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- 03/09/2023 00:00
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Como me gusta hacer reseñas cortas de libros, novelas gráficas o manga, algunas editoriales me gratifican permitiéndome leer sus obras sin tener que comprarlas, ya sea en formato digital y en el mejor de los casos mediante el libro impreso. Fue gracias a la canadiense Drawn & Quarterly que descubrí —algo tarde debo reconocer— a Yoshiharu Tsuge (n. 1937), autor de manga japonés cuyas historias son un verdadero deleite.
Pero ¿Quién es Yoshiharu Tsuge y cómo es que no se escucha sobre él? La respuesta es un poco irónica y triste para sus admiradores; después de publicar su última obra Betsuri —Separación— en 1987, se retiró a los cincuenta años de edad del mundo del manga y a pesar de lo aclamado de su trabajo, no ha vuelto a escribir.
Como la mayoría de los artistas de la década del cincuenta, Tsuge inició sus andanzas en el manga en 1954 en el kashi-hon —mercado del alquiler de revistas, libros y manga— que surgió después de la Segunda Guerra Mundial.
Trabajó con Mizuki Shigeru a quien dedicáramos el artículo 'La historia en manga de la era Showa', se codeó con la crème de la crème, luego sus obras aparecieron en la famosa revista Garo hogar de historias Gekiga, de líneas narrativas adultas alejadas de temas infantiles y que era en su época “La revista”.
También lo hizo en otras como Yako o Custom comic. Fue además el precursor del movimiento watakushi manga —Cómics sobre mí— una suerte de manga autobiográfico que se tomó prestado de las watakushi shosetsu —Novelas sobre mí—, famosas en la época.
A su obra se le ha llamado de muchas formas, y es que de ellas se ha dicho que son experimentales, metafóricas, introspectivas, melancólicas, con una carga de mitología, vivencias e incluso algunos críticos hablan de propuestas semi-autobiográficas, pero la que mejor lo define es “manga literario”.
La mayor parte de su trabajo se publicó en revistas de tiraje mensual, historias relativamente cortas y unas cuantas largas. Fue gracias a su hijo —Shosuke Tsuge— que accedió a que sus trabajos se publicasen nuevamente, no solo en Japón sino a nivel mundial. Para él, el público de esta época y el extranjero probablemente no entenderían sus relatos lo que terminaría por destruir sus creaciones, ¡no tenía idea de la acogida que le esperaba!
El lector tiene ahora la ventaja de poder disfrutar de estos clásicos por lo menos en dos idiomas universales, gracias a las editoriales que tomaron la batuta, Drawn & Quarterly y la española Gallo Nero Ediciones, cuyos directivos han estado desde 2018 entregándolas al mercado.
Mi primer encuentro con el trabajo del autor fue Akai hana (Red flowers, Flores rojas) un compendio de doce historias publicadas en la revista Garo entre 1967-1968, en formato digital fue «amor a la primera leída», tanto así que cometí el error de aficionado de comentarle a Marc Bernabé —el traductor catalán de manga y anime— sobre lo maravilloso del autor y él me dirigió a Gallo Nero, que las tenía en nuestro idioma. Continué con El hombre sin talento (Munou no Hito, 1985), una historia que se mueve entre la visión filosófica del protagonista Sukezo Sukegawa, “un bueno para nada” que fracasa en todos sus intentos de trabajo y que, irónicamente, lo único que parece habérsele dado bien —el manga— decide que no lo trabajará más. De dicha obra, en una entrevista al traductor para la versión canadiense en el Japan times la describió así: “La obra extrae la autocompasión, la miseria y el narcisismo de un holgazán filosófico: un hombre a la vez patético y admirable, tan fácil de odiar como de empatizar”.
La traducción al español resulta más costosa por el cambio de moneda y el envío desde España, así que me decidí por las versiones en inglés y ahora mismo está en la cola de lectura Numa —The Swamp— (El pantano) un compendio de once historias publicadas entre 1965-1966. Nejishiki (1968) se encuentra en ambos idiomas, en España mantuvo el nombre japonés, mientras que en inglés fue bautizada como Screw Style, una historia surrealista que según el autor “la había soñado mientras dormía la siesta sobre un tejado”. Apareció por primera vez en Garo en 1967 y se considera “una obra de arte en formato manga”.
Tsuge se retiró del mundo del manga dejando atrás grandes obras como Tonari no Onna —La mujer de al lado— o Risan-ikka —La familia Ri— las cuales tengo en listas de lecturas futuras.
Las obras de Tsuge han sido traducidas al español, italiano, inglés, chino y portugués, en el año 2020 fue sorprendido de manera increíble. En el Festival International de la Bande Dessinée d'Angoulême (Festival internacional del cómic de Angulema), uno de los mayores y mejores encuentros del cómic internacional en Francia, Yoshiharu Tsuge despertó al mundo, en la exposición “Yoshiharu Tsuge, Être Sans Exister” (Yoshiharu Tsuge, ser sin existir). Se exponían dibujos originales del autor además de poder interactuar con él. En esa retrospectiva se invitó al autor a recibir un premio honorario otorgado por su trayectoria e influencias, los vítores de pie que recibió fueron su hermosa forma de percatarse de que su obra se mantiene actual y es apreciada a nivel internacional.
Uno de los últimos honores al autor fue la nominación en agosto de 2022 gracias a la versión de Akai hana (Red flowers) de Drawn & Quarterly a los Premios Harvey (Harvey Awards) que reconocen: “logro sobresaliente en múltiples categorías, destacando cómics, novelas gráficas, manga y más desde 1988”.
El autor es doctor en Comunicación Audiovisual y vice-decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño.