profesionales en el territorio nacional, y establecimiento de mesas de trabajo junto al Estado y empresa privada. Además, Serra explicó: “El cine local tiene que mejorar para que pueda acercarse a la audiencia de Panamá. Está la audiencia de festivales, de cine de autor y la audiencia general que consume el cine comercial, pero que no consume gran parte del cine panameño. El cine de Panamá tiene la ventaja de que tiene gran diversidad de obras, desde géneros hasta historias distintas y una comunidad pequeña con respecto a otras regiones latinoamericanas”.
En el proceso de atraer a la población al cine nacional y las producciones audiovisuales, las fundaciones actuales deben fortalecer sus conexiones con otras entidades culturales regionales e internacionales para garantizar la diversificación productiva de las obras de los cineastas.
Esto se une a la labor de la fundación IFF Panamá, dirigida por Pituka Ortega Heilbron, quien comentó: “Nuestro trabajo comprende muchos puntos, abarca muchas aristas y nos otorga responsabilidades que cumplir como el festival internacional de cine, centrado en una labor que beneficia al pueblo, la imagen del país, su marca país y la industria del cine en la región”.
Desde su creación en 2012, el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF, por sus siglas en inglés) ha creado un impacto tangible en la industria, desde el acercamiento de las comunidades a cintas con temáticas intuitivas, hasta capacitación y formación en el séptimo arte con expertos internacionales, y el posicionamiento turístico del país. “Hemos sido sitio de reunión de más de 9 mil 500 personas que han sido beneficiadas por nuestro programa educativo denominado Programa de Responsabilidad Cultural, que incluye proyecciones educativas gratuitas en diversas sedes de proyección durante el festival, ubicadas en barrios de la ciudad”, indicó Ortega Heilbron.
¿Cómo se ha afectado este megaevento cultural en medio de la pandemia? Ortega Heilbron enfatizó que el financiamiento es el mayor reto de la industria, y con la cancelación del IFF 2020 y su traspaso a plataformas digitales, las ganancias no cubrieron las expectativas. “Hay que entender que como festival debemos cubrir la comunicación de las películas, los invitados, la gestión de las instituciones culturales gubernamentales y privadas que abarcan un gran porcentaje del apoyo hacia el festival”, expresó, “y recalcamos que desde un principio la prensa local ha sido un apoyo especial en el impacto del festival como una plataforma para los creativos, cineastas y productores nacionales e internacionales”.
“A finales de 2019 firmamos un acuerdo con el BID Lab para consolidar los esfuerzos del festival y ellos vieron en la fundación las posibilidades de fortalecer los aspectos de la cadena del cine como herramienta social y económica, con la creación de nuevos modelos de audiencia y nuevos modelos de alcance de la industria cinematográfica”, agregó Ortega Heilbron.
Como apoyo a los demás festivales de cine nacionales, la directora general de Cine del Ministerio de Cultura (MiCultura), Sheila González, explicó durante el conversatorio virtual la destinación de $1,6 millones en pro de la reactivación del bloque 3, que comprende proyectos de esta índole. “Confirmamos un aporte económico a los festivales que contienen actividades formativas como el IFF, el Festival de Cine Bannabá, Panalandia, Festival ícaro, Colón cinematográfico, Festival Hayah, el Centro de Formación y Capacitación Cinematográfica del Gecu de la Universidad de Panamá, entre otros”.
La posición de Panamá en el ámbito cinematográfico y de animación digital sigue en sus primeros pasos, avanzando en medio de un escenario impredecible, con la presencia de gremios y organizaciones que se dedican a dar oportunidad a nuevas generaciones de relevo para la expansión de estos sectores. Desde el Clúster de Animación Digital y Videojuegos de Capatec, se logró un estudio especializado del sector, donde se esclarece el progreso del país, el gremio de profesionales y estudiantes, y el impacto del apoyo de instituciones gubernamentales como Ampyme, el Ministerio de Cultura, ProPanamá y la Ciudad del Saber en la creación de un hub de animación digital en Panamá.
“Buscamos ser la plataforma líder del desarrollo creativo en animación digital de Panamá, logrando la profesionalización y colaboración entre profesionales, artistas y estudiantes, así como promover la creación de leyes y apoyos gubernamentales, que fomentan las alianzas entre los miembros de la industria creativa con gobierno y universidades”, indicó el director del clúster, Luis Carlos Caballero. “Se necesita consolidar a los productores de contenidos para el mercado nacional e internacional, y representar al país potenciando la internacionalización del talento local”, agregó.
Para lograr este objetivo del clúster, Caballero explicó que la comunidad de animación digital, así como la de cinematografía, se vale de “personas que impulsan al crecimiento del sector” de forma integral. De igual manera, la educación y formación de los nuevos miembros depende del sector privado, con mayor inversión en el abanico de carreras vinculadas a estas artes, como puntualizó el director de Extensión e Innovación de la Universidad del Arte Ganexa, Jorge Martínez. “Ganexa responde a una formación profesional en el arte cinematográfico que reúne los haceres y saberes de este sector. Nos enfatizamos en una fuerte base, en guion y herramientas para triunfar comercialmente. Durante el confinamiento hemos tendido una asistencia del 92% de estudiantes del programa (48 estudiantes) dentro del primer año del programa de cine”, detalló.
Con el nuevo programa de cine en esta casa de estudios, se denota la importancia de impartir nuevos estilos de educación para impulsar una mejor carta de profesionales cada quinquenio. En medio de la pandemia, Martínez apuntó que se han mantenido disponibles tres becas completas y 24 media becas, así como la “flexibilidad de pagos para estudiantes” como apoyo social.
Y en la actualidad no solo las instituciones panameñas han visto la necesidad de aumentar la calidad de productos audiovisuales, sino que desde otras naciones universidades e instituciones se han asentado en el territorio nacional para aportar al mejoramiento del sistema educativo superior. Entre estas se destaca la Universidad Interamericana de Puerto Rico, que tiene sede en la Ciudad del Saber y abarca carreras dentro del desarrollo y programación de videojuegos, diseño digital y animación digital.
“Vimos a Panamá como un lugar de oportunidades para crear un hub de videojuegos y formación digital, donde podemos asentarnos con una oferta académica de 216 programas. Así mismo, nos enfocamos en ofrecer carreras que no se ofertan mucho y son inaccesibles en otras universidades dentro y fuera del país para los estudiantes interesados”, explicó la directora de esta universidad, María De Lourdes Barrios. “Este año contamos con cuatro grupos de carreras que se trabajan en semestres (cada seis meses). Lo que encontramos en el sector de videojuegos en Panamá es una gran cantidad de personas con educación empírica –que es válida–, pero para los profesionales que deseen trabajar internacionalmente se necesita una formación profesional”.
Desmitificar los videojuegos se asemeja a la desmitificación del cine local; más que un producto admirado por jóvenes, se ha convertido en una profesión independiente capaz de formar lazos internacionales con gran ingreso económico para los países que los desarrollan óptimamente. “El videojuego es terapéutico, científico, aumenta la formación, las habilidades y demás elementos humanos”, indicó Barrios.
Los aportes de este sector han sido visibles y vinculados intrínsecamente con el crecimiento del país, ejemplificando el uso real de los profesionales en su campo laboral. Barrios anotó en su intervención la creación de una app de Realidad Aumentada (RA) por parte de los estudiantes de la casa de estudios tecnológica, presentada en la celebración de los 500 años de la ciudad de Panamá en 2019, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “Esta aplicación fue utilizada en una exhibición de arte ambiental llamada 'La bulla de los cocos'”, explicó la educadora.
“A través de la app los visitantes podían ver la situación actual de los manglares de Juan Díaz del sector este y cómo iba a estar la ciudad de Panamá en 2030 si la población mantenía hábitos insostenibles de conducta de contaminación”, explicó. “Esta es una muestra de que a través de videojuegos, animación digital y programación de aplicaciones podemos poner en contexto social los problemas por los que atraviesa un pueblo y cómo enseñar a una juventud cada vez más digital a estar preparada para todo tipo de mercado”.
La universidad de Puerto Rico también ha aportado a la población durante la pandemia del coronavirus, creando tutoriales digitales animados para el uso de las guías de los equipos de respuesta rápida de la covid-19, llevado a cabo en una colaboración con el Ministerio de Salud (Minsa). “Debemos humanizar los videojuegos y darles un enfoque social para que los estudiantes puedan crear un portafolio profesional válido”, insistió Barrios, “y vale destacar que es el único sector que no ha sufrido decrecimiento, ha aumentado sus ofertas de empleo y la estadística de educación mundial ha aumentado un 35% en el periodo 2019-2020”.
A medida que la población conoce las cualidades y virtudes de las industrias culturales e interdisciplinarias en el que se incluye el cine y los videojuegos, mayor será el apoyo futuro a estos para su sostenibilidad y exportación de talento humano. En lo que concuerdan los expertos en cada uno de estos campos, es que funcionan como “herramientas que tienen alto impacto económico y social”, dentro de una industria inclusiva que desarrolla y subvierte las expectativas.