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- 12/08/2012 02:00
PALABRA. ‘ Ojalá a alguien se le ocurra enviar a nuestros atletas a China, o traer preparadores chinos acá’. Este fue uno de los comentarios con que los locutores locales expresaron su admiración por el desempeño de los atletas chinos en las Juegos Olímpicos que finalizan hoy en Inglaterra. Si bien es una apreciación surgida de la decepcionante participación de los atletas istmeños en suelo británico, expresa una verdad irrefutable: con apenas ocho participaciones en las Olimpiadas, el gigante asiático se ha convertido en una verdadera potencia deportiva, con más de 400 medallas obtenidas hasta el momento, de las cuales casi 200 son de oro.
Números impresionantes para un país que hace 28 años no participa en una de las máximas citas deportivas del planeta. Cifras que son el resultado de un modelo que tiene como finalidad convertir el deporte en otra expresión más de un dominio económico que se afianza cada día más.
En las Olimpiadas de Londres -que han tenido lugar en el Año del Dragón, de acuerdo con el horóscopo chino-, los deportistas del país asiático han alzado el oro unas 34 veces, la plata unas 21 y el bronce en 18 oportunidades, sumando una 73 preseas hasta el momento. De esta manera China ratifica el poderío exhibido durante los Juegos Olímpicos del 2008, cuando tuvo la oportunidad de competir en casa. Dentro del equipo que representa a China en suelo británico se encuentran 30 medallistas que compitieron en Pekín.
RECLUTAMIENTO DEPORTIVO
Las claves de la creciente hegemonía china en las disciplinas olímpicas las encontramos en un agresivo sistema de reclutamiento, que recuerda al empleado por la milicia. En cierta medida, las políticas deportivas chinas están inspiradas en las de la antigua Unión Soviética. De acuerdo con el diario El Comercio, Ecuador, durante la década de los ochentas se crearon unos tres mil colegios deportivos a los que han sido enviados 400 mil niños con edades que van de los seis a los 16 años.
En los centros de entrenamiento su identidad es puesta a prueba mientras un Estado omnipotente intenta persuadirlos de que son propiedad suya. Y les exige ser los primeros en la disciplina que practiquen, preparándolos así para sobresalir en el escenario internacional. La filosofía y la dureza son las claves de esta formación. El lema es: ‘Quejarse está prohibido’.
El apoyo económico por parte de la primera economía del mundo a sus equipos olímpicos es total. Tanto es así que en el 2009 el presupuesto designado al deporte superó l os 600 millones de dólares en este país.
MITO O REALIDAD
Camilo Amado, presidente de la Federación Panameña de Gimnasia, advierte que las imágenes y videos que circulan en internet no son prueba fehaciente de que el método chino sea tan brutal como se especula. ‘De esa manera no se consiguen resultados, sino con disciplina positiva, estableciendo metas a corto, mediano y largo plazo’, explica.
Amado considera que aunque la gimnasia es un ‘deporte muy duro, en el que hay muchas caídas y golpes’, advierte que en ningún país del mundo se intenta ‘abusar deliberadamente de un atleta’.
Comenta que cada nació tiene su propia metodología deportiva. Es así que los Estados Unidos cuenta con un sistema de becas estudiantiles que les ha permitido obtener 110 medallas durante su trayectoria olímpica; mientras que en el caso chino asegura que el secreto de su desempeño exitoso ha sido la masificación de la gimnasia, más que la aplicación de un estilo militar.
Añade que para alcanzar el oro en las Olimpiadas es preciso implementar métodos que sean fuera de lo ordinario, como establecer gimnasio escuelas, donde las futuras glorias del deporte puedan estudiar y formarse apropiadamente. ‘Guatemala, que a diferencia de Panamá es un país donde existen este tipo de facilidades, puso a una atleta entre los 16 mejores de los Juegos Olímpicos’, destacó.
Afirma que a pesar de que al atleta panameño se le conoce por contar con ‘un biotipo deportivo muy bueno’, no se alcanzan mejores resultados en las competencias internacionales por el desinterés de la sociedad y por la inexistencia de un plan de desarrollo deportivo, que debería ser implementado por el Gobierno.
Am ado señala que los panameños podrían aprender del método de selección chino, ‘en el cual se trabaja con los atletas que tiene potencial’. Manifiesta que a pesar de que ’la política y el deporte siempre estarán mezclados’, la gran mayoría de los involucrados en la práctica deportiva en el Istmo hacen ‘su trabajo con las uñas y sin aparecer en los noticieros locales’.
DRAGÓN CON SED DE ORO
Hasta ahora las tácticas de reclutamiento de atletas jóvenes y los programas deportivos sin restricciones presupuestarias han rendido frutos a lo largo de los años, sobre todo desde las Olimpiadas de Seúl 1988, cuando China apenas comenzaba a dar sus primeros pasos en una competencia olímpica. Es más, en aquella oportunidad finalizó undécimo con 28 medallas, incluyendo solo cinco doradas.
El rendimiento mejoró en 1992, en Barcelona, donde la representación china se posicionó en el cuarto lugar.
De acuerdo con el rotativo argentino Perfil , este ascenso meteórico al podio de las superpotencias deportivas ha levantado sospechas de dopaje. Incluso de lo que se conoce como ‘dopaje genético’, que consiste en el uso de la terapia genética para mejorar el rendimiento atlético.
En el 2008, un documental proyectado a través de la televisión alemana exhibió imágenes que parecían reafirmar esta hipótesis: en las mismas se observaba a un médico chino que se ofrecía inyectar células madre a un grupo de deportistas.
Pero la realidad del dopaje genético vas más allá. Una técnica llamada Repoxygen consiste en inyectar el gen productor de la Eritropoyetina -hormona de síntesis que aumenta la cantidad de glóbulos rojos y mejora el rendimiento muscular- como una especia de virus. En vez de enfermar a las células musculares, hace que las mismas aumenten su capacidad de producir Eritropoyetina cuando el nivel de oxígeno en sangre es bajo. El problema, no sólo para los ingleses sino para el resto del mundo, es que todavía no se ha creado un método para detectar este tipo de dopaje.
Los abusos a atletas incipientes y los escándalos de dopaje han incidido en los comentarios de periódicos como South China Morning Post y Oriental Morning Post, cuyos periodistas deportivos han llegado a afirmar que ‘las autoridades chinas están tan ansiosas por obtener un oro que no tienen problemas en sacrificar valores profundos’. Se cumple así lo expresado por el ex nadador chino Fang Hon: "El deporte competitivo es la guerra sin armas".