Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 01/09/2019 02:00
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Después de hacer un recorrido por todas ferias internacionales del libro de Panamá desde aquella del año 2001, con Costa Rica como país invitado y pasando por Colombia, Chile, España, Perú, Guatemala, México, Estados Unidos, República Dominicana, Israel, Uruguay, Francia y El Vaticano, se cumplieron este año 15 versiones de ferias, de intrincado trabajo por parte de la Cámara Panameña del Libro, un gremio relativamente pequeño que se engrandece cuando llega la Fiesta de las Letras.
Allí se pone a trabajar una maquinaria de voluntarios y personas que solamente laboran unos meses antes del evento para colaborar en los distintos escenarios que conlleva realizar la Feria del Libro, todos complejos y que deben resultar con precisión meridiana: el Pabellón Infantil debe tener los contenidos para que los niños salgan con algo más que un libro, deben irse con la idea de que leer es un placer y que invita a los sentidos.
Las jornadas de Derecho de Autor que se han hecho desde la primera feria, con la misma devoción que le pone Eduardo Benítez a este espacio donde participan organizaciones internacionales como El Centro de Fomento al Libro para América Latina (CERLALC) OMPI y la Organización Mundial de Derecho de Autor entre otros, en donde y por tres días se discuten las nuevas tendencias del Derecho de Autor.
También se llevan a cabo las jornadas para Profesores, un gran acierto porque de verdad esto lo necesita el país, necesitamos que la lectura se privilegie y se democratice.
Las presentaciones de libros tanto de escritores nacionales que en esta ocasión fueron más de 70, nos dicen que algo bueno está sucediendo en este aspecto, además de los 35 escritores internacionales que se citaron en Panamá para dar a conocer su obra, hablarnos de sus libros. Nutrirnos con sus experiencias hace la diferencia. Ellos traen otro imaginario que nos permite acercarnos a otras realidades y a otros pensamientos con una óptica diferente a la de nuestros escritores.
Y la no menos importante expo venta del libro que este año se sumó a una gran cantidad de editoriales y países representados trajo la presencia, por primera vez la Comunidad Económica Europea.. Siempre editoriales ‘Como los pequeños libros', del Perú, bibliotecas en miniatura y Cuba no dejan de estar presentes en esta fiesta de las palabras, la fiestas de las letras que este año rompió record de entradas con más de 101,000 personas, no obstante no tuvimos país invitado. La cita fue dedicada a los 500 años de Fundación de la ciudad de Panamá y los panameños acudieron como siempre y más.
Es importante destacar que la falta de un país como huésped de honor no hace la feria de inferior calidad, la lectura que se hace de una buena feria la hacen sus contenidos y en esta pasada hubo de todo los que se esperaba de este evento: cantidad y variedad de oferta cultural y variedad de libros para todos los gustos literarios.
Vimos libros en gran formato del escritor mexicano Juan José Arreola en $5.00, de manera que no podemos decir que los libros eran imposibles de comprar, había para todos los gustos.
Pese a los altos costos de la feria que se debe al alquiler de ATLAPA y derivados, este año se demostró que los habitantes de este país están vinculados con ese objeto llamado libro y con este evento llamado Feria Internacional del Libro.
Un millón de aplausos de pie para los organizadores que se la jugaron en tanto China desistió una semana antes del inicio de la Feria y se quedaron huérfanos de país invitado, pero nuestra historia de 500 años nos sacó del apuro.
COLUMNISTA