Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 03/08/2020 06:43
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El bolero nos fue regalado hace más de 300 años. Nació en la isla de Mallorca y de allí se traslada a Cuba, pero es México quien fundamentalmente lo adopta a través de la época de Agustín Lara, allá por los años 20.
Fue el bolero mexicano el que se impulsó con fuerza, arraigándose como parte de sus muestras musicales que hoy perduran gracias a compositores como Rafael Hernández, Armando Manzanero, Álvaro Carrillo y Roberto Cantoral, entre otros. Ellos establecieron una época de oro para el bolero que se escuchó en muchos países del mundo, ya sea como solistas o en forma de tríos.
Sin duda este género se convirtió en un hito para los enamorados y hay una canción que define muy bien el ritmo del bolero, que se establece en 32 compases, los primeros 16 en tono menor y los otros 16 en tono mayor: “Bailar pegados, es bailar”. Y es que el bolero debe bailarse pegado porque es para enamorar, es para conquistar, es lúdico, es para sentir el olor del otro o de la otra, para dejar volar la imaginación de cuerpo entero.
Desde hace algún tiempo diera la impresión de que el bolero no es una música actual, que poco se escucha y menos se baila, parece haber desaparecido, pero es México quien lo abraza tiernamente a través de una figura que se llama Carlos Cuevas, quien nació en 1963 en Veracruz, quien se define como un romántico de vientre, un bohemio enamorado de la vida, y es por eso que le dio al bolero una expresión difícil de emular.
Como cantante comenzó a interpretarlo desde el año 1980, con una serie de innumerables éxitos que heredó de sus padres y de su hermana Aida Cuevas, quienes en algún momento hicieron del canto una mixtura perfecta, interpretando a dúo boleros rancheros y música tradicional mexicana.
Ya en 1976, siendo muy chico, se ganó un premio importante, nada menos que un auto último modelo, gracias a su aterciopelada y hermosa voz.
De allí en adelante no ha parado de ganar premios y cantar en distintos escenarios, ganando con ello discos de oro y platino. Sin parar, lleva más de 35 trabajos musicales grabados en sencillos y en DVD. Muchos de estos trabajos han sido grabados con amigos.
Carlos no tiene una canción para recordarlo porque interpreta más de 500, dejando el corazón en cada frase que articula para que el bolero sea más que una forma musical y se convierta en armonía y poesía.
El intérprete ha llevado este canto a la mayoría de los países de América Latina, además de España, y ha compartido escenarios con cantantes de la talla de Alejandro Fernández, Plácido Domingo, Aida Cuevas, Armando Manzanero y Vicente Fernández, entre muchos otros, y destacando de manera especial los dúos con su amigo Jorge Muñiz, hijo de Marco Antonio Muñiz.
Si pensaron que el bolero desapareció, pues no es cierto, lo tiene Carlos Cuevas, en México, para el disfrute de los que amamos este género musical.