Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 15/06/2024 00:00
- 14/06/2024 17:49
Para las compañeras trabajadoras sexuales.
I
Caminé por tus calles y escupiste sobre mi nombre,
viste mi cuerpo maltrecho, mis ojeras y el labial corrido,
supiste que no pertenecía a tu Biblia
y que ninguna plegaria me quitaría lo puta.
Pero en las noches,
cuando el llanto te llamaba y tu mano frágil se deslizaba por el cierre
recordaste mi alma impura, con maldiciones y cruces,
desgastada y sudorosa
bajo el último aliento de alguien que no me pertenece.
II
Desvisto mis senos,
él olfatea mis pezones.
Siento que me hundo en una ciénega,
estoy atorada en el fango de una historia que no se cuenta.
Apenas me toca,
me embiste como animal en celo,
atraviesa su angustia en mi vientre,
y yo, tras 7 minutos,
me convierto en su mundo sin piernas,
el lugar donde llora su preocupación de pobre.
III
Cuando amanezco sin rostro una trenza se escurre en mi frente,
encuentro los ojos de un niño que exige a su madre
y los colores que en mí florecen cada mañana.
Una taza de café por poner en la mesa,
el pan que faltaría sin los pocos centavos,
y mi corazón latiendo en el verde escarlata de mis alas.
IV
No siento que la piel se me haya quebrado por las grietas,
hay rayos de luz que se escapan de mí y se tragan los prejuicios,
me hago fuego entre las calles,
grito en alto en nombre de mi cuerpo que me pertenece,
por mi vida, que no se reduce al polvo de mis tacones,
por mi voz, crujiendo desde las entrañas de la tierra,
y por mis sueños, tibio despertar en la madrugada.
V
Es ahí cuando encuentro mi reflejo,
ya no me aturde esta realidad de trapos,
abro mis brazos en el camino al horizonte,
la libertad sincera,
el olor a guayabas en el árbol de al frente,
mis pechos pintados en bordes de plumas
y pájaros que me acompañan a cantar lejos del olvido.