Capitalismo digital, un nuevo paradigma del trabajo global

Actualizado
  • 29/09/2024 00:00
Creado
  • 28/09/2024 15:03
Se trata de una nueva manifestación del capital, definido también como capitalismo de plataforma o capitalismo de vigilancia. Un fenómeno visto con diferentes ópticas

En un continente como América Latina y, especialmente, en Panamá, donde la utilización de las redes con sus plataformas, producto del capitalismo digital, hizo en parte posible la movilización de cientos de miles de personas contra la minería en el país, no puede pasar desapercibido que el movimiento denominado, “Sal de las redes” se originó desde las mismas redes digitales: de sus algoritmos.

Tampoco puede pasar desapercibido que, frente a gobiernos autoritarios y totalitarios, sin olvidar ni mucho menos los que andan por el mundo con un cierto talante liberal, que no dejan de acabar con los espacios reglamentados de los medios de comunicación, públicos o privados, las redes pueden tener un fuerte potencial subversivo y, además, movilizador (como se ha probado múltiples veces en la región), contra aquellos que pretenden eternizarse en el poder, llámense como quieran nombrarse.

Para todos estos movimientos sociales, las redes y sus plataformas son medios económicos eficaces y rápidos e, incluso, han servido para los testimonios virales de inmigrantes latinoamericanos y caribeños por la selva de Darién, la mayor tragedia humana en la región tras la pandemia, a pesar del malestar administrativo y político de los gobernantes.

Pero el libro, Capitalismo digital después de la pandemia, cuyo subtítulo es “Nuevo paradigma del trabajo social”, coordinado por el sociólogo y demógrafo Dídimo Castillo Fernández, se ocupa, sobre todo en el transcurso de once textos, sin contar el prólogo y la introducción, en cómo el capitalismo digital durante y después de la pandemia dominó toda la vida personal y social alrededor del globo, especialmente, cómo ha transformado el mundo del trabajo, porque, como dijo este último: “El capitalismo digital introdujo un nuevo paradigma del trabajo global o, cuando menos, se está en la antesala de este”.

No obstante, es inevitable, como lo muestra el texto de Roitman Rosenmann, que por cierto es un poco conservador en su diagnosis, “el mundo virtual es pobre en alteridad y resistencia”, quizás derivado del pesimismo cultural de la Escuela de Frankfurt con respecto a la cultura de masas, que el análisis del capitalismo digital implique un análisis holístico de la sociedad. Este capitalismo digital, que también es nombrado capitalismo de plataforma, de datos, es caracterizado en la introducción, por el coordinador, así: “El capitalismo digital aparece como una nueva manifestación del capital, definido también como capitalismo de plataforma o capitalismo de vigilancia, el cual surge como parte de la dinámica del cambio tecnológico generado por la llamada ‘cuarta revolución industrial’, notoriamente potenciada por la crisis del capitalismo de la financiarización experimentada en Estados Unidos en 2008, la cual, entre otras de sus manifestaciones, se caracteriza por la convergencia de tecnologías disruptivas como la nanotecnología, la automatización, la robótica y, en pleno auge, la inteligencia artificial”.

En efecto, según el autor, si el neoliberalismo, ahora en crisis, se caracterizó por los “mercados abiertos”, propio del “capitalismo de masa”, la lógica del capitalismo digital es “la conectividad o redes que operan en espacios definidos o mercados cautivos, precisos y localizados, a fin de agilizar y optimizar los procesos de producción a menor costo, así como las posibilidades de realización y consumo de mercancías”.

Así definido el capitalismo digital, donde se conecta con la precarización y uberización del empleo, la desigualdad social y la explotación, el control y la vigilancia algorítmica, las formas híbridas de trabajo como el teletrabajo o el home office, llama la atención, entonces, el texto “Digitalización del comercio informal en barrios marginalizados de la región metropolitana de Buenos Aires: una mirada desde la heterogeneidad estructural”, de Minor Mora Salas y Aurora Rebeca de la Rosa, porque incursiona en un aspecto que le da un giro a la moneda al preguntarse lo siguiente, como punto de partida de la investigación: “¿de qué manera las mujeres de sectores marginalizados de la Región Metropolitana de Buenos Aires se apropian de las tecnologías digitales en sus estrategias de reproducción social, dentro de un contexto pandémico y pospandémico? Los autores demuestran qué tan contradictorio es la apropiación de la digitalización que, sin superar las ‘desigualdades’ y ‘dificultades’, e, incluso, sin realizar ‘cambios estructurales frente a un sector moderno y formal’, ‘reactualizan prácticas de construcción de comunidades y de intercambios tradicionales de subsistencia, como el trueque”.

El texto, en efecto, abre posibilidades de preguntas y cuestionamientos, donde los sujetos, desde abajo, podrían rediseñar estrategias de subsistencia en medio de este capitalismo digital y van más allá de la clásica división de la sociología romántica, entre sociedad y comunidad.

Todos y cada uno de los textos aquí presentados lanzan preguntas interesantes. No hay uno que no sustente bien sus puntos de partida y se ve que el coordinador, aparte de que es un investigador de primera línea, nos ha presentado un libro bien editado, limpio, como debe ser de una publicación de esta categoría.

“El capitalismo digital aparece como una nueva manifestación del capital, definido también como capitalismo de plataforma o capitalismo de vigilancia, el cual surge como parte de la dinámica del cambio tecnológico generado por la llamada ‘cuarta revolución industrial’.

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