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Tras la 'PISTA' de los futuros científicos
- 10/06/2022 00:00
- 10/06/2022 00:00
El silencio propio de una mañana de sábado en los pasillos de una universidad, se rompe con la bienvenida a los 80 estudiantes de décimo a duodécimo grado de diferentes escuelas públicas y privadas del país, en el inicio de una nueva edición del Programa Institucional de Seguimiento al Talento Académico (PISTA).
Creado con el propósito de formar y orientar a adolescentes con talentos académicos y generar un semillero de jóvenes investigadores en las ciencias, el programa PISTA es una iniciativa de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), que se ha venido desarrollando desde 2013 en diferentes universidades de Panamá.
Esta vez, la sede de PISTA es la Universidad Interamericana de Panamá (UIP), donde cada sábado asisten los estudiantes seleccionados tras una serie de pruebas que buscaban el perfil y aptitudes para la ciencia. Las clases se desarrollan de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., con veranos intensivos y un proyecto de investigación científico como trabajo final (en 2025), elaborado con la guía de un investigador profesional. Es una formación de 20 cursos en tres años, estructurada como una maestría científica, con especializaciones en biología aplicada a la salud, psicología, ingeniería o tecnología.
Es la tercera vez que la UIP gestiona PISTA. El primero fue de 2016 a 2018, el segundo de 2019 a 2021 y ahora será en el periodo 2022-2025. Serán, en total, unos 10 años de formación extracurricular que estudiantes como María Alejandra González, Génesis Quintana y Carlos Alberto Mendoza, valoran por todo lo aprendido, lo que aprenderán y por el crecimiento personal experimentado desde que entraron al programa.
María Alejandra, de 16 años, es parte de PISTA-UIP desde el principio, en 2016. Recuerda que todo empezó con volantes que repartieron en su escuela, en las que se detallaba cómo competir por una plaza en las clases. “Siempre me ha gustado la ciencia en general, sobre todo materias como biología y química y todo lo relacionado con animales y genética, más específicamente. La experiencia ha sido increíble, PISTA me ha ayudado mucho con la escuela y a crecer como persona”, cuenta la estudiante del Instituto Bilingüe Santa María la Antigua.
Génesis, en tanto, ingresó en el segundo PISTA que desarrolló la UIP, gracias a que la información de la convocatoria le llegó a través de la madre de una de sus compañeras de clase. “La señora trajo las volantes y tuvo la iniciativa de distribuirlas. Hice las pruebas, entré a PISTA y las clases me han ayudado mucho con los deberes de la escuela, pues buena parte del material lo veía primero en los cursos de PISTA y luego en la escuela. En estos cuatro años que llevo en el programa también me ha gustado la orientación psicológica que nos han brindado y que he conocido a muchas personas con las que hoy puedo contar”, relata la estudiante de 16 años del Instituto Rubiano.
Carlos Alberto también es de la primera generación del PISTA-UIP de 2016. “La experiencia ha sido increíble. He aprendido cosas que probablemente nunca habría aprendido en la escuela y también las clases me han ayudado mucho no solo por el contenido científico, sino por otras destrezas complementarias, como el teatro, que al principio pensaba que iba a resultar aburrido, pero me encantó, además de las experiencias vividas con los compañeros de los grupos”, expresa el estudiante de 16 años del Instituto Italiano Enrico Fermi.
Yeni de Quintana, madre de Génesis, dice que es un privilegio ver a su hija formar parte de un programa extracurricular que le está ayudando a prepararse desde ya en las áreas en las que le interesa crecer y dedicarse profesionalmente.
Laura Rodríguez, madre de María Alejandra, valora que, tras seis años en la dinámica de PISTA, la formación no solo ha sido en la parte académica, sino integral, proporcionando herramientas para que los jóvenes aprendan a manejar situaciones que enfrentarán más adelante en su camino como profesionales.
Olaides Solís, madre de Carlos Alberto, también destaca la oportunidad de interacción y la afinidad lograda con compañeros de clases. Solís explica: “A veces para muchachos tan dedicados a los estudios, es muy limitante la parte social en las escuelas, pero en PISTA han encontrado amigos con intereses comunes. La ganancia fue tanto académica como personal”.
En Panamá hay, en promedio, unos 225 científicos por cada millón de habitantes, una estimación por debajo de la media mundial de 1.000 investigadores por cada millón de habitantes.
Por ello, una de las misiones de PISTA es funcionar como un semillero de investigadores en ciencias. “Nuestro país tiene un gran déficit de científicos y hay muchos chicos con afinidad por las ciencias, pero no se les facilita la guía hacia una carrera en ciencias, y tras las primeras ediciones del programa, vimos muchos chicos con el deseo y necesidad de desarrollar su talento”, cuenta Gina Della Togna, directora de investigación e innovación de la UIP y coordinadora general de PISTA en la UIP.
“Buscamos el talento académico científico, personas que manifiestan una gran capacidad de razonamiento lógico, habilidades referidas a la observación, planteamiento y comprobación de hipótesis, capacidad para explorar diferentes alternativas de resolución de un problema y pensamiento dinámico y flexible”, detalla Della Togna, al describir el perfil de los 80 estudiantes que forman parte del curso.
Omaira Rodríguez, subdirectora de la Dirección de Desarrollo de Capacidades Científicas y Tecnológicas de la Senacyt, destaca que el objetivo del programa es que jóvenes talentosos desarrollen su creatividad, amplíen sus conocimientos y, sobre todo, que desarrollen su pensamiento crítico a través de una experiencia educativa, innovadora y de excelencia, al potenciar su talento académico por medio de cursos y talleres dirigidos para idear proyectos científicos.
La iniciativa PISTA se viene desarrollando desde 2013 en diferentes universidades del país, tiempo en el que se ha detectado y se ha dado seguimiento a 527 jóvenes con talento académico.