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¿Hay alguien allí afuera?
- 17/02/2023 00:00
- 17/02/2023 00:00
Corría el verano de 1977, en una playa sudamericana, mencionada por el escritor español JJ Benítez y el ufólogo peruano Sixto Paz, estábamos mi padre, que en paz descanse, mi hermano menor y este servidor observando el firmamento cuando la vimos... una nave desconocida a una altitud que parecía del tamaño de las estrellas, pero que hacía maniobras aéreas no convencionales.
Volaba de sur a norte despidiendo una luminosidad permanente, no era como la luz de beacon de las aeronaves terrestres, y, de pronto, giró en un ángulo pronunciado haciendo una curva de 180 grados para emprender rumbo norte-sur, como si estuviese patrullando, y aceleró de manera tal que desapareció al ojo humano casi instantáneamente; no duró más de un minuto esa experiencia que pareció ser una eternidad.
Esa experiencia en mi juventud me convenció de que hay alguien más que humanos en este universo, porque sabía que no era posible que un globo, un avión o un helicóptero hicieran esos giros alucinantes que causarían que una aeronave entre en barreno (caer girando similar a como lo hace un taladro).
Como familia, en aquellos años decidimos guardar silencio porque no es como ahora, en ese tiempo la estigmatización era agresiva.
Un poco antes, en 1974, el entonces director de mi colegio, monseñor Jaime Núñez, en su clase de filosofía y religión satisfizo nuestra curiosidad juvenil sobre la vida extraterrestre, con un salomónico “es posible, pero eso no afecta nuestra creencia en un Dios todopoderoso y universal”, un argumento que décadas después también escucharía de otros.
Recordar esta experiencia 46 años después, a raíz de los recientes abatimientos confirmados por los estadounidenses de naves de origen desconocido, Ovnis como popularmente se les llama, me llevó a descubrir que, luego de mi vivencia, hubo otras en la misma zona, de las que fue testigo mucha gente, incluso policías, pero aún pocos se atreven a hablar.
Tres años antes de mi experiencia, el escritor español JJ Benitez (Caballo de Troya 1, 1984), en ese arenal, Chilca (Perú) es su nombre, asistió a un avistamiento también, que le sembró la semilla para escribir su best seller, una ficción que él insiste es un hecho real atribuido a un experimento de militares estadounidenses.
El 14 de mayo de 2008, el entonces astrónomo del Vaticano, el sacerdote jesuita argentino José Gabriel Funes (1963), se refirió al tema en una entrevista en el Obsservattore Romano, titulada Hermano extraterrestre, en la que advierte que la hipótesis de la existencia de vida inteligente alienígena no es contraria a la fe.
El espacio exterior interesa a la Iglesia católica desde 1582 por el papa Gregorio XIII, artífice de la reforma del calendario, pero fue el papa León XIII quien estableció el Observatorio oficialmente en 1891.
El 3 de febrero de 2015 la BBC informaba desde el Observatorio Vaticano, mudado a Tucson, Arizona, en 1981, por la contaminación del aire en Italia, que eliminó toda posibilidad de llevar a cabo investigaciones de alta calidad.
Desde entonces, la institución trabaja codo a codo con la Universidad de Arizona.
“No, no estamos haciendo nada extraño. Estamos realmente haciendo ciencia, no estamos buscando extraterrestres para evangelizar”, le explicó el padre Paul Gabor, vicedirector del Observatorio, cuya confiabilidad ponen en duda los escépticos al ser todos sus astrónomos sacerdotes.
Gabor –que cree que si existen otros planetas habitables en el universo lo más probable es que alberguen vida– también ve una conexión profunda entre astronomía y religión.
“Y al tratar de entenderlo, uno se da cuenta de que el universo, de hecho, quiere que los entendamos”.
Recuerdo que el 8 de julio de 2015 se agitó el asunto en Panamá con la supuesta aparición de un Ovni en el cielo de la capital a plena luz del día, como lo divulgaron medios locales apoyados en fotografías desde la bahía de Panamá, y los testimonios, bromas, sarcasmo y especulaciones de los cibernautas.
El 15 de octubre de 2015 el papa Francisco contestó a la revista francesa París Match esta pregunta: ¿Existen los extraterrestres? Sin ocultar su sorpresa por el cuestionamiento dijo:
“En verdad no sé cómo comenzar a responderle. Hasta ahora, el conocimiento científico siempre ha excluido que haya en el universo rastros de otros seres pensantes. Dicho esto, ¡hasta el descubrimiento de América no se imaginaba que existiera!”.
El pontífice explicó que “en todo caso se debe dar la palabra a los sabios, teniendo siempre en cuenta que el Creador es infinitamente más grande que nuestros conocimientos”, reiterando los fundamentos de la fe católica. https://www.aciprensa.com/noticias/existen-los-extraterrestres-la-inedita-pregunta-que-el-papa-francisco-respondio-11864
Pero oteemos un poquito más, en octubre de 2017 hubo cierto alboroto con la detección de Oumuamua, que en lengua hawaiana significa “el mensajero que viene de lejos y llega primero”, porque es el primer objeto celestial proveniente de fuera del sistema solar, citado por el colega Carlos Serrano al entrevistar el 30 de agosto de 2021 al astrónomo y profesor de física teórica de Harvard Avi Loeb para el HayFestivalQuerérato@BBCMundo.
“Oumuamua fue un visitante misterioso y fugaz. Nadie pudo observarlo con detalle, pero quedó claro que no se parecía a nada que se hubiera visto antes en el espacio”, asegura Serrano.
Oumuamua fue detectado por el telescopio Pan STARRS (Telescopio de sondeo panorámico y sistema de respuesta rápida en español) de la Universidad de Hawái y luego otros colegas también confirmaron su presencia en el firmamento por 10 noches, pero nadie pudo sacar suficiente información de su composición ni imagen sobre el objeto celeste.
Los cálculos establecieron que era de forma aplanada, con 400 metros de largo y 40 de ancho, su superficie era rojiza que brillaba con una intensidad variable y tenía una trayectoria errática.
En 2018 Loeb propuso una controvertida teoría, que Oumuamua pudo ser una sonda enviada por una civilización alienígena, o los restos de un artefacto creado por extraterrestres. Loeb en 2021 publicó un libro sobre su teoría, no se retractó pese a las críticas de sus colegas.
La obra se titula Extraterrestre: la humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra.
Loeb sostiene que es fundamental buscar vida extraterrestre porque tendría una gran implicación para la humanidad, una dosis de humildad al saber que “hay alguien más ahí afuera”.
Casi la mitad de las estrellas parecidas al sol tienen un planeta del tamaño de la Tierra y casi a la misma distancia. ¿Estamos solos?
Tenemos circunstancias similares en decenas de miles de millones de Tierras en la Vía Láctea, y 10 a la potencia de 21 en todo el universo. Eso es más que el número de granos de arena en todas las playas de la Tierra, detalla el astrónomo.
Por otro lado, el 7 de mayo de 2018 un piloto de Copa Airlines fue uno de los seis que reportaron la detección de un escuadrón de tres ovnis en el cielo de Antofagasta, en el norte de Chile, pero, al parecer, no ha habido un informe oficial final sobre ese incidente, uno de los 600 reportados en el país austral hasta hace cinco años.
En 2020, el mismo telescopio que detectó Oumuamua observó otro objeto, conocido como 2020 SO, que se comportaba de manera similar, y resultó ser el propulsor de un cohete construido en 1966.
La pregunta es quién produjo a Oumuamua.
También en 2018, el actual director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el astrónomo jesuita Guy Consolmagno, y el P. Paul Mueller, también jesuita y astrónomo, publicaron el libro ¿Bautizarías a un extraterrestre?, en el que analizan ese y otros temas como el Big Bang y la relación de Galileo con la Iglesia.
La reseña del libro recuerda lo dicho por el papa Francisco el 12 de mayo de 2014, en la homilía de la misa que celebró en la casa Santa Marta en el Vaticano, meditando sobre cómo el Espíritu Santo sopla donde quiere.
“Si mañana llegara una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran donde nosotros, digo marcianos ¿no? Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como los pintan los niños. Y uno dijera: 'Pero, yo quiero el bautismo'. ¿Qué pasaría?”, cuestionó el santo padre ese día, sin hablar más del tema.
El 17 de junio de 2018 la doctora Karin Öberg, astrofísica católica de la Universidad de Harvard, analizó la posibilidad de existencia de vida extraterrestre, en un evento que congregó a más de 70 académicos y expertos de Estados Unidos.
En su ponencia, Öberg disertó sobre los exoplanetas –aquellos que están fuera del sistema solar– y la posibilidad de vida extraterrestre.
Según informa CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– la también cofundadora de la Sociedad de Científicos Católicos dijo que “el gran descubrimiento científico de los últimos 10 o 20 años es el hallazgo de que los planetas son muy comunes alrededor de otras estrellas”.
Eso quiere decir, explicó la experta, que “cada estrella que se ve en el cielo es su propio sistema solar, así que ese es un cambio en la cosmología en la que vivimos. Esto obviamente genera la siguiente pregunta: '¿Hay sistemas con vida como la Tierra?”.
La astrofísica dijo a CNA que sería “muy interesante” descubrir incluso vida no inteligente, porque eso “nos enseñaría algo sobre el hecho de cómo se pasa de la materia inanimada a la animada, que actualmente se entiende muy pobremente”.
https://www.aciprensa.com/noticias/hay-vida-extraterrestre-astrofisica-catolica-de-harvard-analiza-esta-posibilidad-15559
A la inmensa literatura sobre esta actividad ufólica, que data de los años 1800, se sumó en 2021 un panameño, el escritor Enrique Jaramillo Levi (1944), con su obra Top Secret: Cuentos sobre ovnis, la primera de su tipo que se escribe en Centroamérica.
Jaramillo testimonia que vio un Ovni en 1973 en la playa Mocambo, de Veracruz, México.
Ya para el 26 de junio de 2021 sabíamos que el Gobierno de Estados Unidos admitía la existencia de ovnis, pero no podía explicar este fenómeno, aunque no descartaba que fueran de manufactura extraterrestre.
Pero el Pentágono lo tiene claro, los ovnis plantean “un problema claro de seguridad de vuelo y pueden representar un desafío para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
El 17 de noviembre de 2022 Felipe Espinosa Wang publicó sobre la Teoría del Gran Filtro de los extraterrestres propuesta por científicos de la NASA, que implica que esas civilizaciones avanzaron tanto hasta llegar a un punto en que se autodestruyeron.
La teoría del Gran Filtro fue propuesta por primera vez en 1998 por Robin Hanson, economista de la Universidad George Mason.
Esa teoría es también una posible resolución a la “paradoja de Fermi” (1950), del científico italiano Enrico Fermi, quien se preguntó por qué no hay señales de vida extraterrestre.
Sin señales de vida entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas y al menos 100.000 millones de planetas, los científicos creen que la humanidad puede autodestruirse también.
La teoría propuesta por los científicos de la NASA no es la única a la que ha llegado a una conclusión similar. A mediados de 2022, los astrobiólogos Michael Wong, de la Institución Carnegie para la Ciencia, y Stuart Bartlett, del Instituto Tecnológico de California, propusieron una solución similar a la paradoja de Fermi, como reportó DW anteriormente.
“Postulamos que una catástrofe existencial puede estar al acecho a medida que nuestra sociedad avanza exponencialmente hacia la exploración espacial, actuando como el gran filtro: un fenómeno que aniquila a las civilizaciones antes de que puedan encontrarse entre sí, lo que puede explicar el silencio cósmico”, se lee en la introducción del artículo.
Mientras tanto, el 31 de marzo de 2022 se presentó el nuevo mensaje, en código binario, al que denominaron BITG (Faro en la Galaxia), para la eventual comunidad extraterrestre, que los científicos, encabezados por Jonathan Jiang, del laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, quieren enviar a la Vía Láctea.
El nuevo mensaje está repleto de detalles, como una introducción básica a las matemáticas, la composición química de los humanos, un mapa de la Tierra e incluso nuestra ubicación exacta en la Vía Láctea, que sería enviado desde el radiotelescopio chino FAST, y el conjunto de telescopios Allen del Instituto SETI, en California.
El primer mensaje se envió en 1974 desde el telescopio Arecibo de Puerto Rico, sin resultados.
El 18 de mayo de 2022 la Iglesia volvió a referirse al tema tras el informe del Pentágono sobre los avistamientos de Ovnis.
El padre Mario Arroyo, doctor en filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, compartió un artículo al respecto en su blog “Teología para Millennials”, titulado “Ovnis y la Iglesia”.
“Lo primero que debemos señalar es que, por lo pronto, no hay una postura oficial de la Iglesia al respecto. Es lógico, se trata de una cuestión prudencial: no pronunciarse sobre realidades misteriosas, que no sabemos a ciencia cierta lo que son”, explicó el sacerdote que es catedrático en la Universidad Panamericana en ciudad de México.
El pasado 12 de enero Los Ángeles Times informó, citando a la agencia AP, que la Oficina de Resolución de Anomalías del Pentágono reportó 510 incursiones de objetos voladores no identificados, a los que considera una amenaza, aunque no tiene evidencia que sean extraterrestres.
De buena cuenta llegamos al 12 de febrero de 2023 con la confirmación del derribo de cuatro ovnis (uno un globo “espía” chino) por parte de Estados Unidos en el norte del continente, cerca al Ártico, donde los conspiranoicos dicen hay una base ultrasecreta que albergaría un Comando Intergaláctico del que es parte la primera potencia del mundo.
Más temprano el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, dijo que los funcionarios de inteligencia creían que los artefactos derribados eran globos de vigilancia, señaló la BBC.
Toca a los astrónomos que controlan el poderoso telescopio James Webb afinar la puntería para detectar cualquier señal extraterrestre con urgencia, tomando en cuenta que miramos al pasado, pues un año luz de distancia significa 9 billones (9 más doce ceros) de kilómetros y la velocidad de la luz es de 300.000 kilómetros por segundo.
La galaxia más cercana a nosotros, Andrómeda, está a 2,5 millones de años luz, o sea, a 22,5 billones de kilómetros. Si una nave partió en junio de 2021 a la velocidad de la luz desde allá, llegará en diciembre de este año a la Tierra.
Pero, según el astrónomo chileno Patricio Díaz Pazos, la probabilidad de vida extraterrestre es de: 0,000.000.000.000.000. 000.000.000.000.000. 000.000.1 “como requisito para la existencia de algún tipo de ser viviente, en las circunstancias que conocemos”. ¡UPS!
*periodista independiente y profesor de mercadeo de contenidos.