Coiba AIP, ciencia pura, aplicada y para la toma de decisiones

Actualizado
  • 21/03/2025 00:00
Creado
  • 20/03/2025 17:49
En siete años, la Estación Científica Coiba-AIP ha crecido en infraestructura, equipos y personal. Proyectos sobre estuarios y la organización del Congreso Colacmar 2026, están en marcha.

El prístino caudal, el verdor que acoge con seguridad a las crías y las múltiples interacciones que se dan entre diversas formas de vida en el río San Juan de la isla Coiba, cautivó a aquel científico veinteanero. “Toda mi vida he estudiado los estuarios; hice una parte de mi tesis de maestría sobre estos”, expresa Edgardo Díaz Ferguson, director ejecutivo de la Estación Científica Coiba AIP.

La Convención de Humedales Ramsar considera a los estuarios entre los cinco tipos de humedales principales, incluidos sus deltas, marismas de marea y manglares. “Los estuarios son cuna de la vida marina porque allí los animales liberan sus larvas y sus huevos. Las larvas se alimentan de fitoplancton y después pasan al océano. Todo nace allí”, acota el doctor Díaz Ferguson.

La bahía de Panamá, el golfo de Montijo, el golfo de Chiriquí y bahía Piñas, son zonas de criaderos y reproducción. Cuando los animales son grandes pueden nadar kilómetros y algunas poblaciones se van a otras partes, como el sur de México hasta el norte de Perú. Para los científicos, es importante identificar aquellos sitios donde están las diferentes especies y sus crías.

Los océanos tienen en promedio una salinidad de alrededor de 35 partes por mil (35 gramos de sales disueltas por cada 1,000 gramos de agua) y los estuarios están por debajo de esas concentraciones.

Cuando se estudian los estuarios, hay un gradiente de diversidad de plantas que están relacionadas con la salinidad. Diferencias en el caudal hídrico y gradiente de salinidad influyen en que algunas especies se encuentren en un estuario y no en otros.

Coiba AIP ha consolidado sus 15 líneas críticas de conocimiento, entre ellas: Biodiversidad y conectividad, Oceanografía, Bioprospección, Arqueología y arqueología subacuática, y Cambio climático e interacciones océano-atmósfera. Y entre los múltiples proyectos que desarrollan los científicos de Coiba AIP, hay dos proyectos de investigación sobre estuarios.

El primero es “Biodiversidad, conectividad y calidad ambiental de los estuarios del pacífico de Panamá: hacia una Estrategia Nacional de la Conservación de los Estuarios”, financiado por la Senacyt, en el cual se van a comparar los estuarios de Coiba con estuarios de zonas urbanizadas donde hay un impacto.

¿Cómo se conectan los estuarios con varias islas y con el continente? ¿Están relacionados los animales de Coiba con los de tierra? ¿Cómo se pueden transformar los estuarios degradados en algo como la “cuna de vida” que es el San Juan? Son algunas de las preguntas que esperan responder.

Se medirá la diversidad desde baja salinidad hasta la boca del estuario, tanto en las plantas como en los animales marinos y de agua dulce, desde las bacterias, pasando por el plancton, los sedimentos, los peces y carnívoros. No obstante, los índices de calidad ambiental están hechos en función de variables fisicoquímicas y a coliformes fecales. Los científicos tendrán que evaluar índices de calidad variables ecológicas.

Con este proyecto se aborda no solo la estructura de la comunidad en estuarios, sino que se usará esa estructura como indicador, y pasar esos indicadores a las 52 cuencas de Panamá. “Vamos a elaborar un documento de recomendaciones con base en los resultados en diferentes niveles de degradación y llevarlo a un Plan Nacional para entregarlo al Ministerio de Ambiente”, menciona el doctor Díaz Ferguson.

En 2024, Coiba AIP participó en un taller de diplomacia científica para estuarios y manglares en las Américas y redactó un documento técnico con recomendaciones de política pública para el manejo y conservación regional de estuarios y manglares. Luego, sometió una propuesta al Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI) y ganó.

Crecimiento

“Somos ambiciosos en términos de investigación. Queremos posicionar a Coiba AIP como líder en una Estrategia Latinoamericana de historias tropicales”, dice Díaz Ferguson. En este proyecto se generará una estrategia desde Panamá que impacte en la región. Y una teoría ecológica, única, porque lo que ocurre en la historia tropical no es lo mismo que en lugares templados. Científicos de Brasil, Uruguay, El Salvador y Costa Rica, afiliados a Coiba AIP, van a colaborar.

Crecimiento

De una pequeña oficina, sin equipos ni laboratorios, en siete años, Coiba AIP ha crecido en infraestructura, equipos y personal. Hoy cuenta con una oficina más amplia y está en proceso de adecuar el edificio 231B de la Ciudad del Saber para un laboratorio de Ecología molecular marina, Biología integrativa y Bioprospección. Nueve investigadores panameños de planta, todos con doctorado, científicos afiliados nacionales y extranjeros, y 10 tesistas, mayormente mujeres, están haciendo ciencia.

Se han añadido equipos de buceo, redes, sondas, un robot que puede descender hasta 200 metros de profundidad, toma fotos, calcula distancias, toma datos oceanográficos, e incluso, puede capturar objetos. Además, cuentan con equipos de laboratorio, como PCR, hornos, incubadoras, estereoscopio y microscópico, e internet 24 horas en Coiba.

En 2022, inauguraron la primera torre meteorológica de dimensiones grandes en el noreste del Parque Nacional Coiba, y en 2024 instalaron la primera boya oceanográfica tropical en Centroamérica y el Caribe, consolidando el programa de monitoreo ambiental y oceanográfico, el cual recopila en tiempo real cerca de 20 variables. Estos datos permiten analizar interacciones entre el océano y la atmósfera, identificar patrones espaciales y temporales, y monitorear fenómenos asociados al cambio climático y procesos oceanográficos.

Debajo del casco de la boya, una sonda recopila datos meteorológicos, de temperatura, salinidad, conductividad, turbidez y velocidad del sonido bajo el agua. Otro instrumento en la superficie mide la dirección y velocidad de la corriente cada 50 cm a lo largo de 20 m de la columna de agua. Estos factores regulan las oscilaciones y temporalidad de las poblaciones en el plancton, que son la base de las redes tróficas del océano (proveen alimentación) y son las que hacen, por ejemplo, que lleguen las ballenas o aumente la cantidad de peces en la estación seca.

Otro logro es la organización del Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar-Colacmar 2026, que se realizará por segunda vez en Panamá.

El director de Coiba AIP concluye con un mensaje por el Día del Agua: “Los principales activos en Panamá son el agua y la biodiversidad. El agua es motor de la economía, tanto la pesca como el Canal de Panamá dependen del agua. Pero mucha gente no tiene agua, ni agua de calidad. Hay que conservar el agua, hacer una gestión adecuada del agua y tener un compromiso de Estado de ofrecer agua potable a cada rincón y a todos en Panamá”.

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