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La perspectiva del jacamar de Matusagaratí
- 14/05/2021 00:00
- 14/05/2021 00:00
Cuenta la leyenda que “la laguna encantada” surgió de la lucha entre Acoré, dios de los emberá que vivían en las tierras regadas por los ríos Zambú y Tuira, y Nele, el dios de los gunas que habitaban en las comarcas bañadas por el río Chucunaque. Acoré y Nele se disputaban el amor de una darienita llamada Setetule. Ella tenía un hermano, Matusagaratí (Tierra Feliz), que luego de cumplir una misión, fue atacado por Nele. La sangre de Matusagaratí que “a raudales se escapaba de las heridas que le hiciere Nele” formó la laguna que hoy lleva su nombre, y los regalos que él llevaba, formaron las piedras y los bosques que la rodean. Según la publicación Tradiciones y leyendas panameñas (Luisita Aguilera P., quinta edición, 1991) “todas las viejas leyendas darienitas muestran el culto reverente que los naturales rendían a la laguna de Matusagaratí”.
Matusagaratí, en la provincia de Darién, es el humedal más grande de Panamá. La laguna del mismo nombre tiene especies únicas. El humedal alberga una diversidad de animales, incluyendo peces, crustáceos, reptiles y aves migratorias que llegan a descansar o a anidar, y es muy atractivo para los científicos. Alrededor del 75% de su extensión está legalmente protegido bajo alguna categoría.
“Se han encontrado nueve tipos de vegetación distintas en Matusagaratí. Hemos hallado plantas y aves que se encuentran en humedales de Sudamérica; el año pasado se reportaron dos especies de plantas nuevas para Panamá, que son de ambientes de humedales sudamericanos: Montrichardia linifera, conocida como castaño amazónico, y Phyllanthus fluitans, una planta acuática con flores rosadas. Es posible que entre las muestras que se enviaron para análisis al extranjero, podría haber dos o tres especies más que sean nuevas para Panamá”, detalla la Dra. Indra Candanedo, investigadora del Centro Regional de Panamá Oeste de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).
La científica, que lideró el proyecto “Hidrología, Vegetación y Avifauna del complejo de Humedales de Matusagaratí, Darién”, financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), destaca que Matusagaratí es el único lugar en Panamá que tiene una diversidad de especies y ecosistemas que se ven en Sudamérica y eso tiene implicaciones para el turismo. Además, el humedal posee varios tipos de bosques que son sumideros de carbono y vitales para el ciclo hidrológico y para la regulación climática.
Pese a sus beneficios, el humedal no está exento de amenazas, entre ellas, la extensión de cultivos de arroz. La Dra. Candanedo señala que más de 1,200 hectáreas han sido transformadas para cultivos de arroz y palma aceitera. “En el humedal se desarrollan especies de peces para consumo local y venta, necesitamos investigar si el uso de plaguicidas también afecta a estos peces”.
Nazkia Torres abordó una piragua. Junto con sus profesores y compañeros, la estudiante de la licenciatura de inglés en el centro regional de la Universidad de Panamá, en Metetí, Darién, se fue de gira al humedal de Matusagaratí.
“Quería conocer el castaño amazónico, una especie nueva para Panamá, descubierta por la Dra. Alicia Ibáñez y su equipo. Observamos diferentes especies de garzas, gavilanes y plantas acuáticas. Recorrimos el estero de Aligandí y caminamos por parte de la zona inundable. Vimos el mangle caballero y los árboles de alcornoque. Entre septiembre y octubre sus hojas se tornan de color naranja, rojo o amarillo y esto le da un bello aspecto a la laguna, como si fuera un bosque otoñal”.
Nazkia se inspiró en su vivencia para crear el libro de educación ambiental 'El jacamar de Matusagaratí', dirigido a niños de entre 5 y 10 años. Ella forma parte del proyecto “Jóvenes por Matusagaratí”, financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, a través del Programa de Pequeñas Donaciones, y respaldado por la Universidad de Panamá, ISAE Universidad, la UTP, el Ceaspa, la Fundación Naturaleza y Ciencia 507 y el Ministerio de Ambiente.
Otros estudiantes han creado videos, un blog, un libro sobre plantas, y una estudiante wounan diseñó un sendero elevado con una torre de observación.
“Jóvenes por Matusagaratí promueve el intercambio entre científicos y estudiantes darienitas para que estos divulguen, como parte de su labor social, la información generada del proyecto “Hidrología, Vegetación y Avifauna del complejo de Humedales de Matusagaratí”, en un lenguaje sencillo.
“Quise resaltar la importancia del humedal de Matusagaratí, su biodiversidad y realidad actual”, dice Nazkia. “Los profesores nos impartieron talleres y se nos asignó un asesor. Mi tutora fue la bióloga Karla Aparicio, directora de la Fundación Naturaleza y Ciencia 507. Luego de recolectar los datos necesarios, trabajé con los materiales que tenía en casa, como papel, lápices y plumilla. Primero desarrollé el cuento, y luego, las ilustraciones. Elegí el Jacamar colirrufo como personaje principal, ya que es una especie única y llamativa que solo habita en las zonas bajas de Darién; es de color verde con rojizo, esbelta y bien parecida. Se alimenta de mariposas e insectos, y debido a su tamaño y pico largo, muchos la confunden con un colibrí”.
En el libro, el Jacamar colirrufo narra su historia y vida en el humedal, las maravillosas vistas y vegetación exuberante que conoce, y también cuenta la triste experiencia que tuvo con sus amigos animales cuando parte del bosque del humedal se incendiaba, debido a que los habitantes del lugar que se dedican a la agricultura utilizaron el método de la quema y no se dieron cuenta de cómo esto afectaba, no solo al jacamar, sino también a las otras especies que habitan allí, algunas, incluso, en peligro de extinción. Además del cuento, también incluye actividades como sopa de letras y un laberinto.
El libro solo está disponible online (https://online.fliphtml5.com/piiyp/bmhx/#p=1). “Espero que se pueda implementar en un futuro en las escuelas primarias. El humedal debe ser protegido no solo por los moradores cerca del sitio, sino también por todas las personas a nivel nacional, esto incluye a las autoridades y asociaciones ambientales”, dice la autora.