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Un 'Déjà vu' de senderismo por el Parque Natural Metropolitano
- 21/02/2022 00:00
- 21/02/2022 00:00
Al ingresar al Parque Natural Metropolitano (PNM) por el sendero Los Caobos, sentí un déjà vu, que me llevó a mis años de infancia, cuando recorría los bosques que aún existían en Pueblo Nuevo, en un área colindante con Hato Pintado y La Loma y que solíamos recorrer para la época seca.
Cuando entras al PNM eres recibido por árboles que parecen catedrales, que te envuelven con esa sensación de paz reverencial, de sentirse solo, sabiendo que en derredor vibra la vida.
Para recorrer esta reserva natural y poder contar con un guía, hay que sacar cupo, por lo que al llegar a la administración me informaron que esa petición se hace con una semana de antelación, así que opté por hacer senderismo en solitario, con una cámara fotográfica, la Guía de Visitantes que adquirí en las oficinas administrativas, una botella con agua y un paquete de chocolate.
Habían pasado más de 10 años desde que lo recorrí parcialmente, por lo que en esta ocasión lo quería caminar con más calma: me esperaban los senderos Los Caobos, El Roble, La Cienaguita y el Camino del Mono Tití, en un periplo que se extendió por más de dos horas.
En el sendero Los Caobos, a pesar de la estación seca, el denso bosque de galería impresiona, y, tal como lo resume la Guía de Visitantes del parque, uno se encuentra con majestuosos caobos, pero más que eso, tuve la fortuna de avistar un ñeque (Dasiprocta fuliginosa) esquivo entre ramas que no me permitieron fotografiarlo.
A mitad de Los Cobos hay un mirador, en el cual se puede aparcar y tener una vista de la ciudad de Panamá, adecuada para sacar una imagen que contrasten el bosque con los imponentes edificios ubicados a unos cuantos minutos.
Bajando el sendero, hacia El Roble, otro ñeque posaba apaciblemente cerca de la orilla del camino. Por un rato no se movió, hasta modeló, lo que me permitió cambiar de lente, y sacarle una buena foto, aunque no me dio tiempo para filmarlo.
En el tramo de El Roble hacia la caseta de entrada a la vía que lleva a la cima del parque (en donde está el mirador) hay restos de chatarras, de aparejos militares que datan de los tiempos en que los estadounidenses tenían instalaciones en esta zona boscosa, como lo testimonia el Búnker El Castillo.
Durante el recorrido por el camino del Mono Tití, me sorprendió un primate (no tengo la certeza de que sea un Tití), el cual descansaba apaciblemente sobre una rama, por lo que pude sacarle fotos y vídeo.
Pero lo mejor estaba por venir: antes de llegar a la cima, algo inusual, un venado cola blanca se paseaba apaciblemente, lo que es poco común cuando por este paraje los senderistas suelen caminar por el área.
Luego la cima, en donde está el mirador principal, y desde el cual se pueden tomar espectaculares vistas de varios puntos de la ciudad de Panamá, las afueras y las áreas revertidas.
Pero la cereza del pastel fue una pequeña manada de gato solo (Nasua narica) que caminaban apaciblemente por el sendero La Cienaguita e -imagino que por su familiaridad con los humanos, nuestra presencia (la mía, la de unos turistas que venía detrás de mí y de una jóvenes que venían en dirección contraria), no los asustó- con lo cual todos hicimos un alto para sacarles fotos y vídeos, hasta que subieron a los árboles y se perdieron en la espesura del bosque.
Más abajo, un árbol barrigón, un imponente cuipo, el sendero en buenas condiciones, más chatarras, hasta retornar a la sede administrativa.
Fueron más de dos horas de un recorrido, durante el cual me encontré con turistas, varias personas solitarias, familias, jóvenes haciendo ejercicio, todos coincidiendo con el interés de conocer, convivir, explorar e interactuar con un entorno 100% natural, a unos cuantos minutos de la ciudad de Panamá.
El Parque Natural Metropolitano, conocido como el pulmón de la ciudad de Panamá, mide 232 hectáreas. Se caracteriza por tener dos tipos de bosques, el húmedo tropical y el seco tropical. En sus linderos existen unas 284 especies de flora, con árboles que alcanzan los 30 y 35 metros. También, habitan 380 especies de animales, además de ser un hábitat esencial para las aves migratorias provenientes de Norteamérica.