Las dos caras de la belleza

Actualizado
  • 16/11/2021 00:00
Creado
  • 16/11/2021 00:00
La opinión sobre la belleza exterior es muy subjetiva, aunque socialmente se le ha dado una importancia que, a mi juicio, resulta algo desmedida
La belleza no es vista igual por todos.

¿Valoramos tanto la belleza interior como el aspecto externo? La enorme evaluación de lo externo ha depreciado el interés por el cultivo de la belleza interior, a pesar de que es la única que resiste perfectamente el paso del tiempo.

Cuando hablamos de belleza física nos referimos a un concepto muy relativo, sujeto a imposiciones y estilos de la industria de la moda y la cosmética.

A partir de las imágenes de los medios se crea un estereotipo de belleza muchas veces quimérico o muy difícil de alcanzar, gracias al cual la industria de la moda genera millones de clientes deseosos de lograr ese objetivo.

La belleza no es vista igual por todos. La nariz que a una persona le parece grande, otra la cree atractiva o que le aporta distintivo a quien la posee.

Igual pasa con cualquier otra parte del cuerpo.

La opinión sobre la belleza exterior es muy subjetiva, aunque socialmente se le ha dado una importancia que, a mi juicio, resulta algo desmedida.

¿Qué es lo que mejor complementa a la belleza física?

La belleza interior.

La belleza exterior tiene poderosos aliados como el vestuario, el maquillaje, las joyas, los accesorios, y otros como la educación y las buenas maneras.

Una persona poco agraciada se hace realmente bella ante los demás cuando es cortés, se desenvuelve con soltura en una conversación, sabe conducirse en la mesa, haciendo que a los pocos segundos nadie se fije en su rostro, su cuerpo u otras características físicas.

La persona elegante en sus movimientos luce agradable aunque físicamente no sea tan atractiva, mientras que una que tal vez a “la vista” sea muy atrayente, cuando la conocemos y hablamos con ella unos minutos, como por arte de magia desaparece todo su atractivo, porque sencillamente no tiene un interior bien cultivado, habla mal o se conduce con vulgaridad.

Es importante cuidar la imagen exterior, pero sin olvidar el interior.

La importancia del “empaque” es valiosa para dar una buena carta de presentación ante los demás, pero algo que realmente importa mucho es el “contenido”, o sea, el interior.

Es como lucir un vestido de diseñador con ropa interior de mala calidad:

Lo primero llamará la atención, pero lo segundo formará marcas y frunces que dañarán la imagen total.

Lo ideal:

Lucir bien por dentro y por fuera, ¿quién dijo que es difícil?

Vamos, todos podemos.

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