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El plomero y la princesa se enfrentan a una nueva aventura en 'The Super Mario Bros.'
- 06/04/2023 00:00
- 06/04/2023 00:00
En 1983, Mario dio su primer salto en las pantallas de los amantes de los videojuegos con Mario Bros. –creado por Shigeru Miyamoto– y rápidamente se convirtió en uno de los iconos más reconocidos en el mundo más allá del universo de los videojuegos. El éxito de la historia de Mario fue tal, que pronto se crearon diversas historias dentro del universo de Super Mario Bros. pasando por las conocidas Mario Kart, Super Mario Galaxy, Super Paper Mario, Mario Strikers, Super Smash Bros., Super Mario Odyssey, Super Mario Sunshine y Mario Party.
Tomó muchos años de videojuegos y una espectacular película de live-action que fracasó en taquilla, para aprender sobre cómo llevar una historia tan amada y nostálgica, llena de guiños y diversión a la gran pantalla. Por lo que Nintendo e Illumination Entertainment se dieron a la tarea de traer a la vida a 'The Super Mario Bros. Movie' (ya disponible en cines) como una carta de amor hacia Mario, Luigi y los demás personajes que conectan los diversos reinos del universo dentro del videojuego.
La historia de Mario ha sido sencilla por muchos años: la princesa Peach Toadstool es secuestrada por el horrible rey Bowser y Mario emprende un viaje a través de reinos y peligros para vencerlo y salvar a su amada. En muchas ocasiones es acompañado por su hermano Luigi, quien también alcanzó suficiente fama como para tener su propia historia en el videojuego: Luigi's Mansion.
Ahora, la oportunidad llega para que los hermanos se enfrenten a una nueva aventura en su propia historia de origen, donde descubrimos cómo ambos llegan al reino Champiñón de la princesa Peach (Anya Taylor-Joy) y al reino Oscuro de Bowser (Jack Black) en un momento de guerra entre ambos. Mientras los hermanos son separados al caer en diferentes tuberías –un guiño imprescindible a los videojuegos–, Mario (Chris Pratt) es encontrado por Toad (Keegan Michael-Key) quien le informa el paradero de Luigi (Charlie Day), que ha sido capturado por Bowser y encarcelado.
Es entonces que empezamos a ver el desarrollo de la cinta, la primera reunión entre Peach y Mario –siendo la princesa una versión más “empoderada” y capaz de saltar obstáculos por sí misma, en ciertos momentos incluso mejor que Mario–, los infinitos detalles de la construcción del famoso reino desde la consola a la pantalla y la coherencia entre las emociones presentadas por los personajes junto con una banda sonora única creada por Brian Tyler (Avengers: Age of Ultron, Fast and Furious 9) junto al compositor Koji Kondo, responsable de los temas principales de las ediciones de Super Mario Bros.
Pese a una amplia recepción y anticipación, la cinta ha destacado en cuanto a críticas mixtas por diversos expertos del cine internacional quienes han apuntado a una “falta de historia original y entretenida”, siendo sostenida por “un increíble trabajo de inclusión de referencias y guiños para los fanáticos de los videojuegos”, como expresó Robert Kojder de Flickering Myth. Críticos recopilados por el sitio web Rotten Tomatoes han calificado la cinta en un 54%, lo que para los parámetros del sitio significa que está “podrida” y necesita alcanzar más del 60% para ser “fresca” y tener un buen puntaje general, sin embargo, en cuanto a su calificación por el público general, la cinta ha alcanzado un 98% de calidad en el sitio.
“Una película que es tan hueca como un tráiler, algo que deliberadamente evita cualquier cosa creativa o ambiciosa. Mario y Luigi se merecen algo mucho mejor”, comentó el crítico del sitio web especializado Roger Ebert.com, Brian Tallerico. En su crítica, Tallerico destaca las buenas decisiones en cuanto a diseño de los personajes y dirección de algunas secuencias de acción entre Mario y Bowser, así como el uso de las diversas herramientas que ayudan a Mario a obtener poderes, pero también deja en la mesa: “Me preguntaría por qué los fanáticos de una franquicia que ha inspirado tanto amor durante generaciones deben estar satisfechos con el mínimo absoluto en cuanto a la narración de la historia”.
Si bien, como amante de los videojuegos, en especial de uno tan creativo y distinto como lo continúa siendo Super Mario Bros., me encuentro en el lado defensivo de una cinta que parece haber sido creada especialmente para los fanáticos –en algunos momentos pudiendo alienar a aquellos que no crecieron con o no encuentran interés en el videojuego–, también debo dar un espacio a la reflexión sobre los impedimentos o conflictos de llevar una plétora de mundos e historias creadas en los videojuegos hacia la gran pantalla de forma efectiva.
¿Es necesario que una película basada en un videojuego con una temática específica sea capaz de animar tanto a los fanáticos como a quienes recién descubren la historia? ¿O simplemente hemos tratado de encajar estos proyectos como una película más, que necesita ser lo más rentable posible para mostrar su calidad o complacer a aquellos cinéfilos casuales? La respuesta dependerá de aquellos que buscan en el trabajo de los directores Aaron Horvath y Michael Jelenic, junto al guionista Matthew Vogel, una historia que apele a las emociones convencionales de las películas de animación y no a una inspiración directa de un producto al que le ha ido bien por décadas.
La dificultad de transportar una historia no lineal, como vista en las diferentes ediciones de los juegos de Mario, hacia un guion condensado con mundos alternos, batallas coreografiadas y conflictos estructurados puede llegar a ser un gran reto cuando se depende de un material preexistente. Quizá puedan sacar a relucir cintas como The Lego Movie, la cual junta a una gran cantidad de personajes de cómics, novelas y videojuegos existentes en un mundo mágico y original donde un solo personaje lleva en sí mismo la responsabilidad de mantener la historia lo más interesante y entretenida posible. Pero tal vez olvidamos que no toda cinta puede compararse solo porque otro estudio haya hecho algo “mejor” o porque una nueva historia no utiliza el poder de combinación para crear su trama.
A los ojos de diversos críticos que sacan a colación la falta de “originalidad” y “ritmo” en el trabajo de Horvath y Jelenic, me pregunto si habría sido mejor presentar un 'The Super Smash Bros. Movie' en vez de lo actual, puesto que habría sido un proyecto que no se centra solo en un personaje, sino en la interconexión de múltiples personajes con acción obligatoria.
Lo que se mantiene cierto es que la aplicación de la animación digital en The Super Mario Bros. Movie es aprovechada al máximo dando su mayor resultado con gran detalle en el medio de la animación por computadora. Sin embargo, también tiene una historia de cuento de hadas que es lo suficientemente buena como para cautivarnos desde diversos ángulos, tanto a los fanáticos como a los newbies en Mario.
En una era donde las películas y series basadas en videojuegos han tenido un alza en las carteleras, con Sonic the Hedgehog, 'Uncharted o la adaptación de HBO sobre The Last of Us, no debería sorprendernos que The Super Mario Bros. Movie reciba críticas mixtas, puesto que tras casi 30 años sin aparecer en ninguna creación para televisión o cine, las expectativas fueron puestas demasiado alto para un producto del cual se conocía muy poco. Sin embargo, esto no debe ser un detrimento para el gran trabajo llevado a cabo por miles de animadores, y un reparto meticulosamente escogido para dar voz a los personajes amados –siendo Pratt aplaudido por su interpretación de Mario por algunos críticos–, lo cual sí ha sido sorprendente tras algunos comentarios sobre el error de dirección al no hacer la ícónica voz del personaje.
En esta entrega se le pide a Vogel que haga malabarismos con una cantidad increíble de elementos y, contra todo pronóstico, hace que todas estas partes se unan de manera satisfactoria en una historia que no es pretenciosa, no busca darse palmadas en el pecho ni aparenta lo que no es, sino que destaca los elementos que hicieron a los videojuegos tan famosos: sencillez, creatividad y un mundo altamente colorido donde podemos perdernos observando cada detalle.
En cuanto al guion, es notorio que Vogel trata de crear un universo donde cada equipo emblemático se vea representado, incluyendo al reino de Donkey Kong (Seth Rogen), el cual recrea una batalla con Mario, utilizando poderes que en los videojuegos eran deseados por todo aquel que tomaba un control y se sentaba frente al televisor. El uso de múltiples referencias de los videojuegos en la cinta puede considerarse una forma de honrar todos los años de trabajo de Nintendo para sacar adelante a Mario y dar mayor cantidad de opciones para los jugadores, pese a que diversos críticos lo vean como un uso innecesario que bloquea el ritmo de la narrativa.
Al contrario, y permitiéndome opinar sobre el uso de referencias y easter eggs en cintas que lo ameritan, si ha existido una película en la que estos sonidos, personajes, objetos y diseños han sido altamente necesarios para la inmersión de la audiencia en un mundo mágico, es exactamente The Super Mario Bros. Movie, la primera película de lo que podría convertirse en una saga, aun luego de las críticas mixtas. Y esa es parte de la belleza de Mario también, que sin importar lo qué vemos en esta adaptación, hay suficiente tela para cortar y crear una película aún mejor, o una historia con mayor detalle, pero todo esto cae a segundo plano si no nos concentramos en la esencia de Mario y su séquito: el asombro.
Es casi imposible saber si una secuela será traída o no luego del impacto de su primera semana –donde un poco de críticas son capaces de alzar o hundir una cinta dependiendo de cuanto la disfrutaron los autores de estas–, pero sería un gran proyecto para continuar dando vida a una franquicia que destila pasión, trabajo en equipo, amor fraternal, valentía y demás lecciones por aprender y reaprender sin importar la edad que tengamos al sentarnos frente a la pantalla.
De llegar una nueva cinta de Mario –o de algún otro videojuego de gran renombre– es bueno recordar que necesitamos creadores que no solo vean estos juegos como productos a los que se puede hacer referencia y obtener ganancias de la nostalgia de algunos fanáticos, sino como cimientos sobre los que se pueden construir nuevas ideas y expandir aquellos mundos que marcaron la vida de muchos niños y adultos en el mundo.