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Joavany Álvarez: 'En Pablo Escobar, a los que teníamos el rol de antagonistas nos amaban, y esa no era la idea'
- 12/12/2022 00:00
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Joavany Álvarez (Bogotá, 1976) llega a la Redacción con una sabrosura colombiana propia de su tierra, y lo denota a través de su acento que no pierde pese a que ha vivido en los últimos años fuera de su patria.
Álvarez es de esos seres capaces de dejar de ser ellos mismos para transformarse en el personaje que le toque en el momento. También es de esos hombres de mirada limpia que guarda memoria viva de su infancia en Medellín y la influencia artística que tuvo de su familia.
Quizá conocen su impronta por su interpretación en las telenovelas La mariposa, Allá te espero y la serie Escobar, el patrón del mal, entre otras decenas de producciones para televisión y la gran pantalla.
Aquí un hombre carismático, sentimental, comprometido. Aquí el rostro de Pedro Motoa y el alma de Joavany Álvarez. Aquí el Alex de Cumpleañero, filme del panameño Arturo Montenegro.
Así es. Toda mi familia es de Medellín. También fuimos a vivir a Montreal, Canadá, mientras que mis parientes estaban establecidos en Boston, Massachusetts. Desde esa época recuerdo que íbamos a Boston, y que mis tíos y tías eran artistas frustrados, porque de alguna manera no se pudieron dedicar a lo que realmente querían hacer. Primero, porque no tuvieron el apoyo de mi abuela, y segundo porque vivían en una época donde había que salir adelante y trabajar, además de que vivían en otro país. En las reuniones familiares salían todos esos talentos, mientras los más chiquitos veíamos: había cantantes, poetas, productores de cine, imitadores, comediantes, y esa parte del show se me fue quedando.
Aunque en mi adolescencia era tímido, después de esa etapa de mi vida me propuse estudiar teatro y lo hice alternadamente junto a la carrera de negocios internacionales. Sin embargo, no lo pude terminar porque la actuación, que me gustaba más, me empezó a llamar. Por cosas del destino conocí a un profesor de teatro, que fue un gran actor, llamado Alfonso Ortíz y a Armando Barbosa, que era director de televisión, gracias a ellos volví a Bogotá y ahí fue donde empecé realmente a formarme en la actuación. Como la actuación me llamó, le entregué todo a la carrera, y llevo casi 22 años en esto.
Siempre he visto el concepto de ser actor como expresar realmente todas las emociones del ser humano. Al mismo tiempo, es contar una mentira de la forma más genuina posible, pero básicamente es analizar, observar, estudiar el comportamiento humano y expresarlo a través de una historia o un personaje para poder llegar al público.
Sí, en cuanto a trasmitir el mensaje. Por poner un ejemplo: yo participé en la serie de Pablo Escobar, el patrón del mal, y a los que teníamos el rol de antagonistas nos amaban, aunque la idea no era esa. La idea era que amaran a los héroes de la patria, la fuerza pública, y los que estaban persiguiendo a estos criminales. No quiere decir que estábamos realzando y promocionando la delincuencia, pero realmente a lo que queríamos llegar era a hacer reflexionar a las personas en que la vida dentro del narcotráfico no vale la pena.
No. Si bien la actuación es una terapia, no se puede tomar como una. Si se lleva a cabo como una terapia, entonces hay un problema de fondo con el personaje o el actor. Se trata de hacerlo como un trabajo, una profesión, y uno como actor solo debe personificar, mostrar.
Creo que hay que conocerse primero como persona. También hay que leer y estudiar demasiado. Luego está el proceso de imitación, para que se identifiquen las diferencias entre uno mismo y el personaje, y después pasar a la creación.
Creo que el streaming tiene una gran ventaja, y es que tú puedes mostrar una historia desde cualquier parte del mundo sin saber dónde te pueden ver y de dónde te pueden llamar. Tampoco sabes dónde va a ser un éxito, porque a veces hay producciones nacionales que no son un éxito en sus países, pero en el extranjero resultan serlo. Creo que es una ventana muy grande e importante, una herramienta que todos los creadores de contenido audiovisual de hoy tienen a la mano para poder mostrarse al mundo.
El problema con el streaming es que los canales de televisión prefieren comprar productos ya fabricados internacionalmente y mostrarlo en el país, que producir, porque es más costoso. Creo que esa es la razón de por qué se han reducido las cuotas de producciones nacionales. Aunque hay algunos proyectos nacionales, que desde un inicio se conciben como éxito, y son excepciones.
He trabajado en Miami, para Telemundo y en proyectos independientes desde hace ocho años. En ese entonces estaban enfocados en el acento mexicano, pero eso ha venido cambiando forzosamente por las producciones que se realizan de México para abajo y España, que han roto ese paradigma. Si es cierto que hay que utilizar expresiones neutras para que el público general comprenda, no podemos enfrascarnos en que solo se nos puede entender con un solo acento. Cumpleañero de Arturo Montenegro es un buen ejemplo de esto.
En mi caso, y el de otros actores que conozco, no sacamos mucha información en redes porque no somos influencers, pero normalmente subimos lo que hacemos de manera profesional o que consideremos vale la pena exponer. Aunque sí creo que hay que estar más enfocados en las redes sociales y saber qué tipo de contenido sacar, pero digo por experiencia, que a veces hay productores que caen en la trampa de los seguidores y piensan que una persona con muchos followers puede impulsar el producto por su auge en redes en vez de su trayectoria.
La riqueza cultural de un país se da por las historias que tiene, nosotros tenemos que contar la nuestra y no ser fantasiosos. En Colombia hay historias de amor, antagonistas, brujería, tesoros, entre otras, y hay que mostrarlas. El narcotráfico en las series se ha convertido en un género, como la comedia, el drama o la acción, y se sabe que es un éxito. Es muy cierto que Colombia no quiere saber más sobre esto, pero hay potencial en el extranjero para este tipo de historias. Creo que los colombianos sí podemos ser estigmatizados por este tipo de producciones, pero también veo que hay otro tipo de historias colombianas contándose.
Lastimosamente no veo esperanza, me parece muy triste tener que decirlo, pero creo que las políticas que viene aplicando hasta este momento no se ajustan a lo que había planteado antes de la campaña política. Siento que es parte de la misma izquierda que desde hace un tiempo se viene tomando Latinoamérica, y que el país va de mal en peor, pero eso no se verá en los pocos meses que lleva en el puesto, sino dentro de seis meses a dos años. Esperemos que tanto la oposición como aquellos que votaron por él se den cuenta y no permitan los grandes cambios que pretende hacer y que van a afectar realmente a los colombianos de escasos recursos.
Mira, no nos vamos muy lejos, una de sus primeras acciones fue cancelar los fondos para proyectos audiovisuales, y ya no hay beneficios o incentivos para la industria cinematográfica colombiana.
Sí, porque creo que me hacen falta muchas cosas por cumplir. Tengo un hijo de ocho años que quiero ver crecer. Tengo a mi novia con quien quiero casarme y formar una familia. Quiero viajar, disfrutar de mis seres queridos, y creo que tengo más cosas por vivir. Por eso le tengo miedo a la muerte, pero trato de vivir y disfrutar de la mejor manera.
Independientemente de mi trayectoria como actor, quiero que me recuerden por lo que fui como persona. Siempre he tratado de ser muy equitativo, justo y estar del lado de la verdad. Quiero que me recuerden como una persona que lo ha dado todo y siempre fue bueno con la gente.
Nací en Bogotá, me crié en Medellín, viví en Montreal, luego Bogotá, después Nueva York y ahora en Miami. Aunque no he “cruzado el charco”, creo que somos del mundo y deberíamos tener acceso a cruzar todas las fronteras para poder conocer culturas, personas, historias y monumentos. Hay gente que muere y no sale de sus países o no conoce el mar, la playa, estando ahí mismo. Yo pienso que uno debe viajar y poder cruzar fronteras.
En este momento tengo proyectos personales y estamos en proceso de negociaciones para una película en Bogotá. También tengo la convicción de que estaré haciendo más producciones para Panamá con Arturo Montenegro, lo demás son proyectos personales en Miami.
No sé. Yo creo que sí, me llamarán para hacer papeles de abuelo, o hasta de papá Noel. (ríe)