Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
John Patitucci: La música no es solo entretenimiento
- 16/01/2020 00:00
- 16/01/2020 00:00
A John Patitucci no hay que preguntarle si quiere participar en la siguiente edición del Panama Jazz Festival. Siempre estará dispuesto. El bajista, parte de la formación Children of the Light con Brian Blade y Danilo Pérez, aporta lo mejor de sí cada vez que interpreta una pieza musical, pero su mayor compromiso es el compartir conocimientos y aportar a la educación y desarrollo de los chicos de la Fundación Danilo Pérez. Con La Estrella de Panamá, Patitucci habla sobre la importancia de la música, la educación, por qué se decidió por el bajo y cómo es su relación con este instrumento.
Sí. Danilo es mi familia, pero la misión que él está haciendo es muy importante para los niños.
Empecé a venir aquí con Danilo incluso antes de que el Berklee Global Jazz Institute se formara, trabajamos uno a uno con los niños de la fundación, hacíamos clases maestras y clínicas; cuando venía iba a la fundación a ver un poco a los chicos, así que estábamos allí para apoyarlos, enseñarles y alimentarlos, porque eso también lo hace la fundación.
Mi hermano también se involucró, vino por varios años. Él es un pastor, pero también es guitarrista. Estuvimos dando un fuerte apoyo. Entonces empezó el Global Institute, que empezó Danilo en Berklee y en parte integró esa experiencia educativa, pues los músicos jóvenes a quienes enseñamos en Berklee tienen que venir a enseñar acá. Ellos aprenden cómo dar y utilizar sus talentos en la música y su amor a la música para justicia social, no solo para ellos mismos.
Por mi fe, soy cristiano desde hace muchos años, mi esposa y yo estamos muy involucrados en nuestra iglesia. Este tipo de cosas en el mundo no son solamente necesarias por muchas razones ahora, pero según mi punto de vista es lo que Dios quiere que nosotros hagamos aquí, en este planeta. No solamente la parte aislada y egoísta, sino extendernos y ayudar a la gente.
¡Absolutamente! La música tiene una dimensión espiritual. A mucha gente que he conocido en diferentes partes del mundo las he escuchado decir después, 'esto ha cambiado mi vida, me dio el coraje de hacer algo diferente'. Nosotros solo tratamos de tener fe en lo que hacemos, y sé que Danilo tiene una gran pasión por su gente; siempre ha estado hablando de esta misión en la que ha estado por años, ha dedicado mucha de su energía a esto y también lo vemos con Wayne Shorter; su filosofía es que la música no es solamente entretenimiento, es para una renovación espiritual, ayuda a una sanación emocional, hace a los chicos mejores estudiantes; hay todo un mundo de terapia musical ahora. He visto esto de primera mano, con los niños, también en orfanatos donde los chicos casi no interactúan, pero cuando escuchan música se tornan vivos.
Es un enorme regalo y no es solo para entretenimiento. Tampoco es solo para hacer negocios; es para el crecimiento cultural de las naciones. Y muchas naciones ahora la han abandonado, en términos de financiación. Pero esas naciones pagan un precio cultural. La música tiene un valor que tal vez no es tan fácil de reflejar en una hoja de cálculo, pero hay una conciencia cultural, una belleza cultural que viene de las artes y no la obtienes solo del negocio.
Depende del lugar donde vayas. En algunos lugares hay más respeto por lo que hacemos; en otros países a veces luchamos porque no hay mucha financiación para el jazz; hay algunas instituciones que trabajan muy duro, pero no es un arte subsidiado, como lo es el cine o la música pop.
Siempre ha sido un gran regalo cultural, incluso Dvorjak, el gran compositor, quien pasó algún tiempo en Nueva York, cuando a inicios del siglo XIX le preguntaron cuál es el futuro de la música en América, dijo: ' es la música afroamericana'. Los músicos clásicos se espantaron, pero él tenía razón. Y era lo suficientemente astuto para saberlo.
Para mí, es la música que me atrajo, que me hizo parte de la familia siendo yo el músico más joven y fui acogido, guiado y educado en esa cultura. Y todavía aprendo, por supuesto; es una cultura y una historia muy profunda.
Danilo hizo que yo entendiera en profundidad la historia de cómo la música afroamericana llegó a Panamá y el gran impacto que ha tenido la historia africana, esa enorme historia global.
En todas las Américas, en todos los países a los que esta gente fue llevada en una situación terrible, ellos cambiaron la música y el arte de la cultura para siempre y la hicieron mucho mejor. La cultura pop americana, el jazz, el blues, el R&B, la música gospel, toda esta música viene de esta gente y es asombroso.
No tanto como estudiantes regulares porque la agenda aquí es muy intensa, así es que manejamos grupos de gente. Hay un par de chicos a quienes orienté y motivé, pero no es lo mismo como cuando tienes un ambiente de escuela y ves a todo el mundo cada semana o cada mes. Me encantaría estar aquí más tiempo, justamente por eso, pero he visto crecer, de forma general, a estos estudiantes. La última vez que estuve acá, los chicos ofrecieron un concierto y estuve impresionado. Fue asombroso. Porque cuando ves a alguien tan joven sintiendo la música con tanta fuerza; no importa en qué país te encuentres, cuando ves a jóvenes como ellos, con ese espíritu, es muy gratificante. No he tenido mentorías individuales, en los primeros años que vine atendí a unos chicos por un par de años, pero esto [el festival] ha crecido, se ha vuelto mucho más grande.
Sí, puedes ser fuego, pero necesitas ser la tierra primero (ríe).
Lo que me hizo querer tocar el bajo fue la música de raíces africanas como el funk, el blues y el r&b. Luego conocí la música de Brasil, la música panameña, la venezolana, la cubana y la de Puerto Rico. En la música de raíz africana el bajo es la voz, el instrumento que habla. Las frecuencias del bajo viajan por millas, como un tambor en la música africana envía mensajes, así que las notas más bajas, su profundidad afecta completamente tu cuerpo. Ellas son el piso, la tierra, la fundación de la música, los bajos, son la intersección del ritmo y las armonías, así que en parte eres tambor, en parte eres piano, pero estás ocupando un sonido y un sentimiento que es el cimiento la tierra... lo amo.
En principio quería tocar batería cuando era un niño, pero mi padre no me dejó. Así es que amo el ritmo, los bajistas tenemos que juntarnos con la batería para crear un ritmo fundacional, que es donde la música va. Tenemos un trabajo importante...
Es interesante porque mi esposa y yo somos ambos instrumentistas de cuerdas. Ella toca el cello. Y nosotros le ponemos nombre a todos nuestros instrumentos. Los de ella tienen nombres de hombre y todos mis contrabajos tienen nombre de mujer. Son lo más cercanos al cuerpo humano, todos tienen una personalidad y tú te conectas con ese instrumento porque te conviertes físicamente en parte de él. Esto está relacionado con que el bajo es la tierra, pero en la creación, la mujer es la parte más importante, en muchas cosas. He estado casado por 24 años y mi esposa es creativa, es quien maneja nuestros negocios, ella hace de todo. Es mucho más lista que yo. También vengo de una familia con mujeres muy poderosas, así que esa idea de que la mujer tiene poder pero es también alguien que lo da todo, que es muy madura espiritualmente, que están pendientes de todos los demás, no solamente de ellas... y con el bajo es lo mismo. Debes ser muy abnegado para tocar el bajo, si estás pendiente solo de ti, no podrás tocar el bajo bien. Tienes que estar pensando en toda la música, como en una familia. El bajo como la mujer es poderoso pero vulnerable y crea un espacio para que la música pueda volar.
A los bajos eléctricos nunca les he dado nombre, por alguna razón. Tengo uno que parece una gran guitarra de jazz y le llamo Wes, por Wes Montgomery. Es un concepto diferente.
Siempre estoy trabajando en alguna cosa, en algo que quiera mejorar. Estoy haciendo una pieza y Danilo y Brian (Blade) irán conmigo a Toronto en semana y media, voy a interpretar una pieza que escribí, para orquesta y nuestro trío. Es una pieza de protesta política sobre todo lo que está pasando en América (Estados Unidos) y se llama “Hipocresía”. Es emocionante porque es la primera pieza de ese tipo que hago. He escrito piezas antes, pero esto para mí es grande. También me gustaría escribir para una película, Pensé en hacerlo en un tiempo, pero me mudé de Los Ángeles, regresé a Nueva York y tomé un rumbo distinto. Pero he retomado la idea. Tal vez escriba la música de una película. Será muy divertido.
John Patitucci ha sido galardonado tres veces con premios Grammy y ha sido nominado más de 15 veces. Patitucci tiene una extensa carrera internacional como instrumentista y como compositor. Es considerado como uno de los mejores bajistas de todos los tiempos. Es, además, una figura muy respetada y activa en el campo de la educación.