¡Qué manera de quererte, Panamá!

Actualizado
  • 02/11/2024 00:00
Creado
  • 01/11/2024 16:51
El autor
Cursó estudios universitarios como contadora en México, D.F. donde adquirió experiencia laboral. Al poco tiempo de estar de vuelta en Panamá, el amor de su vida se apareció con una propuesta de matrimonio. Como dijo que sí, se mudó a Venezuela donde se casó en el año 1964 y ahí comenzó una nueva vida como la señora de Gutiérrez.
Por eso dice “Panamá es mi patria, Venezuela mi país”. Enviudó joven, con cuatro hijos menores. Desarrolló distintas labores, fue maestra de inglés a domicilio, asistente bilingüe, emprendió actividades comerciales desde su hogar, como traductora de textos y manuales técnicos de la industria petrolera y petroquímica.
Aunque se graduó en la universidad como contadora (de números), desde muy joven ya contaba cuentos, cantaba canciones, declamaba poemas y otras múltiples creaciones relacionadas con su vena de escritora, terminando cada escrito con su característica firma, “Siempre Cecy”.

¡Qué manera de quererte, Panamá!

Aunque corto el tiempo que tuve para deleitarme con

el murmullo de tus rompeolas, el sonido penetró y

fluyó por mis venas para arrullar a distancia tu

recuerdo.

¡Qué manera de quererte, Panamá!

La de aquellos veranos de sol opaco por las quemas...

con salomas... entre los cerros de apamates floridos;

tú en el delicioso jugo de un trozo de caña y en la

melcocha de la paila del trapiche; tú retozando

conmigo en el juego de rayuela... luz de los cocuyitos

y estrellas titilantes que veía entre las hojas de

palma de mi jorón... tú.

¡Qué manera de quererte, Panamá!

Tú en las almejas de la playa que recogía para cocinar

mi arroz, en el raspar del “concolón”, en el bollito con

coco del desayuno, en el pivá, en el chicheme, en el

gusanito del guandú.

¡Qué manera de quererte, Panamá!

Tú presente en mi al soltarme las trenzas para

hundirme en las frescas y cantarinas aguas de tus

ríos... en mi mientras flotaba mirando al sol atrapado

entre las ramas del caimito, la guaba, el algarrobo...

escuchando la desordenada sinfonía del cantar de los

pájaros. Tú...

¡Qué manera de quererte, Panamá!

Cuando te dije adiós en la edad de los ensueños ya sel

levaban mis ojos tu verdor, tus ríos, el recoveco de tus

calles en subidas y bajadas... En mi voz tu cadencia al

hablar... En mi piel el sol y la sal de tus mares.

Pasan los años y esta nostalgia no pasa. Se adhirió a ti

cual la hiedra, cual la ostra en el peñasco, cual la perla

dentro de la concha y cual el canto de tunas dentro del

caracol.

¡Qué manera tengo de quererte, Panamá!

Del libro A veces sabe a limón otras a caramelo

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